El cambio climático y los eventos extremos asociados destruyeron la vida y el sustento de decenas de millones de personas en condiciones muy vulnerables, superando ampliamente el número total de víctimas dejadas por los atentados terroristas. Sin embargo, la imparable crisis climática solo recibe una ínfima atención por parte de los grandes medios de comunicación.
“Cada segundo, una persona resulta desplazada por un desastre”, señala el Consejo Noruego para Refugiados, con sede en Oslo. “Solo en 2015, más de 19,2 millones de personas huyeron de desastres en 113 países. “Esos desastres desplazan entre tres y 10 veces más personas que los conflictos o las guerras en todo el mundo”.
A medida que avanza el cambio climático probablemente genere peligros naturales más frecuentes y severos. El impacto será fuerte, alerta la organización humanitaria independiente, que provee asistencia y ayuda a las personas desplazadas por cuestiones climáticas.
“En promedio, 26 millones de personas están desplazadas por desastres como inundaciones y tormentas cada año, es decir que una persona por segundo se ve obligada a huir”, observa.
“El cambio climático es el mayor desafío de nuestra generación”, indicó Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para Refugiados, que cuenta con más de 5.000 trabajadores humanitarios en más de 25 países.
Los migrantes y refugiados climáticos forman parte de la actual emergencia humanitaria.
“Nunca antes desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) la gente necesitó tanta ayuda como ahora”, alertó Egeland, quien fuera secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios y Alivio de Emergencia (2003-2006).
Egeland, uno de los más activos y abiertos participantes de la Cumbre Mundial Humanitaria, realizada en la ciudad turca de Estambul el 23 y 24 de mayo, también subrayó que el sistema humanitario fracasa en su deber de proteger a la población civil.
“Espero que los líderes del mundo puedan preguntarse si por lo menos pueden parar de dar armas y dinero a los grupos armados que sistemáticamente violan el derecho humanitario, bombardean hospitales y escuelas y abusan de mujeres, niñas y niños”, dijo a IPS en Turquía.
Por su parte, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) pronostica que habrán 200 millones de migrantes ambientales para 2050, ya sea dentro de sus países o en el extranjero, en una situación permanente o temporal.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alerta que las poblaciones costeras están ante un riesgo particular porque un aumento de la temperatura global de entre 1,1 y 3,1 grados centígrados significaría un aumento del nivel del mar de entre 0,36 y 0,73 metros para 2100, lo que tendría un gran impacto en las zonas bajas, como sumersión, inundaciones, erosión e intrusión salina.
El director general de la OIM, William Lacy Swing, dijo al corresponsal de IPS en Nairobi, Manipadma Jena, que la migración costera ya comenzó, pero es muy difícil ser exactos porque no hay buenos datos para poder realizar pronósticos precisos.
“No sabemos. Pero claramente será un número muy grande en el futuro. Y ocurrirá tanto en las islas bajas del Pacífico y el Caribe como en los países donde la gente construye casas muy cerca de la costa y tienen inundaciones todos los años, como en Bangladesh”, explicó.
“Está claro que vamos a tener cada vez más conflictos por la escasez de alimentos y de agua, que se exacerbará por el cambio climático”, alertó Lacy Swing.[related_articles]
Las crisis políticas y los desastres naturales son los otros grandes motores de las migraciones actuales, dijo en entrevista con IPS.
Lacy Swing confirmó que las víctimas climáticas se suman al número sin precedentes, unas 60 millones de personas, que huyen de la guerra y la persecución.
“Nunca tuvimos tantas emergencias humanitarias complejas y prolongadas en forma simultánea como ahora, desde África occidental hasta Asia, con algunos pocos lugares en el medio que no tienen problemas”, puntualizó.
“Actualmente, tenemos 40 millones de personas desplazadas por la fuerza y 20 millones de refugiados, el mayor número de personas desarraigadas desde la Segunda Guerra Mundial”, destacó.
El 25 de este mes, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó por unanimidad una resolución para reforzar la coordinación con la Organización Internacional para las Migraciones dentro del sistema del foro mundial.
Fundada tras la Segunda Guerra Mundial para reasentar a los refugiados de Europa, la OIM celebrará sus 65 años en diciembre de este año.
“La migración está en el corazón del nuevo panorama político global y de sus dinámicas sociales y económicas. En un contexto de un creciente número de migrantes dentro y fuera de fronteras, se necesita más que nunca una relación funcional entre la ONU y la OIM”, subrayó el secretario general del foro mundial, Ban Ki-moon, en una declaración celebrando la decisión de la Asamblea General.
La OIM, que asistió a unos 20 millones de migrantes en 2015, es una organización intergubernamental con más de 9.500 funcionarios y 450 oficinas en todo el mundo.
“Vivimos en tiempos de muchas tragedias e incertidumbre. Este acuerdo muestra el compromiso de los estados miembro con una migración más humana y ordenada que beneficie a todos y donde celebremos a los seres humanos detrás de los números”, destacó Lacy Swing.
Por medio del acuerdo, la ONU reconoce a la OIM como “un actor indispensable en materia de movilidad humana”.
Por su parte, la OIM añadió que eso incluye la protección de migrantes y personas desplazadas en comunidades afectadas por las migraciones, así como en materia de reasentamiento de refugiados y de retorno voluntario e incorpora las migraciones en los planes de desarrollo del país.
La resolución de la Asamblea General allana el camino para que el acuerdo sea suscrito por Ban y Swing en la Reunión de Alto Nivel sobre Refugiados y Migrantes, que se realizará el 19 de septiembre en la sede de la ONU de Nueva York, donde se reunirán representantes de los estados miembro para debatir sobre los grandes desplazamientos y enfoques más humanos y coordinados para hacer frente al desafío.
Traducido por Verónica Firme