El sector turístico de Trinidad y Tobago lucha contra la invasión de microalgas, las que en algunas playas llegaron a medio metro y dejaron un hedor nauseabundo, mientras el gobierno se esfuerza por crear un sistema de alerta temprana que permita a los isleños tomar medidas defensivas.
“Tras el episodio del sargazo (microalgas) de 2015, el Instituto de Asuntos Marinos (IMA, en inglés) reunió a todos los actores para desarrollar un plan de respuesta”, recordó la subdirectora Rahanna Juman.[pullquote]3[/pullquote]
“Buscamos algún tipo de mecanismo de alerta temprana mediante satélites. Sabemos que el sargazo proviene del continente sudamericano. Si sabemos cuándo viene y pronosticamos en qué parte de la isla se acumulará, podremos informar a las autoridades regionales para que pongan las cosas en marcha”, explicó.
“Creamos una red y tenemos al Servicio de Meteorología que nos da una idea de dónde quedará”, apuntó.
“La invasión de sargazo en las playas de Trinidad y Tobago es un fenómeno relativamente nuevo para el que hemos estado mal preparados”, reconoce el informe Estado del Ambiente Marino 2010-2015 (SOME, en inglés), publicado por el IMA en mayo de este año.
“Pero con el cambio climático recalentando continuamente los océanos, parece que aumenta la probabilidad de futuros eventos de ese tipo”, advierte.
Este país caribeño ha experimento enormes embates de microalgas en 2011, 2012, 2013 , 2015 y otra vez este año.
“El sargazo es un fenómeno natural”, precisó Juman, pero es su volumen lo que ha impresionado a la población en estos años.
Las consecuencias de la invasión de microalgas asestaron un duro golpe al turismo de Trinidad y Tobago.
El primer gran episodio que afectó al sector ocurrió en 2015, recordó la directora de la junta que reúne a la Asociación de Hoteles y Turismo de Tobago, Ambiente de Tobago y la Asociación de Operadores de Buceo de Tobago, Wendy Austin, al ser consultada por IPS.
“La gente cancelaba sus reservas. Los visitantes tenían que mudarse, en particular en el extremo norte de la isla. (La pequeña comunidad de) Speyside se vio muy afectada y el olor era espantoso. Los restaurantes tuvieron que cerrar porque la gente no salía a cenar”, relató.
Cuando el sargazo se pudre, emite un hedor nauseabundo.
“Este año, nos golpeó duro otra vez”, reconoció Austin. “Se presentaron propuestas a la Asamblea Legislativa de Tobago para manejar la situación desde el punto de vista ambiental y que el turismo tenga menos problemas. Pero no hay dinero para ponerlas en práctica”, se lamentó.
La asamblea aprobó un año unos 500.000 dólares para limpiar el sargazo en descomposición.
Además del golpe asestado al turismo, las microalgas también perjudicaron el ambiente marino.
Una consecuencia particularmente delicada de la invasión de sargazo es el impacto devastador que tiene en los sitios de anidación de tortugas en la isla.
De hecho, el informe SOME precisa: “Desde el punto de vista ecológico, tanto las tortugas adultas como juveniles pueden enredarse en la masa tupida”.
Las crías que salían del huevo y se encaminaban al mar en las costas de la isla de Tobago en 2015 quedaron atrapadas en el sargazo, recordó Juman, así como muchas de las que abandonaban las playas del noreste de Trinidad.
Este año, la prensa local reflejó en abril la preocupación de que ocurriera lo mismo tras la eclosión de los huevos por la última invasión de las microalgas.
Además, “el sargazo puede asfixiar a los arrecifes de coral y a las praderas marinas y traer organismos foráneos, lo que podría tener consecuencias negativas para las especies nativas de Tobago”, alertó Juman, ecóloga especializada en humedales.
El informe SOME explica que las praderas marinas destruidas por el sargazo al sudoeste de Tobago son importantes para el ambiente marino pues “estabilizan los sedimentos del suelo, enlentecen las corrientes marinas, evitan la erosión y filtran los nutrientes suspendidos y sólidos de las aguas costeras”.
En respuesta a ese fenómeno, así como a otras amenazas planteadas por el cambio climático, en su nueva política de Gestión Integrada de la Franja Costera, el gobierno de Trinidad y Tobago prioriza el mantenimiento de la “diversidad, la salud y la productividad de los ecosistemas y de los procesos costeros y marinos”.[related_articles]
La subsecretaria permanente del Ministerio de Planificación, Marie Hinds, precisó vía correo electrónico que ese objetivo, el octavo del documento, incluye hacer frente al problema del sargazo.
Para lograr la meta habría que implementar “un programa de gestión y control de especies invasoras en las zonas costera y marina”, precisó.
La creación de una política para la franja costera fue un requisito del Banco Interamericano de Desarrollo para que Trinidad y Tobago pudiera acceder a fondos contra el cambio climático, apuntó Hinds.
La política facilitará la coordinación y la cooperación entre la sociedad civil, el gobierno y el sector privado para hacer frente al impacto del recalentamiento planetario en este país caribeño.
Pero todavía hay muy pocas investigaciones y datos en base a los cuales tomar decisiones y hacer frente al problema del sargazo porque es un fenómeno relativamente nuevo, planteó Juman.
Una de las propuestas para deshacerse de las microalgas es generar biogás. Pero “para invertir en algún tipo de industria, hay que saber qué cantidad, cuánto, si el suministro será consistente”, puntualizó.
“También es necesario investigar para cuantificar el impacto de ese tipo de industria en la pesca y en el transporte marítimo, así como en el turismo. No tenemos esos datos”, se lamentó Juman.
Es importante “contar con investigaciones y saber cómo atender el problema para ser proactivos y no reactivos” y para que el IMA pueda encontrar soluciones al problema del sargazo.
Traducido por Verónica Firme