El Acuerdo de París contra el cambio climático, alcanzado en la cumbre de 2015, compromete a las partes a buscar una economía con bajas emisiones de carbono y resiliente a la variabilidad climática. Pero la gran duda es cómo lograrlo, en especial en lo que concierne a las naciones en desarrollo de África.
Considerada la “COP de la Implementación”, la 22 Conferencia de las Partes (COP22) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se realiza en esta ciudad de Marruecos del 7 al 18 de este mes, es una oportunidad para redefinir algunos asuntos que quedaron pendientes el año pasado en la COP21 de la capital francesa, según los negociadores africanos.
“Tenemos tres grandes objetivos en esta COP22, (primero) crear los cimientos para un marco legal y técnico sólido del Acuerdo de París”, detalló Seni Nafo, presidente del Grupo Africano de Negociadores.
“El segundo asunto clave es presionar para acelerar la acción tras su entrada en vigor y, por último pero no menos importante, garantizar fondos para la adaptación de África”, añadió.
Entre los asuntos que quedaron pendientes en París para esta COP22 se destacan las modalidades para no superar el límite de dos grados de aumento de temperatura, los mecanismos para asegurar su cumplimiento y el logro de un equilibrio entre mitigación y adaptación, entre otros asuntos.
Para África es clave eliminar los cuellos de botella para acceder a los fondos para el clima. Según datos del Banco de Desarrollo Africano, este continente, el más expuesto a los vaivenes climáticos, solo pudo acceder a menos de cuatro por ciento de los recursos disponibles por la falta de proyectos financiables.
Como el acuerdo se basa en las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (CDN), se teme que la dificultad de acceder a los fondos se complique más porque la mayoría de los compromisos de los países africanos son imprecisos, según el Centro Africano de Política Climática de la Comisión Económica para África, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“El centro está listo para apoyar a los países africanos a revisar sus CDN, la mayoría de las cuales resultaron deficientes”, indicó James Murombedzi, oficial a cargo, en diálogo con IPS. Y añadió que su organización quiere que la implementación del Acuerdo de París sea inclusiva.
Pero nada será posible, acotó Murombedzi, si la COP22 no deja bien claros las bases.
Desde hace años, los expertos hablan de la construcción de capacidades para lograr la preparación de propuestas que se puedan financiar en la mayoría de los países africanos. Sin embargo, recomiendan cautela, pues el continente avanza en esa dirección.
Según Balgis Osman Elasha, responsable de cambio climático del Banco de Desarrollo Africano, este continente debe evitar “la trampa del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)” de avanzar siempre hacia la construcción de capacidades y perderse importantes oportunidades de financiación.
“África no se puede beneficiar del MDL porque quedó atrapada en el modo construcción de capacidades, mientras otros pasaban a la acción”, precisó.
El MDL, previsto en el Protocolo de Kyoto, ofrecía proyectos de reducción de gases contaminantes asistiendo a las partes no incluidas en el Anexo I a lograr el desarrollo sostenible y el cumplimiento de sus compromisos en materia de disminución y limitación de emisiones cuantificadas.
Como se subrayó, el equilibrio entre adaptación y mitigación ocupa un lugar destacado en estas negociaciones. Y para las economías africanas, la adaptación no es una cuestión de futuro, sino de presente.
Los datos disponibles muestran que la mayoría de los países ya afrontan dificultades económicas, las que probablemente empeoren por las consecuencias del cambio climático. Por ejemplo, se espera que la producción de cereales disminuya 49 por ciento en África para 2050 por las consecuencias del cambio climático, lo que exacerbará la inseguridad alimentaria.[related_articles]
El ministro de Desarrollo Hídrico, Saneamiento y Protección Ambiental, Lloyd Mulenga Kaziya, subrayó la necesidad de tomar acciones urgentes, en especial mejorar los servicios que ofrece el hidrómetro, como medir el caudal, la velocidad y otras características de los cursos de agua.
“Zambia se ha visto muy afectada”, observó.
“En los últimos cinco años, nuestros ríos se secaron, mientras la frecuencia de las sequías aumentó, lo que afectó a los pequeños agricultores en términos de producción, y para empeorar la situación, no existe un flujo de información hacia las comunidades afectadas”, explicó Kaziya.
Ese país de África austral necesita ayuda urgente para mejorar sus sistemas de medición e integrarlos a sectores clave como la minería, la energía y la agricultura.
Con esas importantes necesidades identificadas, los negociadores africanos pretenden que elevar la voz de África, en especial ahora que se debaten las modalidades y las normas de implementación del Acuerdo de París.
“A tono con nuestro principal objetivo de garantizar fondos para la adaptación, una de las prioridades es mantener la adaptación al mismo nivel que la mitigación”, indicó Nafo, quien acotó que la adaptación no es una opción para África, sino una necesidad.
De todas maneras, este continente no espera de brazos cruzados.
En la COP21, se lanzó la Iniciativa Renovable para África para allanarle el camino al continente hacia un crecimiento verde e inclusivo. Y ya logró un compromiso económico significativo de más de 10.000 millones de dólares para proyectos de energía renovable, según el Banco de Desarrollo Africano, uno de los socios del emprendimiento.
El presidente de la COP22, Salahedinne Mezouar, dejó claro desde el primer día el tono de los reclamos de África.
“París nos dio un compromiso global con el cambio climático y la COP22 de Marrackech nos proporcionará acciones climáticas más ambiciosas. Todos debemos de estar a tono con el desafío y apoyar a los países más vulnerables”, subrayó Mesouar, refiriéndose a África, el continente más expuesto al recalentamiento planetario y que menos contribuye al mismo, liberando solo cinco por ciento de las emisiones contaminantes.
Al comenzar la segunda semana de negociaciones, el grupo africano se mantiene optimista de que los asuntos más importantes, en especial los medios de implementación, se resuelvan para que el Acuerdo de París avance con fluidez.
Traducido por Verónica Firme