Escuchen nuestra voz: el reclamo de adolescentes latinoamericanos

“Escuchen nuestra voz, entiendan nuestra voz, respeten nuestra voz, acepten nuestra voz, implementen nuestra voz”, gritaron el medio centenar de adolescentes latinoamericanos, al concluir un encuentro regional donde los jóvenes presentaron sus exitosas iniciativas para mejorar la situación de sus entornos. Crédito: Cepal
“Escuchen nuestra voz, entiendan nuestra voz, respeten nuestra voz, acepten nuestra voz, implementen nuestra voz”, gritaron el medio centenar de adolescentes latinoamericanos, al concluir un encuentro regional donde los jóvenes presentaron sus exitosas iniciativas para mejorar la situación de sus entornos. Crédito: Cepal

Cincuenta jóvenes de 16 países latinoamericanos denunciaron crecientes abusos sexuales y discriminación por razones como las étnicas, contra la población infantil y adolescente de la región, y reclamaron mayor participación en la solución de los problemas que los aquejan, durante un encuentro en la capital chilena.

Bajo el lema “En la ruta de la Igualdad: a 30 años de la Convención de los Derechos del Niño”, durante el primer Conversatorio Regional de América Latina y el Caribe se presentaron 17 proyectos, seleccionados entre 696 propuestas de  innovación social, que grupos de jóvenes desarrollan han creado y ejecutan para impulsar una mayor igualdad y desarrollo sostenible en sus países.

Más de 2.000 jóvenes de la región postularon sus proyectos en el marco de la iniciativa Concausa 2030, promovida, como el encuentro en Santiago, por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).[pullquote]3[/pullquote]

Durante la reunión realizada entre el martes 27 y el jueves 29, adolescentes de entre 15 y 17 demandaron, junto con mayor participación, educación  gratuita y de calidad, medidas a favor de la inclusión y contra la discriminación, y políticas para su inserción laboral y contra la violencia de que son víctimas especiales.

“Escuchen nuestra voz, entiendan nuestra voz, respeten nuestra voz, acepten nuestra voz, implementen nuestra voz”, gritaron los jóvenes en la sesión de clausura donde leyeron sus conclusiones en presencia de representantes de los gobiernos de la región y de agencias de Naciones Unidas.

“No queremos más violencia en contra de nosotras, las niñas y mujeres  jóvenes de Guatemala, de América Latina y del mundo”, dijo a IPS la guatemalteca Alejandra Teleguario, de 17 años, quien cursa segundo año de la carrera de magisterio infantil bilingüe intercultural en su país.

“En Guatemala hay un alto índice de  acoso sexual en contra de niñas jóvenes y mujeres. La tasa es bastante alta  en el departamento de Quetzaltenango, adonde nosotros estamos. Hasta octubre del 2018 se han registrado 4.000 casos de embarazos de niñas y adolescentes de entre 10 a 17 años. A nivel nacional hay más de 65.000 casos”, desgranó antes de destacar que situaciones similares se repiten en la región.

“Creemos que las  injusticias siempre prevalecen y todos esos casos no han sido resueltos por nuestras autoridades” agregó, para después expresar su alegría porque pudieron plantear esta realidad  ante el vicepresidente de Guatemala, Jafeth Cabrera, presente en la sesión en la cual explicaron su proyecto: “Niñas ayudando a niñas”.

Su iniciativa brinda talleres de autoayuda y de bisutería a mujeres víctimas de diferentes formar de maltrato, incluido el abuso sexual.

Cabrera reconoció que su país enfrenta desafíos para garantizar los derechos de la infancia, sin embargo, destacó que “estamos en camino de trazar una hoja de ruta que realmente cambie a nuestro país”.

En la inauguración del Conversatorio, la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena sostuvo que “la participación juvenil es ineludible para alcanzar la Agenda 2030: un desarrollo sostenible que tiene como horizonte la igualdad no puede lograrse sin el compromiso de todos”.

“Los jóvenes no son indiferentes al deterioro ambiental ni a la desigualdad. Mucho menos a la violencia y la desigualdad de género”, agregó.

La población de América Latina y el Caribe alcanzó este año a 652 millones de habitantes de los cuales 193 millones son niños, niñas y adolescentes.

Los adolescentes Nallely Blas Lucas, Daniel Díaz Esquivel y Ana Karen de Jesús Martínez viven y estudian en el pueblo de San Ildefonso, en el central estado mexicano de Querétaro, donde impulsan el proyecto Comercialización Justa de Artesanías, para valorizar el trabajo de las artesanías del pueblo indígena otomí. Crédito: Orlando Milesi/IPS
Los adolescentes Nallely Blas Lucas, Daniel Díaz Esquivel y Ana Karen de Jesús Martínez viven y estudian en el pueblo de San Ildefonso, en el central estado mexicano de Querétaro, donde impulsan el proyecto Comercialización Justa de Artesanías, para valorizar el trabajo de las artesanías del pueblo indígena otomí. Crédito: Orlando Milesi/IPS

 

El acto inicial fue encabezado también por Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef,  María Cristina Perceval, directora regional para América Latina y el Caribe de la misma agencia, y Benito Baranda, presidente ejecutivo de la organización no gubernamental América Solidaria Internacional, también promotora de Concausa.

