Personal médico no se salva de ataques en zonas de guerra

Las consecuencias de un bombardeo en Alepo, Siria, en febrero de 2014. Crédito: Freedom House/cc by 2.0
Las consecuencias de un bombardeo en Alepo, Siria, en febrero de 2014. Crédito: Freedom House/cc by 2.0

El creciente bombardeo indiscriminado en tres de los países más conflictivos, Afganistán, Siria y Yemen, se cobra un enorme número de víctimas entre el personal médico y humanitario, además del costo que tiene para los miles de civiles atrapados en los enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y rebeldes.

Las bombas que lanzó Estados Unidos contra un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, en el norte de Afganistán en octubre de 2015, y el ataque de las fuerzas regulares de Siria contra centros de salud son solo dos ejemplos de los peligroso que acechan al personal humanitario.

Además, los ataques impiden que los trabajadores de la salud atiendan a las poblaciones asediadas que más lo necesitan.[pullquote]3[/pullquote]

Cuando mueren trabajadores que ofrecen asistencia médica también se pone en peligro la salud de muchas personas, se lamentaron especialistas de Médicos por los Derechos Humanos, MSF y la Fundación Open Society.

Con la destrucción de hospitales y centros de salud, miles de personas enfermas y heridas no tienen a quien acudir, destacaron especialistas esta semana.

¿Accidentes o ataques deliberados?

La asistente de programa de Médicos por los Derechos Humanos, Elise Baker, dijo a IPS que los cinco años de guerra civil en Siria se caracterizaron por campañas deliberadas y orquestadas por fuerzas gubernamentales para destruir la infraestructura de salud y apuntar contra el personal médico en las zonas controladas por los rebeldes.

“Es solo un elemento más de la campaña contra la población civil, que viola directamente el principio clave de distinción y está previsto en las leyes que rigen las guerras y que prohíben apuntar contra objetivos y poblaciones civiles, como hospitales y escuelas”, precisó.

Otra prueba de que los ataques contra centros de atención médica forman parte de una campaña deliberada, agregó, es que la asistencia humanitaria, incluidos los suministros médicos y medicamentos, se distribuye principalmente a través de Damasco.

Las fuerzas gubernamentales obstruyeron la distribución de suministros médicos y de otros insumos vitales a las zonas controladas por la oposición o solo dejaron pasar convoyes a los que confiscaron los productos para la salud.

La organización Médicos por los Derechos Humanos registró en un mapa los ataques contra hospitales, en el que no incluyeron los que “se cree fueron accidentales o, para decirlo en jerga, que fueron resultado de daños colaterales”, acotó Baker.

También dijo que la organización “está profundamente preocupada por las denuncias de ataques contra hospitales en Yemen».

Lo que no queda claro, puntualizó, es si la coalición encabezada por Arabia Saudita apunta directamente contra hospitales o si estos son víctimas del bombardeo indiscriminado, al igual que la población y los objetivos civiles.

El año pasado fue el peor en lo que respecta a ataques contra centros de salud en Siria, según datos de Médicos por los Derechos Humanos; las fuerzas gubernamentales son responsables de la mayoría de los más de 100 incidentes registrados.

Entre marzo de 2011 y noviembre de 2015, se documentaron 336 ataques contra 240 centros de salud en Siria, 90 por ciento de los cuales perpetrados por Damasco y sus aliados, también responsables de la muerte de 96 por ciento de los 697 trabajadores de la salud que perdieron la vida.

El mapa interactivo elaborado por Médicos por los Derechos Humanos, incluye fotografías y vídeos. En noviembre, la organización divulgó el informe “Alepo abandonada: estudio de caso de la atención médica en Siria”, donde detalla los ataques del gobierno contra los centros de salud.

El portavoz del foro mundial Stephane Dujarric confirmó que la ONU recibió una carta de Riad que urge a las agencias humanitarias a abandonar las zonas controladas por los rebeldes hutíes en Yemen.

“Sí, hubo un intercambio de cartas entre la misión permanente de Arabia Saudita y nuestros colegas de la Oficina de Asuntos Humanitarios”, declaró.

“Lo que puedo decirles es que la ONU sigue pidiendo a todas las partes en conflicto que permitan el acceso a los trabajadores humanitarios a donde sea que sean necesarios, y que el acceso sea libre y sin condiciones y, obviamente, también para los suministros humanitarios”, especificó Dujarric.

“También es importante señalar que todas las partes involucradas en este conflicto y en cualquier otro deben asegurarse de hacer todo lo posible para proteger al personal humanitario”, subrayó el jueves 11 el portavoz de la ONU.

Es ilegal que las partes beligerantes usen armas de forma indiscriminada en zonas civiles, dijo Baker a IPS.

Esos actos violan otro de los principios claves que rigen las guerras y que es que todo ataque debe ser proporcionado y contemplar el daño contra las poblaciones civiles, pues los beneficios militares podrían sobrepasar el daño contra objetivos civiles, explicó.

“Claramente, ese principio no se aplica en Yemen”, puntualizó.

¿Qué papel juega la ONU?[related_articles]

Primero, el Consejo de Seguridad de la ONU debe condenar todas las violaciones con la mayor severidad posible, opinó Baker. Permitir que continúen socavará décadas de trabajo en leyes destinadas a aliviar el infierno que significan las guerras para la población civil, explicó.

Segundo, ese órgano de la ONU tiene la potestad de derivar ese tipo de situaciones a la Corte Penal Internacional (CPI), pero, como hemos visto, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (China, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia) prefieren mantener el impasse.

En el caso de Siria, precisó, China y Rusia impiden tomar medidas más fuertes; en el caso de Yemen, los otros tres apoyan a la coalición árabe.

“Por ello, el Consejo de Seguridad, encargado de mantener la seguridad y la paz internacional, fracasó estrepitosamente, y le toca a la población civil de Siria y de Yemen, así como de otros lados, pagar el precio, a menudo con sus vidas”, subrayó Baker.

Incluso, acotó, su organización documentó incidentes en que las fuerzas del gobierno de Siria atacaron varias veces el mismo hospital en un breve lapso o varios centros de salud en una pequeña área geográfica.

El hecho indica claramente que Damasco intenta destruir la atención médica en las áreas controladas por la oposición.

De hecho, Médicos por los Derechos Humanos registró siete ataques contra el hospital M10, el principal centro de traumatología de Alepo, cuatro de los cuales ocurrieron en 10 días entre el 23 de junio y 3 de julio de 2014.

Los dos últimos ataques ocurrieron el 28 y el 29 de abril de 2015. El hospital estaba operativo antes del inicio de la guerra civil y no está en un lugar escondido, precisó Baker.

El 7 de agosto de ese año, entre las 10 de la mañana y la una de la tarde, fuerzas de Damasco bombardearon cinco hospitales en la gobernación de Idlib. Al día siguiente, atacaron otro centro de salud más en el mismo lugar.

Y dos días después, las fuerzas regulares lanzaron otro ataque contra otros tres hospitales en Idlib. Los nueve centros de salud atacados en cuatro días están a unos 48 kilómetros de distancia entre sí.

Y todos estaban a por lo menos nueve kilómetros de la primera línea y ninguno cerca de una base o área militar. Además, cinco de los nueve hospitales ya habían sufrido ataques de las fuerzas regulares en otras oportunidades.

Traducido por Verónica Firme

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