Una nueva iniciativa histórica busca poner a disposición de la comunidad internacional herramientas y datos de calidad a fin de combatir una “crisis existencial”: la degradación del suelo.
La iniciativa para una Degradación Neutral del Suelo (LDN, en inglés), creada por el Grupo de Observaciones de la Tierra (GEO, en inglés), con respaldo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), busca poner datos directamente en manos de autoridades locales y nacionales para ayudar a frenar y revertir el deterioro ambiental.
“La degradación del suelo es una crisis existencial”, según la secretaría ejecutiva de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNLUD). “Hasta ahora, el monitoreo en tiempo real parecía un desafío insuperable. Pero ya no”, apuntó.
“Con datos sobre la Tierra y las herramientas prácticas prontas para usar, las autoridades y los usuarios de tierras tendrán información inmediata y lista para procesar a fin de escalar la planificación y la gestión del suelo. Es un primer paso para impulsar la resiliencia”, añadió.
La calidad del suelo empeora, pues más de 75 por ciento de las tierras cultivables sufren un impacto significativo y negativo de la actividad humana en 169 países, según la CNULD.
Las consecuencias de ese problema creciente incluyen más sequías severas, una gran pérdida de vida silvestre, desplazamientos internos y migraciones forzadas.
De hecho, si no se toman medidas climáticas urgentes, África subsahariana, Asia meridional y América Latina tendrán a 140 millones de personas desplazadas dentro de sus países para 2050, lo que aumentará la competencia por los espacios que se reducen.
La falta de medidas respecto de uno de los problemas ambientales más grandes del mundo se debe en gran medida a la falta de herramientas y a datos precisos para monitorearlos.
“A escala local y nacional, el monitoreo ha sido esencial para la respuesta del gobierno a la degradación del suelo”, señalaron Sasha Alexander, oficial de políticas de la CNULD, y Barron Joseph Orr, uno de los principales científicos de la iniciativa, en diálogo con IPS.
Los especialistas también observaron la falta de indicadores uniformes para poder monitorear y medir la degradación.
Un estudio mundial concluyó en 2009 que los países usaban casi 1.500 indicadores únicos para monitorear el desafío.
“A fin de tener una comprensión armónica de este gran desafío ambiental, ya quedó claro que se necesita un mínimo de variables esenciales, combinadas con flexibilidad para que los países agreguen los indicadores adicionales que consideren relevantes a escala nacional o local”, explicó Orr.
La iniciativa LDN, de GEO, revelada en Kioto en la primera semana de noviembre, busca reunir a proveedores de datos de observación de la tierra y a los gobiernos para desarrollar estándares de calidad, herramientas de análisis y construir capacidades para fortalecer el monitoreo de la degradación del suelo y el reporte de los resultados.
La importancia de esos datos también quedó reconocida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los que hay uno dedicado a luchar contra la desertificación y la degradación del suelo, así como un indicador para evaluar qué proporción del suelo sse degrada con respecto a una superficie mayor.
Por supuesto, que solo con datos no se frenará el problema.
Pero con buenos datos, los gobiernos podrán priorizar intervenciones, así como planificar y hacer una mejor gestión del suelo.[related_articles]
“Mediante un enfoque de desarrollo ágil, los gobiernos con capacidades limitadas ahora podrán hacer mucho más que antes monitoreando datos, no solo informar a escala global, sino usando lo aprendido de ese conjunto de datos para realizar las correcciones de curso necesarias e implementar las intervenciones correctas para evitar, reducir y revertir la degradación del suelo”, explicó Alexander.
La funcionaria destacó el caso de Brasil, que logró implementar con éxito un proyecto para revertir el problema en el árido nordeste de ese país sudamericano.
Tras identificar las áreas prioritarias con los datos existentes, se crearon Unidades de Recuperación de Áreas Degradadas y Reducción de Vulnerabilidades Climáticas para financiar acciones, como la provisión de técnicas y capacitaciones para los gobiernos municipales.
La iniciativa reconoció que solo con acciones ambientales no basta, pues también es necesario tener en cuenta factores económicos y sociales a fin de lograr un cambio duradero.
Muchas comunidades no ven con buenos ojos los proyectos estatales, pero la participación de todos los sectores de la sociedad y el impulso de proyectos de cadenas de valor sostenibles y generación ingresos ayudan a inspirar “actitudes notables y cambios de comportamiento”.
Alexander también señaló que Brasil es un ejemplo de cómo se puede lograr la degradación neutral y de por qué es fundamental relacionar el monitoreo nacional y global con más datos específicos de un sitio a escala del proyecto.
La iniciativa de GEO ya concentró la atención mundial, tanto de países en desarrollo como más ricos.
Tras el lanzamiento de la iniciativa LDN, Alemania prometió destinar 100.000 euros (unos 112.000 dólares) a la causa, y es de esperar que aparezcan más recursos.
La iniciativa surge tras un llamado de la CNULD realizado en la 13 Conferencia de las Partes a proveedores y usuarios de datos a fin de apoyar los esfuerzos mundiales para frenar, reducir y revertir la degradación del suelo.
Traducción: Verónica Firme