Dos organizaciones ambientalistas de Trinidad y Tobago creadas por jóvenes voluntarios se esfuerzan por promover la sostenibilidad ambiental, así como medidas contra el cambio climático, a la vez que analizan su propia sostenibilidad a largo plazo.
IAMovement y el festival New Fire (nuevo fuego) comenzaron sus actividades ambientales en serio hace unos tres años.
El primero conquistó a los trinitenses con una marcha contra el cambio climático en 2014 y con un icónico corazón formado por 150 manifestantes que se les unieron, un símbolo retomado al año siguiente por las 450 personas que se sumaron en la actividad realizada en esta capital, en el marco de la 21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21), realizada en París.
Cuando la primera marcha, en el marco de conversaciones climáticas en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, “la gente se acercó, interesada, pero sin saber mucho qué esperar. Pero desde el principio, el diálogo fue muy positivo sobre qué podemos hacer y qué soluciones tenemos a mano”, relató el director de IAMovement, Jonathan Barcant.
El festival New Fire, organizado por la no gubernamental T&T Bridge Initiative, se vinculó a las movilizaciones contra el cambio climático de 2016, con el lanzamiento de un festival, ecológicamente sostenible, de música e hizo énfasis en reducir, reutilizar y ser sostenible.
El encuentro fue un éxito pues los organizadores de un festival de música poco conocida decidieron dar una mayor exposición a artistas y músicos talentosos, pero poco conocidos.
“Decidimos que teníamos que lograr un mayor impacto. Es más que un simple entretenimiento. Se basa en un modelo transformador de festival”, explicó el fundador de New Fire, Gerry Williams.
“Hemos recibido unos 50 voluntarios en los últimos tres años, y tenemos una lista creciente de personas interesadas en participar de forma voluntaria”, observó Barcant.
“Fue realmente un pequeño grupo de personas que se reunieron y lograron concretarlo”, coincidió Williams.
Esta generación básicamente cree, espera y ansía que pase algo nuevo en nuestro entorno. Mucha gente dice que siempre soñó con hacer algo como esto o formar parte de esto. Una gran cantidad de trabajo es voluntario.
El enorme apoyo recibido llevó al festival y al IAMovement a dar un paso más y a apostar a planes más ambiciosos en materia de cambio climático y de sostenibilidad ambiental. Pero para asegurar su viabilidad a largo plazo, tratan de ofrecer remuneraciones a quienes trabajen en sus proyectos.
“Una de las razones de la reestructura es que hemos recibido tantas solicitudes de trabajo voluntario, que finalmente puedo decir que tenemos la capacidad de hacerlo”, explicó Barcant.
IAMovement “es una organización de base sin fines de lucro, y es el primer año que conseguimos fondos para pagarle a un coordinador de proyectos”, precisó.
“Como jóvenes que damos cada vez más de nosotros, tenemos que apuntar a un crecimiento sostenible si queremos seguir creciendo. A medida que aumenta la demanda y que nos exige más trabajo, tenemos que recibir una remuneración”, añadió.
Por su parte, Williams apuntó: “No recibo un salario de la organización ni del festival. Este año, solo logramos cubrir los costos, el año pasado, tuvimos que poner de nuestro bolsillo”.
“Como es sin fines de lucro, aun cuando el festival logre alguna ganancia, tenemos la obligación de manejar ese dinero de determinada manera. No podemos guardárnoslo o dárselo a algunos participantes”, explicó.
Por eso, la organización que arma el festival se prepara para lanzar una actividad sin fines de lucro como la confección de muebles a partir de bandejas de carga de madera que fueron descartadas.
IAMovemente reúne fondos a través de donaciones en su sitio de Internet, además de aportes de embajadas europeas en Trinidad y Tobago, donaciones de agencias multinacionales, además de las iniciativas de microfinanciación para cubrir los costos de sus proyectos ambientales.
Los organizadores del festival incluso apuestan a lanzar una empresa especializada que ofrezca el servicio de organizar eventos verdes y sostenibles.
IAMovement está en proceso de organizar unas 40 charlas climáticas en escuelas y otros lugares, en el marco de las cuales aprovecharán para difundir su filme, de bajo presupuesto, sobre cambio climático, titulado “Small Change” (pequeño cambio).[related_articles]
El filme se proyectó en el Festival de Cine de Trinidad y Tobago en 2016 y participará de otros como el Festival Nacional de Cine para Jóvenes Talentosos, considerado “uno de los principales y más influyentes festivales para cineastas emergentes”, creado por Dylon Quesnel, de 23 años e integrante de IAMovement.
El argumento del filme y de la organización es que Trinidad y Tobago logrará grandes beneficios sociales y económicos si abandona la economía dependiente de los combustibles fósiles y adopta una basada en energías renovables y cuidadosa del ambiente.
IAMovement también plantará el primer techo verde del país en el edificio del Ministerio de Educación, diseñado para albergar a ese proyecto en particular.
New Fire concluyó la segunda edición del festival anual a principios de abril, que tuvo lugar en el exuberante entorno de la Cordillera Septentrional, en el valle de Santa Cruz, en la isla de Trinidad, donde se reunieron unas 2.000 personas, casi el triple del año pasado.
El festival ofreció talleres sobre distintos temas relacionados con la ecosostenibilidad e invitó a los participantes a no ingresar con botellas descartables. “Hacemos todo lo posible para evitar productos descartables”, y cuando lo son, fueron recilados, explicó Williams.
“El consumo es uno de los grandes motores del cambio climático. Tenemos que modificar nuestros hábitos de consumo”, subrayó. “Esperamos que el festival sea una experiencia inspiradora para todos, que afuera de él y además de divertirse, incorporen algo del festival en sus vidas”, añadió.
Sasha Belton, de 32 años, participó en las conversaciones climáticas promovidas por IAMovement, así como en la proyección del filme y relató su experiencia.
“Definitivamente genera consciencia y hace que te des cuenta de cuánto das por sentado. Me hizo ser más consciente de mis propias acciones y de cómo hay que reciclar y compartir información con otros”, relató.
Traducido por Verónica Firme