Fanta Mohamet, de 14 años, vive en una tienda de campaña en un asentamiento en Zamaï, una aldea del extremo norte de Camerún con su madre y sus dos hermanos. Llegaron al lugar hace más de un año después de que su padre y su hermano mayor fuesen asesinados por Boko Haram, y su hermana mayor secuestrada.
El día que los milicianos del grupo extremista islámico Boko Haram llegaron al hogar de esta niña en Nigeria para buscar a su padre, un oficial de policía, fue cuando todo cambió dramáticamente para la familia Mohamet.
Se desconoce el destino de su hermana, pero cada año miles de niñas son secuestradas por el grupo armado y obligadas a contraer matrimonio con algunos de sus combatientes.
Hay otras 1.500 personas desplazadas que viven en el asentamiento en Zamaï, de las cuales más de tres quintas partes son niñas y niños. Y aunque la vida sigue siendo difícil, Fanta tiene algo que a muchas otras víctimas infantiles de la violencia se les niega en la región: puede continuar su educación a pesar de la inseguridad prevaleciente.
Según un nuevo informe publicado el 23 de agosto por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), casi dos millones de niños en África occidental y central están siendo despojados de recibir educación debido a la violencia y la inseguridad en sus escuelas y sus localidades.
«La oposición ideológica a lo que se ve como educación de estilo occidental, especialmente para las niñas, es central en muchos de los conflictos que asolan la región. Como resultado, los escolares, maestros, administradores y la infraestructura educativa están siendo deliberadamente atacados”, señala Unicef.
Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana (RCA), Chad, República Democrática del Congo, Malí, Níger y Nigeria están experimentando un aumento de las amenazas y ataques contra los alumnos, los docentes y las escuelas, destaca el informe sobre la escalada del fenómeno.
El informe, titulado “Una infancia amenazada, la educación en África occidental y central. La infancia en peligro” también señala:
- Casi la mitad de las escuelas cerradas en toda la región están ubicadas en el noroeste y suroeste de Camerún; 4.437 escuelas cerraron a partir de junio de 2019, lo que expulsó a 609.000 niños de las aulas.
- Más de una cuarta parte de los 742 ataques verificados contra instalaciones escolares de todo el mundo en 2019 tuvieron lugar en cinco países de África occidental y central.
- Entre abril de 2017 y junio de 2019, los países del Sahel central – Burkina Faso, Malí y Níger- vieron incrementar en seis veces el cierre de escuelas debido a la violencia, de 512 a 3.005.
- Y entre 2017 y 209, CAR vio un aumento de 21 por ciento en los ataques verificados contra escuelas.
La subdirectora ejecutiva de Unicef, Charlotte Petri Gornitzka, y el embajador de buena voluntad del Fondo, Muzoon Almellehan, viajaron a Malí en vísperas de difundirse en informe y fueron testigos directos del impacto en la educación de los niños de la violencia intern.
«Los ataques deliberados y las amenazas icesantes contra la educación, los cimientos de la paz y la prosperidad han arrojado una sombra oscura sobre los niños, las familias y las comunidades de toda la región», dijo Gornitzka.
Contó que «visité un campamento de desplazados en Mopti, en el centro de Malí, donde conocí a niños pequeños en un espacio de aprendizaje seguro apoyado por Unicef. Era evidente para mí lo vital que es la educación para ellos y sus familias».
Unicef ha apoyado la instalación de 169 centros de aprendizaje comunitario en Malí, que proporcionan espacios seguros para que los niños aprendan.
La Coalición Global para Proteger la Educación contra los Ataques (GCPEA), una alianza de organizaciones internacionales de derechos humanos y educación de todo el mundo, señala en un informe publicado en mayo que en los últimos cinco años la coalición había documentado más de 14.000 ataques en 34 países y que hubo una sistemática patrón de ataques a la educación.
«Según los informes, las fuerzas armadas y los grupos armados también fueron responsables de la violencia sexual en entornos educativos o a lo largo de las rutas escolares en al menos 17 países, incluida la República Democrática del Congo, durante el mismo período», indica.
El informe de 76 páginas sobre los efectos que los ataques de grupos armados durante el bienio 2016-2017 en cientos de escuelas en la región de Kasai, en la República Democrática del Congo, destaca que su impacto fue muy determinante en la población infantil.
Basado en más de 55 entrevistas con estudiantes, así como con directores y maestros de escuelas que fueron atacadas en la región, el informe describió cómo miembros de grupos armados violaron a estudiantes y personal escolar durante los ataques o cuando las niñas trataban de huir de los agresores.
Las niñas también fueron secuestradas de las escuelas para «supuestamente unirse a la milicia», pero en cambio las violaron o las obligaron a «casarse» con combatientes de esos grupos
«Estar fuera de la escuela, incluso por períodos relativamente cortos, aumenta el riesgo de matrimonio temprano para las niñas», destaca la GCPEA.
Unicef también planteó esto como una preocupación para los niños afectados por el conflicto en África occidental y central.
«Los niños que no asisten a la escuela enfrentan además un presente lleno de peligros”, plantea Unicef en su informe.
“En comparación con sus compañeros que están en la escuela, corren un riesgo mucho mayor de ser reclutados por grupos armados. Las niñas enfrentan un riesgo elevado de violencia de género y son forzadas en el matrimonio infantil con mayor frecuencia, con embarazos precoces y partos que amenazan sus vidas y su salud «, señala.
Durante mucho tiempo, UNICEF ha estado haciendo sonar la alarma sobre los ataques a escuelas, estudiantes y educadores, afirmando que estos son ataques contra el derecho de los niños a la educación y su futuro.
La agencia y sus socios pidieron a los gobiernos, las fuerzas armadas y otras partes que tomen medidas para detener los ataques y las amenazas contra escuelas, estudiantes, maestros y otro personal escolar en África occidental y central, y que apoyen un aprendizaje de calidad en la región.
El organismo de la ONU también instó a los Estados a respaldar e implementar la Declaración de Escuelas Seguras. La declaración brinda a los Estados la oportunidad de expresar un amplio apoyo político para la protección y la continuación de la educación en los conflictos armados.
«Con más de 40 millones de niños de seis a 14 años que pierden su derecho a la educación en África occidental y central, es crucial que los gobiernos y sus socios trabajen para diversificar las opciones disponibles para una educación de calidad», dijo el director regional de Unicef para África occidental y central, Marie-Pierre Poirier.
«Los modelos culturalmente adecuados con enfoques innovadores, inclusivos y flexibles, que cumplen con los estándares de calidad de aprendizaje, pueden ayudar a llegar a muchos niños, especialmente en situaciones de conflicto», añadió.
Unicef está trabajando con los gobiernos de África occidental y central para ofrecer herramientas alternativas de enseñanza y aprendizaje, que incluyen el primer programa de educación radiofónica en situaciones de emergencia.
Otras medidas también incluyen apoyo psicosocial, la distribución de libros de ejercicios, lápices y bolígrafos a los niños para facilitar su aprendizaje.
«La educación es importante. Si una niña se casa joven, es peligroso. Si su esposo no se preocupa por ella, puede cuidarse sola si tiene educación”, reflexionó Fanta.
T: MF