Estados Unidos se abstuvo por primera vez después de 25 años de votar contra la resolución de la ONU que condena el embargo que impone contra Cuba desde la década de los años 60. Una medida histórica, aunque el bloqueo está vigente y causando estragos, recordó el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla.
La Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se reunió como todos los años para votar contra las sanciones impuestas por Washington a Cuba en 1962, en lo peor de la Guerra Fría. Estados Unidos votó siempre en contra, pero el miércoles 26, la embajadora estadounidense Samantha Power anunció el histórico cambio de posición.
Así, la resolución fue aprobada por una abrumadora mayoría de 191 estados, pues Israel siguió a Estados Unidos en la abstención.[pullquote]3[/pullquote]
“Después de más de 50 años de seguir el camino del aislamiento, elegimos el de la implicación”, señaló Power, cuyo anuncio fue ovacionado.
La embajadora subrayó el avance significativo realizado por el gobierno cubano en la protección de su pueblo, en la reducción de la mortalidad infantil y en el acceso de niñas y niños a la educación.
También destacó el papel fundamental que tuvo Cuba cuando estalló el brote de ébola en 2014, fue el primer país en responder a la emergencia y en mandar 200 profesionales a las zonas más golpeadas de África occidental.
Por su parte, el canciller cubano Parrilla aplaudió la abstención, pero recordó que el embargo está vigente y perjudica a los cubanos y al desarrollo económico del país.
“Son incalculables los daños humanos producidos por el bloqueo. No hay familia cubana ni sector en el país que no sufra sus efectos: en la salud, la educación, la alimentación, en los servicios, los precios de los productos, en los salarios y las pensiones”, recordó a la Asamblea General, antes de estimar que el costo del embargo supera los 125.000 millones de dólares.
Estados Unidos alivió las restricciones de viajes y las impuestas al sector empresarial, pero la mayoría de las leyes y normas que regulan el bloqueo siguen vigentes.
Por ejemplo, la Ley de Democracia Cubana, de 1992, prohíbe a las subsidiarias extranjeras de compañías estadounidenses comerciar con Cuba, lo que impide que el país caribeño acceda a medicamentos y a equipos médicos y “causa estragos” al sistema de salud cubano.
Parrilla mencionó el caso de la compañía estadounidense Medtronic, que no pudo vender estimuladores cerebrales profundos a las empresas cubanas, utilizados para tratar a pacientes con la enfermedad de Parkinson y con otros desórdenes neurológicos.
Además, recordó que los esfuerzos de Cuba contra la epidemia del virus del Ébola se vieron obstaculizados cuando el British Standard Chartered Bank se negó a realizar transferencias entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los médicos cubanos.
Ahora los bancos estadounidenses pueden procesar transacciones cubanas, pero muchas instituciones todavía temen las represalias de Estados Unidos, pues ya han tenido que pagar multas enormes por violar las sanciones.
En 2012, al ING Bank se le aplicó una multa de 619 millones de dólares, al HSBC de 1.900 millones y al BNP Paribas de 8.830 millones.[related_articles]
Aun después de diciembre de 2014, cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció su intención de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba, el Crédito Agricole, de Francia, recibió una multa de 787 millones de dólares por violar las sanciones.
“El levantamiento del bloqueo es el factor clave para avanzar hacia la normalización de las relaciones con los Estados Unidos y es lo que dará sentido, profundidad y solidez a lo alcanzado”, remarcó Parrilla.
Power se expresó de forma similar y urgió a ambas naciones a seguir conversando a pesar de las diferencias.
“Hoy daremos otro pequeño paso para lograrlo. Habrá muchos, muchos más, incluso, esperamos, terminar por fin el embargo de Estados Unidos de una vez por todas”, aseguró.
Pero la abstención en la votación de condena al bloqueo no significa que Washington comparta todas las políticas y prácticas del gobierno cubano, precisó Power.
“Estamos profundamente preocupados por las graves violaciones de derechos humanos que el gobierno cubano sigue cometiendo con impunidad contra su propio pueblo”, añadió.
De acuerdo a la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, más de 8.600 activistas y opositores fueron detenidos en 2015, según Amnistía Internacional, con sede en Londres.
Además, la libertad de expresión y de acceso a la información sigue limitada, según la organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York.
Pero a pesar de la abstención, Power rechazó algunos aspectos de la resolución de la Asamblea General, como que el embargo violaba la Carta de la ONU y el derecho internacional.
Traducido por Verónica Firme