Frente a las amenazas, los periodistas “necesitamos ser fuertes”

Galardonados con el Premio Internacional a la Libertad de Prensa en 2017, Pravit Rojanaphruk, Patricia Mayorga y Afrah Nasser con Joel Simon y Christiane Amanpour. Crédito: CPJ/Barbara Nitke.
Galardonados con el Premio Internacional a la Libertad de Prensa en 2017, Pravit Rojanaphruk, Patricia Mayorga y Afrah Nasser con Joel Simon y Christiane Amanpour. Crédito: CPJ/Barbara Nitke.

En un contexto internacional de crecientes restricciones que ponen en riesgo a la libertad de prensa, los profesionales del sector se ven en situaciones cada vez más peligrosas, que amenazan su trabajo y su vida.

Todos los años, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) reconoce con el Premio Internacional a la Libertad de Prensa a aquellos profesionales que se destacan por su valor.

“En todo el mundo, los periodistas deben hacer frente a más amenazas y presiones”, alertó el director ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Los que reconocemos son los más valientes y comprometidos. Son un ejemplo de que el periodismo importa”, subrayó.

Entre los galardonados está la periodista y bloguera yemení Afrah Nasser, quien señaló que en Yemen la su trabajo es como caminar en un campo minado.

Reporteros sin Fronteras denunció que los insurgentes hutíes son la segunda organización que más periodistas secuestra en el mundo, detrás del Estado Islámico (EI). Cuando no son víctimas de ataques aéreos de la coalición encabezada por Arabia Saudita que interviene en Yemen, los profesionales de la prensa están en constante peligro de ser detenidos, desaparecidos o asesinados.

“Recibía amenazas de muerte, incluso contra mi familia, la que también me presionaba para que no escribiera por (su necesidad de) protección y amor”, relató Nasser a IPS.

En 2011, con levantamiento en Yemen, Nasser comenzó a escribir sobre violaciones de derechos humanos y cuestiones de género en el país, que hicieron que comenzara a recibir las amenazas de muerte por su cobertura crítica contra el régimen.

Ese mismo año, terminó refugiándose en Suecia, donde sigue viviendo hasta ahora y escribiendo sobre su país.

“Siempre creí en el fuerte poder de los reportajes. La libertad de expresión es una herramienta muy vital para que cualquiera comunidad pueda hacer cambios”, explicó.

Suele esperarse que las mujeres hablen de temas livianos, pero Nasser dijo que tienen la necesidad de expresarse.

“No soy periodista hombre, blanco y occidental que escribe sobre Yemen. Creí que nadie me tomaría en serio”, contó a IPS al comentar sobre el premio del CPJ.

Pero aprovechó la oportunidad de subrayar la difícil situación que vive la población yemení y reclamar una acción internacional.

“No estoy aquí para representar a los periodistas yemeníes, sino a toda la población que se siente abandonada por los gobernantes del mundo y los medios internacionales, que no cubren suficientemente bien su situación. Asegurémonos de que la prensa internacional esté en el lugar correcto de la historia”, dijo Nasser a los presentes en la ceremonio de premiación.

Al igual que Nasser, Patricia Mayorga también tuvo que solicitar protección tras el asesinato de su colega en el noroccidental estado mexicano de Chihuahua.

Miroslava Breach Velducea, quien cubría temas de política y delincuencia en ese estado de México, fue asesinada en marzo de ocho tiros. En la escena del crimen se encontró una nota que decía: “Por soplona”.

Mayorga trabajaba con ella, escribiendo sobre política, corrupción y crimen organizado. Tras publicar un artículo sobre los vínculos de los candidatos políticos con el crimen organizado, comenzaron a recibir amenazas de muerte.[related_articles]

“En este momento, no tengo miedo. Sentí el valor de decir que quería gritar que es necesario que haya justicia. Pero al mismo tiempo, sientes que vives bajo anestesia y debes entregarte a los especialistas porque todo empeoró”, dijo a IPS.

Poco después del asesinato de Velducea, Mayorga se refugió en Perú.

El crimen organizado no es el único problema que afrontan los periodistas mexicanos, sino también la campaña del gobierno para silenciar a la prensa y evitar que informe sobre la realidad en el terreno, precisó.

“Cuando los periodistas comenzaron a cuestionar al gobierno, este comenzó a vigilarlos. Comenzaron las campañas de desprestigio y para criminalizarlos”, señaló Mayorga.

“La libertad de prensa no es solo para los periodistas, sino también para el pueblo”, continuó.

México sigue siendo el país de Occidente con más asesinatos de profesionales de la prensa. Unos 100 periodistas habrían sido asesiandos desde 2000.

“Dos meses antes del asesinato en el estado de Chihuahua, Miroslava Breach y yo nos preguntamos por qué seguíamos adelante. Se negó a ser cómplice, y yo me negaba a traicionar a la gente que confiaba en nosotros y tenía esperanzas en el periodismo”, relató Mayorga a los presentes en la ceremonia de premiación.

“Necesitamos ser fuertes porque México nos necesita fuertes y claros”, añadió.

Otros periodistas celebrados fueron el tailandés Pravit Rojanaphruk, el camerunés Ahmed Abba y la editora de la cadena estadounidense PBS NewsHour, Judy Woodruff.

Traducido por Verónica Firme

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