Este año, Paul Ayormah y otros agricultores que viven en Donkorkrom, en el distrito de Kwahu Afram Plains, en la región Oriental de Ghana, recurrieron a medios alternativos de cultivos, además de ayudarse a preparar la tierra y desmalezarla, turnándose de terreno en terreno.
También comenzaron a usar estiércol de ganado como fertilizante “para abaratar los costos de preparar la tierra y plantar maíz”, explicó Ayormah, padre de cinco hijos, en diálogo con IPS.
Ayormah heredó su terreno de poco menos de una hectárea de su padre fallecido, y como proveedor de su familia, depende de su producción como fuente de ingresos.
En una buena cosecha puede obtener hasta 40 sacos de maíz, que vende en Koforidua, capital de Ghana Oriental, por unos 27 dólares el saco.
“El dinero que hago lo uso para ocuparme de mi familia. Dos de mis hijos están en (educación) terciaria, tres en secundaria y otro en primaria. Rara vez hay dinero en casa”, explicó.
Ayormah cree que esta será una buena temporada, pero no puede asegurar que vaya a ser una cosecha excelente.
Seguridad alimentaria
La economía de Ghana depende en gran medida de la agricultura, en especial del cacao, pero el gobierno ha tomado medidas para que mejoren otros cultivos básicos como el arroz, el maíz y la soja.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que 52 por ciento de la población económicamente activa trabaja en la agricultura, responsable de 54 por ciento del producto interno bruto.
Pero la gran mayoría del sector está compuesto por pequeños agricultores, y alrededor de 60 por ciento tienen menos de 1,2 hectáreas y básicamente dependen de la lluvia.
En abril, el presidente Nana Addo Dankwa Akufo-Addo lanzó una política agrícola emblemática “Plantar para Alimentos y Trabajo”, un plan de cinco años que busca elevar la productividad y garantizar la seguridad alimentaria en el país.
Y a largo plazo, la iniciativa busca reducir el costo de la importación al mínimo.
El programa también ofrece a los agricultores con entre 0,8 y 1,2 hectáreas, un subsidio de 50 por ciento en fertilizantes y otros insumos, como semillas mejoradas.
Los que participen del programa también tienen facilidades de pago, abonan 50 por ciento de los fertilizantes en dos cuotas de 25 por ciento y luego de la cosecha. Cada cuota ronda los 12 dólares.
Ayormah fue beneficiario del programa en 2017 y espera que el uso de fertilizantes químicos aumente su cosecha e ingresos. Pero la demora de las lluvias y la infestación de gusanos cogolleros echó a perder la mitad de su cosecha.
El programa resultó beneficioso, pero ahora no puede pagar los 12 dólares que le debe al gobierno.
Este año será difícil, con el poco dinero que haga, espera saldar su deuda para poder beneficiarse de fertilizantes el año que viene y tener una excelente cosecha.
Un informe de evaluación del programa realizado por el Ministerio de Alimentación y Agricultura señala el impacto negativo de la demora de las lluvias y de la infestación del gusano.
Las intervenciones del gobierno, como la de rociar con pesticidas las haciendas permitió controlar la infestación, pero el impacto se sintió en 20.000 hectáreas.
Pero la situación de los agricultores en otras partes del país, en particular en la Región Septentrional, plantea un riesgo para la seguridad alimentaria, puntualizó el ministro Owusu Afriyie Akoto.
Agenda 2030
Hiroyuki Nagahama, vicepresidente de la Federación de Parlamentarios para la Población de Japón (JPFP) señaló que si no se controla el crecimiento actual de más de dos por ciento, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) estima que África podría ser responsable de 90 por ciento del aumento de la población mundial entre 2020 y 2100.
Además, el crecimiento poblacional no condice con la producción de alimentos en el continente, lo que supone una amenaza a la seguridad alimentaria, acotó Nagahama, de visita por tres días en Ghana este mes para conocer oportunidades y desafíos.
“Según cálculos de la FAO, se puede lograr la seguridad alimentaria reduciendo las pérdidas en la alimentación e involucrándose de forma adecuada en la producción y en la gestión de haciendas», indicó.
