La alarma es seria y los hechos contundentes: 92 por ciento de la población mundial vive en lugares donde la contaminación aérea supera los límites considerados aceptables. Además, 6,5 millones de personas mueren al año por problemas relacionados con la mala calidad del aire.
“Las medias rápidas para frenar la contaminación aérea no llegarán demasiado pronto”, observó María Neira, responsable ambiental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 27 de septiembre, al comentar el modelo de calidad del aire, que incluye mapas interactivos que destacan las zonas que, en los países estudiados, superan los límites fijados por la agencia con sede en Ginebra.
La población mundial llegó a los 7.350 millones de personas en 2015, según datos de la Organización de las Naciones Unidas.
¿Qué medidas hay que tomar?
“Las soluciones incluyen dotarse de un transporte sostenible en las ciudades, de una buena gestión de residuos, de acceso a cocinas y métodos de calefacción domésticos limpios, así como usar energías renovables y reducir las emisiones industriales”, detalló Neira.
Casi 90 por ciento de las muertes ocurren en países de bajos y medianos ingresos, con casi dos de cada tres muertes en las naciones de Asia sudoriental y del Pacífico occidental.
“La contaminación aérea sigue impactando en la salud de las poblaciones más vulnerables, mujeres, niñas, niños y adultos mayores”, observó la asistente del director general de la OMS, Flavia Bustreo.
“Para que la gente se mantenga sana, debe respirar aire limpio, desde la primera inhalación hasta la última”, añadió.
No toda la contaminación aérea es consecuencia de las actividades humanas. Por ejemplo, la calidad del aire también depende de las tormentas de arena, en especial en las zonas cercanas a los desiertos.
“El nuevo modelo de la OMS muestra dónde están los lugares más peligrosos en materia de contaminación y ofrece una base para monitorear el avance de los esfuerzos para combatirla”, indicó Bustreo.
Desarrollado en colaboración con la británica Universidad de Bath, el informe de la OMS presenta los datos más detallados que se hayan acopiado hasta ahora en materia de contaminación del exterior, en relación con sus efectos sobre la salud humana gracias a mediciones satelitales, modelos de transporte aéreo y estaciones terrestres en más de 3.000 sitios, tanto rurales como urbanos.
La contaminación del aire interior es tan dañina como la del exterior
Unas tres millones de muertes al año se relacionan con la exposición al aire libre contaminado. Pero la contaminación de interiores no es menos peligrosa. En 2012, se registraron 6,5 millones de muertes, 11,6 por ciento de las registradas ese año, se vincularon con la contaminación de aire, tanto interior como exterior.
Alrededor de 94 por ciento de esas muertes derivan de enfermedades no transmisibles, en especial problemas cardiovasculares, embolias, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y cáncer de pulmón. La contaminación aérea también eleva el riesgo de infecciones respiratorias agudas.
“El nuevo modelo representa un gran salto en la disposición de estimaciones confiables sobre la enorme carga global que suponen las más de seis millones de muertes, una de cada nueve de todas las registradas, derivadas de la exposición al aire contaminado”, remarcó Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Ambienta y Determinantes sociales de la salud de la OMS.
Las pautas sobre calidad del aire ambiente de la OMS limita la exposición promedio anual a partículas con un diámetro inferior a 2,5 micrómetros, como sulfatos, nitratos y carbón negro, que penetra en los pulmones y en el sistema cardiovascular, poniendo en riesgo la salud de las personas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, adoptados por la ONU en 2015, llaman a reducir de forma sustancial el número de personas que mueren o se enferman por respirar aire contaminado.
El problema de las ciudades sostenibles, también uno de los ODS, será el eje del taller de medios y sociedad civil que organizarán IPS y la Fundación ONU el 27 y 28 de octubre en Quito.
El taller de Ecuador forma parte de una serie de iniciativas de capacitación que llevan adelante IPS y la fundación en octubre y noviembre bajo el lema “Decodificando el futuro”. Las otras dos serán en dos países europeos y otra más uno asiático.
Desconexión entre personas y ambiente
Ninguna región se salva del aire contaminado, ni siquiera la próspera Europa.
La contaminación aérea, el cambio climático, los estilos de vida poco saludables y la desconexión entre las personas y el ambiente afectan cada vez más a la salud humana en Eurasia, según el último informe del Programa de las Naciones para el Medio Ambiente (Pnuma) y la Comisión Económica de la ONU para Europa (CEPE).
El informe, divulgado el 8 de junio, llama a una mayor cooperación y a un enfoque más integrado para atender los desafíos trasfronterizos en Eurasia, que incluye a 53 países de Europa, el Cáucaso, Asia central y también a Israel.[related_articles]
De esos desafíos, la mala calidad del aire es la mayor amenaza, con más de 95 por ciento de la población urbana de la Unión Europea expuesta a elevados niveles de contaminación y por encima de las pautas de la OMS, según el último Panorama Ambiental Mundial (GEO-6), divulgado el 29 de septiembre por el Pnuma de Nairobi y la CEPE.
Más de 500.000 muertes prematuras en esa región se atribuyeron en 2012 a la mala calidad del aire exterior y 100.000, a la del interior, señala la evaluación.
El Pnuma y la CEPE alertaron que se necesita urgente un cambio que vaya de incremental a transformacional para ayudar a revertir algunos de los indicadores.
“La evaluación GEO-6 de Eurasia subraya cómo una transición hacia una economía inclusiva y verde debe basarse sobre ecosistemas resilientes, una buena gestión de productos químicos y sistemas de producción limpios, así como en opciones de consumo saludables”, indicó Jan Dusik, director de la oficina europea del Pnuma.
El informe también concluye que los desafíos ambientales que afronta la región se volvieron sistémicos y complejos, mientras que la capacidad de hacerles frente dependerá de megatendencias que están fuera de su control.
“El informe ofrece información nueva sobre los problemas ambientales emergentes en la región y ayudará a los gobiernos a diseñar políticas para el futuro”, destacó el secretario ejecutivo de CEPE, Friis Bach.
Otros de los desafíos presentados en la evaluación GEO-6 son el cambio climático, considerado una de las grandes amenazas para la humanidad y la salud de los ecosistemas, así como para el desarrollo sostenible en Eurasia.
El recalentamiento planetario “también es un acelerador de muchos otros riesgos ambientales, con consecuencias para la salud a través de inundaciones, olas de calor, sequías, menor productividad agrícola, contaminación aérea exacerbada, alergias, vectores y enfermedades derivadas de alimentos y agua contaminada”, detalla.
Traducido por Verónica Firme