Se busca nuevo acuerdo para la naturaleza

Rinocerontes blancos de Sudáfrica, recuperados de su casi extinción gracias a intensos esfuerzos de conservación. Crédito: Kanya D’Almeida/IPS

Los animales silvestres están siendo aniquilados a un ritmo sin precedentes, y es culpa de los seres humanos. Pero un nuevo acuerdo que vincule todos los factores responsables de su desaparición podría ayudarnos a protegerlos mejor.

Preocupado por la rapidez de la pérdida de biodiversidad, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) llama a un nuevo acuerdo para la naturaleza y las personas con el fin de acelerar e integrar las acciones entre tres áreas centrales: diversidad biológica, degradación del suelo y cambio climático.

“Las tendencias son sorprendentes. Hacemos frente a un declive sin precedentes, que se acelera”, subrayó el director general de WWF, Marco Lambertini, en diálogo con IPS.

“Es un tema global. Casi ningún país queda exento” del problema, añadió.

Y no son solo las especies más icónicas como pandas, elefantes y tigres, apuntó.

Según el informe de WWF “Planeta Vivo”, las poblaciones de especies vertebradas disminuyeron casi 60 por ciento en el mundo en solo 40 años.

Solo las especies de agua dulce sufrieron una reducción de 80 por ciento.

La disminución de esas poblaciones fue especialmente notoria en América Central y América del Sur, donde hay 89 por ciento menos de especies silvestres que en 1970.

Entre los factores que más inciden en la pérdida de diversidad biológica se destacan actividades humanas como la reconversión en el uso de la tierra y la sobreexplotación.

Más de 40 por ciento de las tierras del mundo se convirtieron o se dejaron de lado solo para la agricultura.

La Amazonia, donde viven más de 10 por ciento de las especies del planeta, sufre una importante deforestación y reconversión de hábitats para dar a lugar a actividades agrícolas, como la cría de ganado y el cultivo de soja.

Se realizaron algunos esfuerzos para frenar y revertir prácticas dañinas, pero no alcanzaron a evitar que desapareciera 20 por ciento de la Amazonia en solo 50 años.

En Indonesia, los primates sufren un alto riesgo de extinción a medida que se destruyen las selvas para dar lugar a la producción de aceite de palma.

“La producción de alimentos es la mayor responsable de la pérdida de hábitats, y muy poca gente se da cuenta de la relación entre la comida que comen y el impacto (que su producción) tiene en la vida silvestre y en los hábitats del mundo”, se lamentó Lambertini.

Pero eso no es todo.

Según el Convenio de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD), la gestión no sostenible de las tierras, que acompaña a muchos cultivos modernos y prácticas ganaderas, causa la degradación del suelo, y contribuye tanto a la desertificación como a la mayor pérdida de biodiversidad.

“Con las tendencias actuales en la producción, la urbanización y la degradación ambiental, vemos cómo se pierden y se desperdician muchas tierras”, remarcó la secretaria ejecutiva de la UNCCD, Monique Barbut, en el informe Perspectiva Global de la Tierra.

“Perdemos nuestra conexión con la tierra. Perdemos con demasiada rapidez el agua, el suelo y la biodiversidad que son el sostén de todos los seres vivos”, subrayó.

“No habrá un futuro próspero, saludable ni feliz, solo un futuro con un planeta degradado”, coincidió Lambertini.

Buscando una base común

El UNCCD es uno de los tres convenios surgidos de la Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro, en 1992. Los otros son el Convenio sobre Diversidad Biológica y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Cada uno es significativo por sí solo, pero Lambertini subrayó la necesidad de mayor integración entre los tres convenios, pues los tres tienen puntos de contacto.

“Pedimos un nuevo acuerdo para la naturaleza que realmente reconozca las interdependencias y que integre; degradación del suelo, cambio climático y conservación de la naturaleza”, indicó.

Las secretarías ejecutivas de los tres convenios también reconocieron la interseccionalidad de los tres temas durante la conferencia de cambio climático de 2017, y pidieron la creación de infraestructura para preparar un proyecto.

La oficina común ayudará a promover una acción coordinada entre las cuestiones que tienen en común las convenciones y tendrá fondos para proyectos multidisciplinarios de gran escala.

Pero se ha mencionado muy poco sobre eso desde entonces.

Al igual que el Acuerdo de París sobre cambio climático, el “nuevo acuerdo sobre la naturaleza y las personas” mejorará los esfuerzos de la comunidad internacional mediante metas y objetivos ambiciosos para frenar la pérdida de biodiversidad y proteger y recuperar la naturaleza.

A diferencia de la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que vencen en 2030, las metas sobre biodiversidad de los ODS, vencen en 2020, y se espera que muchos países no estén cerca de lograrlas, dadas las tendencias actuales.

El nuevo acuerdo para la naturaleza sería un marco para después de 2020, y ayudaría a los gobiernos a ponerse al día, pero también a redoblar esfuerzos.

La última Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad accedió a comenzar un proceso de preparación, un primer paso hacia la creación de un nuevo marco. Pero no hubo una gran ambición, se lamentó WWF.

“El mundo necesita despertar a los riesgos de la pérdida de biodiversidad. Todos los actores, las empresas, los gobiernos y las personas necesitan actuar ya, si queremos tener algún tipo de esperanza de crear un futuro sostenible para todos y un nuevo acuerdo para la naturaleza y las personas en 2020”, subrayó Lambertini.

“Para que suceda, necesitamos una visión cohesionada y una fuerte voluntad política, algo que la (14 Conferencia de las Partes) no tiene”, apuntó.[related_articles]

El valor de la naturaleza

El Índice del Planeta Vivo calculó que los servicios que ofrece la naturaleza ascienden a 126 billones (millón de millones) de dólares al año, mientras también ofrece aire puro, agua limpia, alimentos y medicamentos.

La vida silvestre juega un papel esencial, e incluso puede ayudar a restablecer y reconvertir el suelo.

“Solemos olvidar que esas criaturas son fundamentales para mantener ecosistemas, como bosques, océanos, humedales, praderas y ofrecer los servicios que son fundamentales para nosotros”, recordó Lambertini.

“Hay un fuerte vínculo entre la biodiversidad y los ecosistemas y nuestra lucha contra el cambio climático”, añadió.

Por ejemplo, aproximadamente 87 por ciento de las especies de plantas con flor dependen de animales para su polinización, y los cultivos que dependen de ellos de forma parcial para su polinización representan 35 por ciento de la producción mundial de alimentos.

Los primates también ayudan a dispersar semillas y polen y a mantener las selvas tropicales, que desempeñan un papel fundamental en los patrones de lluvias y en la reducción de emisiones de carbono.

En la 24 Conferencia de las Partes de la CMNUCC, realizada en Polonia este mes, muchos participantes abogaron por soluciones naturales, como las selvas, para ayudar a reducir 30 por ciento de las emisiones contaminantes.

WWF urge a todos los actores a aunar esfuerzos para crear un marco integral que ayude a proteger el ambiente para la próxima conferencia sobre biodiversidad, que se realizará en China en 2020.

“Es hora de dejar de dar por sentada a la naturaleza, dependemos de ella más de lo que ella depende de nosotros”, advirtió Lambertini.

“No dejen a la naturaleza, la conservación del ambiente y el cambio climático como ideas tardías, deben de encabezar el pensamiento y la planificación tanto en el ámbito político como en el económico”, concluyó.

Traducción: Verónica Firme

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