Baranda dijo a IPS que  “los problemas que tienen hoy los jóvenes de América Latina y el Caribe son muy parecidos a los de los adultos. Tienen los mismos problemas de seguridad, de pobreza y de  falta de oportunidades”.

“Por eso es tan importante que los jóvenes participen hoy día porque si ellos no exigen el respeto de sus derechos, van a sufrir lo mismo que sufrieron sus padres: una permanente violencia del Estado, de las personas y de la sociedad sobre ellos”, afirmó.

Añadió que por el período de vida,  los problemas de los jóvenes “son más urgentes porque se está hipotecando el presente y el futuro  de ellos,  se está causando un daño que después va a ser extremadamente difícil de recuperar”.

En la asamblea, Baranda urgió a los jóvenes a pasar de la indignación al compromiso y a trabajar por un trato más igualitario.

“La peor desigualdad es la de trato, color, idioma, estatura. Ustedes pueden cambiar esa desigualdad. Con un trato igualitario es muy fácil acceder a la justicia. Ustedes pueden construir un continente más igualitario”, dijo en la sesión inaugural.

Proyectos que generan cambios

Sofía Fernández, una joven uruguaya no vidente,  conmovió a todos cuando contó la campaña “Decímelo a mí”  y demandó atención  a los problemas de  salud sexual y reproductiva de ciegos y sordos, además de una educación  inclusiva.

Entre los 17 proyectos seleccionados, hubo  provenientes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador,  Guatemala, Honduras,  México,  Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

En San Ildefonso Tultepec, al sur del central estado mexicano de Querétaro, donde viven unas 3.000 indígenas otomís, se desarrolla el denominado Comercialización Justa de Artesanía, que capacita a jóvenes indígenas.[related_articles]

Ana Karen de Jesús Martínez, de 17 años, quien cursa  quinto semestre de  bachillerato, dijo a IPS que “lo  principal es ayudar a la economía de nuestras familias con talleres  que hacen videos para mostrar y comercializar las artesanías. Un segundo taller busca que los indígenas sepan el valor tienen sus  artesanías y así no  las rebajen”.

“La perspectiva es concientizar sobre el valor que tiene la artesanía,  nuestra cultura, vestimenta y lengua  materna.  Queremos mejorar la economía, pero también promover nuestra cultura”, agregó.

La ecuatoriana María Belén Proaño, de 17 años, impulsa el proyecto radial Mi voz Tu voz, en el municipio de La Libertad, a dos horas de Guayaquil, la capital económica del país. “Es un programa radial que busca hacer escuchar la voz de muchos niños que no tuvieron el apoyo de sus familias”, explicó a IPS.

“Podemos reflejar con nuestras voces los problemas de bulling (acoso escolar) que pasa bastante  en la Unidad Educativa  y generamos conciencia  en niños, niñas, jóvenes  y adultos, que son  los responsables  del caminar de nosotros”, resumió Jhonny Ramírez, también de 17 años a IPS.

Antes, durante la exposición de su proyecto, contó el caso de un niño que se suicidó tras sufrir acoso escolar por sus compañeros.

“Me llena de orgullo escuchar a niños que no podían hablar  y que lo hacen a través de la radio, algunos de ocho años”, afirmó la ya estudiante universitaria Andrea Oyarvide.

“Por nosotros comienza el cambio. Lo que hacemos es tratar de reflejar seguridad en los niños que nos cuentan sus miedos, errores, metas, objetivos. Los niños están tratando de alzar su voz”, dijo convencida a IPS.

“Es muy importante proteger nuestra integridad para garantizar el buen desarrollo de un país, ya que somos personas que estamos cambiando el futuro” afirmaron los jóvenes en su declaración final, leída en español, francés, inglés, portugués, creolé  y quechua, entre aplausos de los adultos funcionarios de gobiernos, expertos, parlamentarios y periodistas.

“La desigualdad, la falta de oportunidades, la mala calidad  educativa, las situaciones económicas desfavorables, las pandillas, patrones de violencia a nivel familiar y la falta de efectividad de los gobiernos al momento de recibir las denuncias, darle seguimiento y hacer políticas públicas para prevenir estos actos, son factores que inciden en el  incremento de la violencia”, concluyeron los adolescentes.

Y por ello, proponen “mejorar las políticas públicas para que sean  inclusivas, eficientes y todos los niños, niñas y adolescentes seamos protegidos ante todo tipo de violencia”.

Edición: Estrella Gutiérrez

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