La llamada ley del carbono estipula que las emisiones humanas de dióxido de carbono (CO2) deben reducirse a la mitad cada década a partir de 2020 para que la humanidad logre emisiones nulas del gas a mediados de este siglo y así proteger el clima mundial para las generaciones actuales y futuras.
La ley del carbono es un concepto nuevo que la revista Science presentó el 23 de este mes y con la que se pretende combatir el efecto invernadero, que consiste en la subida de la temperatura del planeta como consecuencia de la concentración en la atmósfera de gases, principalmente dióxido de carbono. [pullquote]3[/pullquote]
La ley es parte de un itinerario de descarbonización que muestra cómo la economía global puede reducir rápidamente sus emisiones de carbono, señaló el coautor Owen Gaffney, del Centro de Resiliencia de Estocolmo, un equipo de expertos internacionales en clima con sede en la capital sueca.
Para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados, las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles – como el petróleo, el gas y el carbón – deben alcanzar su pico a más tardar en 2020 y caer aproximadamente a cero en 2050.
Así lo establece el histórico Acuerdo de París, alcanzado en la 21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en diciembre de 2015. Las temperaturas mundiales ya han subido 1,1 grados.
«Después del Acuerdo de París comenzamos a trabajar en un itinerario basado en la ciencia para mantenernos bien por debajo (del aumento de) dos grados», dijo Gaffney a IPS.
La ley del carbono se basa en la Ley de Moore, una predicción que señala que el poder de procesamiento de las computadoras se duplica cada 24 meses.
Como la de Moore, la ley del carbono no es científica ni jurídica, sino una proyección de lo que podría suceder. La predicción que hiciera en 1965 el estadounidense Gordon Moore, cofundador de la empresa Intel, terminó convirtiéndose en la meta de la industria de la tecnología.
La estrategia de la ley del carbono se asegura de que los mayores esfuerzos para reducir las emisiones ocurran lo antes posible, lo que reduce el riesgo de expandir el presupuesto mundial de carbono, dijo Gaffney en referencia a la cantidad del gas que puede emitir el planeta.
Esto significa que las emisiones globales de CO2 deben alcanzar su pico en 2020 y luego reducirse a la mitad para 2030. Las emisiones en 2016 fueron de 38.000 millones de toneladas (mdt), aproximadamente lo mismo que en los dos años anteriores.
Si las emisiones alcanzan un máximo de 40 mdt para 2020, entonces deberán reducirse a 20 mdt para 2030 según la ley del carbono. Y luego deberán reducirse a la mitad de nuevo en 2040 y en 2050.
«Las emisiones mundiales se han estancado en los últimos tres años, pero es demasiado pronto para decir si han alcanzado su punto máximo debido en gran parte a los increíbles esfuerzos de China», aclaró Gaffney.
La publicación de Science, «Un itinerario para la descarbonización rápida«, señala que el consumo de carbón en China pasó de aumentar 3,7 por ciento en 2013 a caer 3,7 por ciento en 2015. Aunque el trabajo no lo indique, la capacidad de energía eólica china pasó de 400 megavatios en 2004 a 145.000 megavatios en 2016.
«En la última década, la participación de las energías renovables en el sector energético se ha duplicado cada 5,5 años. Si la duplicación continúa a este ritmo, los combustibles fósiles desaparecerán del sector energético mucho antes de 2050», vaticinó Johan Rockström, uno de los autores del documento y director del Centro de Resiliencia de Estocolmo.[related_articles]
Los autores determinan que la era del carbón cesará entre 2030 y 2035 y la del petróleo entre 2040 y 2045, según su ley del carbono. Para permanecer en esta trayectoria, todos los sectores de la economía necesitan itinerarios de carbono que sigan esta regla de oro.
«Identificamos pasos concretos hacia la descarbonización total para 2050. Las empresas que traten de evitar esos pasos y sigan avanzando en puntas de pie se perderán la próxima revolución industrial y, por lo tanto, su mejor oportunidad para un futuro rentable», advirtió Hans Joachim Schellnhuber, director del alemán Instituto Potsdam para la Investigación sobre el Impacto Climático.
Algunos elementos de estos planes incluyen duplicar las energías renovables en el sector energético cada cinco a siete años, mejorar las tecnologías para eliminar el carbono de la atmósfera y reducir rápidamente las emisiones procedentes de la agricultura y la deforestación.
Entre las acciones inmediatas e indispensables que deben realizarse para 2020 se encuentran la eliminación de unos 600.000 millones de dólares en subvenciones anuales a las industrias de combustibles fósiles y la suspensión de las inversiones en carbón. Todas las ciudades y grandes corporaciones del mundo industrializado deberán aplicar planes de descarbonización.
Las economías en rápido crecimiento de India, Indonesia y otros países deberían recibir ayuda para que puedan adoptar una vía verde hacia la prosperidad. No pueden consumir carbón como lo hizo China porque las emisiones de CO2 se acumulan y ya queda poco espacio en el presupuesto global de carbono, explicó Gaffney.
Este es un problema sumamente urgente. India ya está a punto de tomar el camino del carbono sucio.
«Las plantas de carbón en construcción y propuestas solo en India representarían aproximadamente la mitad del presupuesto de carbono restante», según Steven Davis, de la estadounidense Universidad de California en Irvine, sobre su nuevo estudio que será publicado en breve.
Davis, que no participó en el documento sobre la ley de carbono, está de acuerdo en que es posible una descarbonización rápida hasta alcanzar emisiones cercanas a cero. Se necesitarán avances importantes en materia de costos en la electrólisis, baterías, captura de carbono, procesos alternativos para la fabricación de cemento y acero y más, aseguró.
Todo esto exigirá «esfuerzos hercúleos» de todos los sectores, incluyendo el ámbito político, donde pronto deberá asumirse un costo sobre el carbono. Si no se logra avanzar se abrirá la puerta a décadas de catástrofe climática.
«La humanidad debe emprender una transformación decisiva hacia la descarbonización total. La ‘ley del carbono’ es una poderosa estrategia y un itinerario para reducir las emisiones a cero», expresó Nebojsa Nakicenovic, del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados, con sede en Austria.
Traducido por Álvaro Queiruga