“Pero los principios económicos nos obligan a plantear preguntas difíciles sobre cómo la población de África accederá a suministro alimentarios», añadió Nagahama.
En ese sentido, este año se lanzó un nuevo proyecto de la Asociación de Desarrollo y Población de Asia y de la JPFP, que procura mejorar la conciencia nacional y global sobre el papel de los parlamentarios como pivote para lograr la Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030.
El proyecto también apoya a los parlamentarios cuando implementan políticas necesarias, promueven cambios legislativos y movilizan recursos para cuestiones vinculadas a la población.
Es una plataforma para analizar las formas en que tanto países en desarrollo como industrializados, en igualdad, ofician de fuerza motriz para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y crean un mundo donde nadie quede atrás.
Rashid Pelpou, presidente del grupo parlamentario sobre población y desarrollo de Ghana, dijo a IPS que se estima que 1,2 millones de personas, de los 29,46 millones de habitantes de este país, viven con inseguridad alimentaria.
Y otros dos millones de personas están en riesgo de vivir en inseguridad alimentaria. Frente a un impacto natural o causado por actividades humanas, su patrón de consumo puede sufrir enormemente.
En tanto que representantes del pueblo, señaló que la prioridad de los parlamentarios es asegurarse de que las leyes y los presupuestos se traduzcan en que los electores tengan acceso económico y físico a suficientes alimentos nutritivos y seguros, indicó.
Salud Reproductiva
En Ghana, el Consejo Nacional de Población (NPC, en inglés), señaló en agosto que el aumento de población de 2,5 por ciento está bien por encima del promedio mundial de 1,5 por ciento, lo que se considera una tendencia perturbadora.
La gestión de la población es una emergencia que requiere acción urgente, señaló Leticia Appiah, directora del NPC. El “aumento de población es de 700.000 a 800.000 personas, lo que es alarmante”, apuntó.
Cuando la gente da a luz más hijos de los que puede mantener, no solo sufre la familia por no poder cuidarlos, sino el Estado por los servicios sociales que prové, observó Appiah.[related_articles]
“Nuestra economía ya no se desarrolla al grado que querríamos, y tenemos a un gran número de personas que dependen de un número pequeño de personas para sobrevivir”, indicó.
Muy pocos ingresos y alimentos deben compartirse entre muchas personas, lo que retrasa el crecimiento de nuestra economía y de nuestro desarrollo», explicó Appiah.
Datos del Banco de Desarrollo Africano muestran que “el crecimiento económico cayó de 14 por ciento en 2011, a principios de la producción de petróleo, a 3,5 por ciento en 2016, el más bajo en dos décadas”, apuntó.
En abril, el Servicio de Estadística de Ghana, anunció el crecimiento de 8,5 por ciento del producto interno bruto.
“Tenemos que concentramos en la salud reproductiva porque de lo contrario perderemos la inversión que hicimos en inmunización y nos crearemos más problemas”, remarcó Appiah.
Por su parte, Nagahama señaló al respecto: “Es un derecho individual elegir cuántos niños quieren tener y en qué intervalo”.
“En realidad, hay muchos niños que nacen de embarazos y nacimientos no deseados”, apuntó
“Para eliminar esa difícil situación, es importante que los parlamentarios legislemos y destinemos fondos e implementemos programas de acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva, y que sean culturalmente aceptables», puntualizó
Niyi Ojoalape, representante del UNFPA en Ghana, dijo a IPS que mediante una fuerte coordinación se puede aprovechar el dividendo demográfico, el crecimiento de una economía que deriva del efecto de un cambio en la estructura etárea de la población de un país.
Ghana tiene actualmente una política nacional de población con estrategias para gestionar a los habitantes del país y lograr beneficios a largo plazo, sin embargo, su implementación no ha contado con mucha voluntad política.
Ojoalape observó que sin una implementación sostenible a largo plazo, Ghana no podrá obtener beneficios.
Traducción: Verónica Firme