Niñas del lago Chad requieren especial apoyo y empoderamiento

Las niñas están entre las mayores víctimas de los 10 años de conflicto en la región de la cuenca del lago Chad, con el permanente riesgo de abuso sexual y explotación de todo tipo. Crédito: Plan International
Las niñas están entre las mayores víctimas de los 10 años de conflicto en la región de la cuenca del lago Chad, con el permanente riesgo de abuso sexual y explotación de todo tipo. Crédito: Plan International

A medida que la región de la cuenca del lago Chad entra en su décimo año de conflicto, millones de niñas son utilizadas y maltratadas de muchas maneras.

MariaSole Fanuzzi, especialista en protección infantil del lago Chad de  la organización Plan International, recordó que «La ciudad de Nueva York tiene 8,25 millones de personas, así que cuando hablamos de las niñas en la crisis del lago Chad, hay que imaginar que toda la ciudad donde estamos ahora estuviese completamente llena de niños, y la mitad  fuesen niñas».

Ella participó en un foro organizado conjuntamente a fines de julio por la Misión Permanente de Bélgica ante la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, el gobierno de Níger y Plan International, que promueve los derechos de las niñas en las diferentes regiones del mundo.

En Nigeria, Camerún, Níger y Chad, los cuatro países que comparten la cuenca del lago, la crisis es compleja, atribuida a la pobreza extrema, el cambio climático, el subdesarrollo y los ataques del grupo yihadista radical Boko Haram, que en 2014 despertó la atención internacional con el secuestro de 276 niñas de una escuela nigeriana.

La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, en inglés) asegura que parte de la región, en particular el noroeste de Nigeria, Camerún, Chad y Níger, está luchando con «el impacto compuesto del cambio climático, la pobreza profunda y el extremismo violento».

Un informe de Plan International reveló que más de 15 por ciento de las niñas de entre 10 y 19 años habían estado casadas al menos una vez o lo estaban en la actualidad. Como resultado, los niveles de educación de las niñas en la región cayeron drásticamente.

Además, hay una grave falta de información sobre la salud sexual y reproductiva. La cuenca del lago Chad tiene una de las tasas más altas de mortalidad materna del mundo, con alrededor de 773,4 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.

“Los conflictos y los desastres amplifican esta relativa impotencia de las niñas», dijo Fanuzzi, para quien la crisis afecta a las niñas de manera desproporcionada. Se enfrentan a situaciones, como la privación de las necesidades básicas, la violencia sexual y de género, la trata, el ser forzadas a actuar como terroristas suicidas o a matrimonios infantiles.

Las que sobreviven y logran regresar a sus hogares se enfrentan a la discriminación y la estigmatización de sus comunidades e incluso son acusadas ​​de brujería, dijo.

«Se considera que de alguna manera han absorbido al demonio del enemigo, que de alguna manera han dado su consentimiento para lo que las pasó», explicó. «Y los hijos que podrían haber concebido durante su cautiverio no son deseados, no son reconocidos y alejados», añadió.

Fanuzzi narró, como ejemplo, la historia de una niña de Camerún que declaró que «si una niña queda embarazada fuera del matrimonio, y no importa si lo consentimos o no, es un signo de fatalidad terrible, que caerá en sobre su casa y su familia».

Pero también consideró que «se han tomado algunas iniciativas importantes» para romper con la realidad que soporta la población infantil femenina en la conflictiva región.

Estas iniciativas incluyen el fortalecimiento del aprendizaje social y emocional de las niñas; la construcción de confianza; la creación de entornos seguros para ellas en sus comunidades, el empoderamiento económico y educación adecuada.

Para la especialista, esas iniciativas educativas deben incluir también a los niños.

«La participación de hombres y niños es crucial para abordar las normas sociales de género. El cambio no puede suceder si la masculinidad continúa siendo vista como la afirmación de un predominio sobre el otro género», dijo Fanuzzi a IPS.

Los derechos de los  niños y los hombres también son violados constantemente en el mundo, y los conflictos exasperan aún más su explotación de una manera u otra, se indicó durante el foro.

«Son explotados como niños trabajadores, son traficados, y cuando se les priva de los derechos de salud sexual y reproductiva también se les priva de su propio derecho a una paternidad positiva», afirmó a IPS la especialista de Plan International.

«Los niños y niñas comparten un destino común y por mucho que reconozcamos las diferentes perspectivas de uno y otro, nuestro objetivo final es empoderarlos a ambos para que vivan libres de la opresión y libres para expresar su propia personalidad humana al máximo y más grande extensión «, declaró.

Cuando se le preguntó qué papel tendrá Plan International en el futuro, Jessica Malter, asesora sénior de Comunicaciones y Defensa de Plan International, dijo a IPS que esta organización “está comprometida en trabajar junto con socios internacionales y entidades locales para promover los derechos de las niñas en la cuenca del lago Chad y en todo el mundo »

También señaló que se están desarrollando programas integrales «que aborden los problemas complejos e interconectados que afectan a los adolescentes, como la falta de educación, el matrimonio infantil, el embarazo temprano, el trabajo infantil y la explotación sexual”, entre otros aspectos.

«No podemos seguir abordando estos problemas con respuestas de un solo sector o intervenciones ad hoc», insistió.

También enfatizó la importancia de incorporar a la generación joven, afirmando que «incluir a las jóvenes en la toma de decisiones que impactan sus vidas es absolutamente crítico”.

«Todavía no escuchamos lo suficiente a la las jóvenes, y particularmente a las adolescentes que a menudo son invisibles», dijo Malter, quien subrayó que es raro que las niñas tengan la oportunidad de expresar sus puntos de vista.

Pero hay maneras de abordar el problema.

Malter dijo que «una forma de abordar esto es con la campaña ‘Girls Get Equal’, que tiene alcance mundial y brinda a las niñas y adolescentes las herramientas y los recursos que necesitan para exigir poder, libertad y representación. También los datos desglosados ​​por edad, para fortalecer la evidencia y mejorar informar a los programas».

«Las niñas y las mujeres no pueden limitarse al papel de las víctimas y deben desempeñar un papel importante en la reconstrucción de sus propias vidas siempre que los conflictos hayan interrumpido el flujo de su existencia y sacudido sus cimientos anteriores», subrayó Fanuzzi por su parte.

Con esto en mente, será una victoria observar el crecimiento y el éxito de estas niñas si esto sucede.

«Son el principio y el fin de su propia historia», insistió.

T: MF

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