Organizaciones no gubernamentales (ONG) de Bangladesh aplican un programa llamado Shonglap que promueve la inversión en las adolescentes, el tema del Día Mundial de la Población, que se celebra este lunes 11.
Hace cuatro años, Farzana Aktar Ruma, actualmente de 18 años, estuvo a punto de contraer matrimonio contra su voluntad con un hombre a quien sus padres consideraban que le ofrecería un buen pasar a su hija mayor.[pullquote]3[/pullquote]
El tema, es la inversión en las adolescentes.»Pensé que era una bendición cuando un amigo de la familia nos dijo que el futuro novio tenía su propio negocio y un hogar listo en… Barisal, no muy lejos de donde vivimos», relató el padre de Farzana, Mohammad Yusuf Ali, a IPS.
Yusuf es un hombre influyente en Char Nurul Amin, un pueblo de Bhola, un distrito insular en la costa de Bangladesh, donde la mayoría de la población vive de la agricultura y la pesca.
Por lo tanto, sin consultar a su hija de 14 años, Yusuf dio su mano en compromiso.
Farzana no quería casarse, pero no sabía a dónde acudir. Entonces una vecina, Selina Aktar, le ofreció ayuda. «Estaba asombrada por la manera en que los padres aceptan fácilmente este tipo de propuestas de matrimonio sin tener en cuenta la edad de sus hijas», expresó Aktar.
En la víspera de la boda, Aktar organizó una reunión con los padres de Farzana y les pidió que la cancelaran y dejaran que su hija continuara la escuela secundaria hasta la graduación.
Aktar trabaja en la organización Servicios Legales de la Comunidad, que asesora sobre derechos legales, incluidos los derechos de los adolescentes.
«Tras varias horas de discusiones pudimos convencer a los padres de Farzana que una chica educada tenía más valor que una considerada una carga para su familia a una edad temprana», explicó.
«La sociedad está plagada de mitos y la mayoría de los padres aún creen en estas creencias medievales que favorecen el matrimonio precoz. Poco después de su pubertad una chica es considerada una carga para la familia y los padres buscan oportunidades para deshacerse de ella lo antes posible a cambio de la llamada ‘protección’ de sus hijas», afirmó Abul Kaiser, un asesor jurídico de Coast, una organización que combate la inequidad social.
«La sociedad tiene que empoderarse con información sobre los derechos de esas adolescentes, y es lo que estamos facilitando. Es previsible que la mayoría de los padres que no tuvieron la oportunidad de ir a la escuela se comporten así, pero nuestro propósito es cambiar esa mentalidad», explicó el director de Coast, Rezaul Karim Chowdhury.
Radio Meghna, una radio comunitaria que funciona desde febrero de 2015 en el sur de Bhola Char Fassion, transmite programas enfocados a erradicar esos mitos a través de programas de aprendizaje informal.
«Tenemos un gran público y por lo tanto tenemos la oportunidad de educar a los adolescentes y también a sus padres con respecto a los méritos y deméritos del matrimonio precoz», afirmó Fatema Aktar Champa, una productora de la emisora.
«Invitamos a expertos… a hablar acerca de la salud reproductiva, los derechos legales de los adolescentes, la necesidad de la educación y los valores, las injusticias sociales y muchos temas más», agregó.
A diferencia de otras emisoras radiales comunitarias, Radio Meghna está dirigida por un equipo exclusivamente femenino de 20 adolescentes.
«En muchas ocasiones trasmitimos programas solo para generar la confianza de los padres sobre las decisiones con el fin de prevenir el matrimonio precoz y permitir la enseñanza”, indicó Khadiza Banu, una de las productoras.
La educación es clave para el desarrollo y la educación de las niñas y jóvenes es especialmente importante, ya que se enfrentan a las normas culturales patriarcales.
En el distrito de Cox’s Bazar, Coast adoptó una estrategia diferente para empoderar a las adolescentes con el fin de que reclamen sus derechos.
Las adolescentes de muchas regiones de Bangladesh reciben la ayuda de un programa llamado Shonglap – diálogo que busca generar capacidades y desarrollar aptitudes laborales para los grupos marginados de la sociedad.
Priyanka Rani Das, que abandonó la escuela en 2012 debido a su pobreza extrema, se incorporó al Shonglap en el sur de Delpara, Khurushkul.
Integrante de un grupo de 35 adolescentes, Das, que perdió a su padre en 2009, desempeña un papel de liderazgo entre las jóvenes que se reúnen seis días a la semana en la sesión Shonglap en un suburbio de Delpara.
«Tuve que dejar la escuela porque tenía que trabajar como empleada doméstica y mantener a mi familia de seis personas», contó a IPS.[related_articles]
Una vecina, Jahanara Begum, que asistía a clases informales de una sesión Shonglap cercana, convenció a Das de que la conclusión de su educación le ayudaría a tener un mejor pasar a largo plazo.
«Me di cuenta de que las niñas están atrasadas y desatendidas en la sociedad dominada por el hombre debido a nuestra falta de conocimiento. Así que dejé el trabajo y me sumé a Shonglap, donde me demostraron que el poder del conocimiento es la clave del éxito», señaló Das.
Ella es una de las aproximadamente 3.000 adolescentes de Cox´s Bazar que regresaron a la escuela después de haber tomado clases de formación básica y cursos como costura, reparación de productos electrónicos, cría de animales domésticos, cerámica, trabajos en madera y otras actividades generadoras de ingresos.
«A aquellas que se gradúan también se las apoya con préstamos sin interés para iniciar una empresa – y hasta ahora más de 1.600 de esas chicas generan ingresos para apoyar a sus familias», observó Jahangir Alam, director del programa Shonglap.
«Shonglap es básicamente una plataforma para que las adolescentes menos favorecidas se unan y reúnan fuerza a través de diálogos comunes. Tal química durante 12 meses les da la fuerza moral para recuperar las esperanzas perdidas”, sostuvo Ruksana Aktar, líder de grupo en Delpara.
Mosammet Deena Islam, de 17 años, proviene de una familia de zapateros y nunca asistió a la escuela debido a que la pobreza se lo impidió, aunque la educación es gratuita en Bangladesh.
La joven se sumó al Shonglap en Delpara y después de unos meses en el grupo se inscribió en una escuela estatal donde asiste en la actualidad.
Rashed K Chowdhury, director ejecutivo de la Campaña por la Educación Popular (Campe), dijo a IPS que «la exclusión educativa de las niñas es un problema importante, especialmente en el contexto sociocultural de Bangladesh. Las niñas aún contraen matrimonio a una edad precoz, a pesar de las leyes estrictas contra tales actos punibles”.
El programa Shonglap, que abarca a 33 distritos de Bangladesh en una red de más de 4.600 de estos grupos, procura darles voz a estas jóvenes para que puedan defender sus propios derechos.
El programa es aplicado por Coast y otras organizaciones con financiación de la Fundación Stromme, de Noruega.
Traducido por Álvaro Queiruga