Verónica Yearwood ya no entra en pánico cuando escucha que el pronóstico para la próxima temporada seca en esta diminuta isla caribeña indica que las precipitaciones estarán por debajo del promedio, pues es hidróloga del departamento de agua de la Autoridad de Servicios Públicos de Antigua.
“Ya superamos esa etapa. Entramos en pánico, pero ya nos acostumbramos a la realidad de que la sequía será realmente muy dura; no terminará mañana”, alertó Yearwood en diálogo con IPS.
“Decidimos buscar formas de mitigar los efectos, usar lo que tenemos de forma adecuada”, puntualizó.
Antigua es una isla caribeña de unos 280 kilómetros cuadrados con 80.000 habitantes y que desde hace dos años sufre una severa sequía. La gente no lo creía, hasta ahora que ven la evidencia física.
“Toda el área de captación del agua superficial está totalmente seca. Nuestros acuíferos muestran un declive en el nivel de agua, y pasamos de desalinizar 60 por ciento a 90 por ciento” del líquido usado, explicó a IPS.
“Implementamos cronogramas de racionamiento”, acotó. Algunas personas incluso acopian el agua de lluvia.
“Los agricultores lloran. Algunos que nunca tuvieron agua municipal, ahora solicitan el servicio. Nunca vieron una situación tan mala, y es la peor que haya visto”, confirmó Yearwood, quien hace más de 30 que trabaja como hidróloga.
Las perspectivas climáticas para esta región en los próximos meses no son nada alentadoras, en especial para su población.
En el Foro sobre Perspectiva Climática del Caribe (CariCOF), realizado el 26 y 27 de noviembre antes de la estación seca, que suele ocurrir de diciembre a mayo, se pronosticó que la región recibiría menos precipitaciones que el promedio.
CariCOF reúne a meteorólogos, gerentes de recursos hídricos y otros acotes del sector agrícola, entre otros profesionales.
“Para la próxima temporada seca, esperamos temperaturas por encima de la normal en toda la región”, dijo Elmo Burke, meteorólogo de la Autoridad de Aeropuertos y Puertos de San Cristóbal y Nieves, al ser consultado por IPS.
De hecho, precisó que se esperan precipitaciones por debajo del promedio en todas las islas del norte de las Antillas Menores hasta Trinidad, frente a las costas de América del Sur.
Sin embargo, las naciones caribeñas al oeste de Puerto Rico pueden llegar a recibir lluvias superiores al promedio en los próximos tres meses.
Pero “como se relaciona con las condiciones de sequía regionales, la mayoría de la cadena insular estará bajo alerta”, puntualizó Burke. Algunas partes de Puerto Rico quedarán comprendidas en esa situación.
Ese país recibió este año solo 55 por ciento de las precipitaciones promedio.
“En un momento en que en la Federación de San Cristóbal y Nieves preveíamos lluvias significativas, en cambio, hacemos frente a una crisis hídrica por las precipitaciones inferiores al promedio”, apuntó Brenda Boncamper, secretaria permanente del Ministerio de Infraestructura Pública, en diálogo con IPS.
“Nuestro departamento de servicios de agua tuvo un año muy difícil, una realidad que no tenemos en la Federación desde hace más de 30 años”, añadió.
“Las personas experimentarán más racionamiento en la estación seca”, alertó Burke. “La agricultura también sufrirá el impacto. Incluso podría subir el costo de algunos productos alimentarios por la escasez o la menor producción”, añadió.
Toda la región sufre la sequía, incluso Dominica, donde en agosto el ciclón tropical Erika dejó daños y causó pérdidas que ascendieron a 95 por ciento del producto interno bruto, según estimaciones oficiales.
“Claramente se ve al cambio climático en acción con sus eventos extremos”, puntualizó Boncamper. “Solo podemos esperar más de este tipo de clima en 2016”, dijo a IPS.
“El cambio climático es real. Llegó para quedarse y no se irá”, subrayó Lester Arnold, coordinador del proyecto Reducción de Riesgos para los Recursos Humanos y Naturales Derivados del Cambio Climático (RRACC, en inglés), de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO).[related_articles]
“La variabilidad climática también crea cierto caos en algunos estados insulares, como vimos este año con la sequía”, indicó en diálogo con IPS.
“Esta es la segunda vez en la historia que la represa de Potworks en Antigua (la más grande de esta isla) se quedó seca. También registramos la mayor temperatura de los últimos 50 años”, añadió.
“Definitivamente puedo decir que la variabilidad climática causa problemas”, indicó Arnold.
Los negociadores y gobernantes caribeños se basarán en experiencias de la vida real, como la de Antigua, San Cristóbal y Dominica, para presionar a la comunidad internacional a lograr un acuerdo en la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) a fin de evitar un aumento de temperatura mayor a 1,5 grados centígrados.
La COP21, que comenzó el 30 de noviembre en París, terminará este viernes 11.
Numerosos expertos coinciden en que para evitar las consecuencias más catastróficas del recalentamiento planetario hay que evitar un aumento de la temperatura global promedio por encima de los dos grados respecto de los niveles registrados en la época preindustrial.
El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, dijo que el acuerdo que surja de la COP21 no puede ser “algo que los estados puedan elegir”.
“No es discrecional, sino vinculante”, subrayó. El acuerdo debe incluir “dinero obligatorio para la adaptación y la mitigación al cambio climático”, detalló.
“Los objetivos fijados deben ser legalmente vinculantes y contar con mecanismos de verificación”, añadió.
Gonsalves deberá hacer frente a las elecciones generales el 9 de este mes, pero como las negociaciones climáticas son tan importantes para su país y la región, si es reelegido viajará a la capital francesa el 10, un día antes de que termine oficialmente la COP21.
Cualquiera sea el resultado de las negociaciones en París, que según los gobernantes caribeños son demasiado importantes como para que fracasen, los meteorólogos estiman que aguardan más días secos a la población de la región.
“Siempre tuvimos sequías, y las investigaciones han mostrado que siempre ocurrieron en un momento determinado. Pero ahora son severas y vienen en un intervalo menor al que estábamos acostumbrados, digamos desde los años 50 hasta ahora”, subrayó Yearwood a IPS.
Traducido por Verónica Firme