Con numerosos jefes de Estado y de gobierno exponiendo sus medidas para aliviar el sufrimiento humano y prometiendo más, y representantes de organizaciones humanitarias y de la sociedad civil denunciando la falta de honestidad política, mientras se siguen volcando billones de dólares a la industria armamentista, comenzó este lunes la Cumbre Humanitaria Mundial de dos días en Estambul.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que la comunidad internacional destina unos 25.000 millones de dólares a la asistencia para salvar la vida de unas 125 millones de personas devastadas por desastres naturales y guerras, pero el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri, en inglés) estima que el gasto militar ascendió a 1,6 billones de dólares en 2015.
“No importa, esta cumbre es demasiado importante”, subrayó un alto diplomático asiático que pidió a IPS reserva de su identidad. “Los líderes de los países más ricos, en especial de Europa y de los estados árabes del Golfo, son perfectamente conscientes de la magnitud del desafío humanitario que tienen por delante”, acotó.
“Algunos de ellos serán sinceramente sensibles al sufrimiento humano, otros se preocuparán más por su paz ‘política’ interior; la mayoría de los países industrializados, en particular de Europa, están deseosos de que las crisis humanitarias se atiendan y se resuelvan fuera y más allá de sus fronteras”, añadió.
Los gobernantes temen que si la actual crisis sin precedentes se profundiza de forma exponencial como se ha pronosticado, lleve inevitablemente a más conflictos y a una mayor inestabilidad, que perjudicará su bienestar político y económico, analizó el diplomático.
Esta cumbre procurará movilizar entre 20.000 millones y 30.000 millones de dólares para hacer frente a la peor crisis humanitaria en curso, indicó Stephen O’Brien, secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios y coordinador de la Ayuda de Emergencia.
“No subestimemos la gravedad de lo que nos espera en estos días, una oportunidad única en la vida de poner en marcha una agenda ambiciosa y de largo alcance para cambiar la forma en que aliviamos, pero más importante, prevenimos el sufrimiento de las personas más vulnerables del mundo”, añadió O’Brien en entrevista con IPS.
Para los 5.500 participantes en la primera Cumbre Humanitaria Mundial, que se realiza en esta ciudad turca hasta este martes 24, los hechos muestran que en los últimos años, los conflictos y los desastres naturales generaron un número de personas necesitadas de asistencia que aumenta con rapidez y una falta de fondos para acciones humanitarias de unos 15.000 millones dólares, según estimaciones de la ONU.
“Es muchísimo dinero, pero no fuera del alcance de un mundo que genera unos 78 billones de dólares al año de producto interno bruto (PIB)”, señala un informe del grupo de alto nivel dedicado a la financiación de las operaciones humanitarias y promovido por el foro mundial.
“Cubrir el déficit económico significaría que nadie tuviera que morir o vivir sin dignidad por falta de fondos”, añade.
“Los desastres, naturales y producto de las actividades humanas, son cada vez más frecuentes, más complejos y más intensos. Más de 60 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares por conflictos y violencia”, precisó Jan Eliassonin, vice secretario general de la ONU, en conferencia de prensa en vísperas de la cumbre.
La ONU estima que en la actualidad más de 130 millones de personas necesitan asistencia y protección en distintas partes del mundo.
Las necesidades humanitarias aumentan año a año, y cada vez más personas necesitan ayuda por períodos prolongados. Eso también eleva los costos de la asistencia y la protección. Las solicitudes de fondos de la ONU se multiplicaron por seis y pasaron de 3.400 millones de dólares, en 2003, a casi 21.000 millones de dólares, en la actualidad.
El informe Addressing the humanitarian financing gap (“Atendiendo el déficit de fondos para acciones humanitarias”) señala que cubrir el déficit “sería una victoria para la humanidad cuando más se la necesita”.[related_articles]
En el marco de la preparación de la cumbre, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, designó un grupo de nueve expertos para buscar soluciones a la falta de fondos.
El grupo identificó y analizó tres elementos importantes e interdependientes del desafío económico para las operaciones humanitarias: reducir las necesidades, movilizar fondos mediante mecanismos tradicionales e innovadores y mejorar la eficiencia de la asistencia.
El documento también es importante en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues subraya que solo concentrándonos en atender al creciente número de personas desesperadas por recibir ayuda podremos cumplir los ODS.
El grupo reconoció que la mejor forma de hacer frente a las crecientes necesidades humanitarias es atender las causas. “Eso requiere una fuerte determinación en lo más alto de la jerarquía política mundial para prevenir y resolver conflictos, así como aumentar la inversión en la reducción de desastres”.
“Como el desarrollo es la mejor forma de construir resiliencia, el grupo cree que los escasos recursos mundial de la asistencia oficial al desarrollo deben destinarse adonde más se necesitan, en situaciones de fragilidad”, concluye el informe.
Representantes de 177 países, entre ellos 68 jefes de Estado y de gobierno, comunidades afectadas por crisis, organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y agencias de la ONU participan en esta cumbre de Estambul.
Además de la sesión plenaria, también están previstas mesas redondas con figuras de alto nivel. El primer día es el Segmento de Líderes para jefes de Estado y de gobierno.
En esa instancia se trataron las cinco principales áreas de la Agenda para la Humanidad: Liderazgo político para prevenir y terminar conflictos, defender las normas que preservan a la humanidad, no dejar a nadie afuera, cambiar la vida de las personas, desde suministrar ayuda hasta terminar con la necesidad, y, por último, invertir en la humanidad.
Traducido por Verónica Firme