Aguacates dan a Kenia lo que el maíz le saca

En un semillero, Peter Karanja muestra plantones a los que realizó injertos. Obtuvo un certificado de la Autoridad para el Desarrollo de Cultivos Hortícolas para realizar injertos en plantones y distribuirlos entre los agricultores. Crédito: Robert Kibet/IPS.
En un semillero, Peter Karanja muestra plantones a los que realizó injertos. Obtuvo un certificado de la Autoridad para el Desarrollo de Cultivos Hortícolas para realizar injertos en plantones y distribuirlos entre los agricultores. Crédito: Robert Kibet/IPS.

El maíz pasó a ser un cultivo que deja pérdidas en Kenia. Los agricultores dependientes de la popularidad de la que gozó durante años este producto básico en el país ahora se ven obligados a dejarlo por otros cultivos más seguros como el aguacate.

Hace seis décadas, el padre de Peter Karanja, de 44 años, podía cosechar más de 30 sacos de maíz por acre (0,405 hectáreas). “En un terreno del mismo tamaño, rara vez superó los 15 sacos en cada cosecha”, contó a IPS.

Este país de África oriental y sus vecinos que durante años dependieron del maíz, ahora pueden encaminarse a un desastre. El cambio climático, sumado a la enfermedad de necrosis letal del cereal, golpea duro a los agricultores que viven de su producción.

Karanja, residente de Njoro, una de las ricas áreas agrícolas del altiplano del Valle del Rift, es uno de los miles de agricultores que evalúan cambiar el cultivo básico, conocido en Kenia como ugali, por otros más resistentes a la variabilidad climática.

Siendo administrador de una hacienda en Thika, Karanja aprendió a realizar injertos en plantones de aguacateros.

“Cuando mi jefe comenzó a plantar aguacateros en su hacienda, me encargó la tarea. Recibí capacitación de cómo realizar injertos en aguacates cuando lo engañaron para que comprara una variedad distinta a la Hass que él quería”, relató.

El aguacatero Hass es un árbol semiabierto que da muchos frutos y que requiere por lo menos 12 por 12 metros de distancia entre cada uno en su madurez.

El aguacate, también conocido como palta, una fruta ovalada y de piel rugosa de mediano tamaño, se conserva bien por largo tiempo, lo que resulta atractivo a los productores y vendedores kenianos.

Karanja dejó su trabajo de gerente y regresó a su casa, donde se encontró con los efectos de la enfermedad del maíz, provocada por la combinación de dos virus, que convirtió a la región del sur del Valle del Rift en una zona de penuria y con su población pasando hambre.

Luego, trató de producir papas, pero es un cultivo que no deja ganancias por el manejo de los intermediarios.

“Actualmente, tengo unos 400 aguacateros Hass”, relató Karanja, cuya última cosecha le dejó 3.000 frutas, que le aportaron unos 198 dólares.

A unos 500 metros de la casa de Karanja está la hacienda Rusiru, donde él plantó los aguacateros Hass, un servicio que le ofrece al propietario.

El dueño, Perminus Mwangi, dijo que la hacienda solía estar ocupada con la cosecha del maíz, pero con una producción mínima. En cambio, los aguacates parecen una apuesta más segura.

“Este mes, cosechamos 6.300 frutas, y aun las que no estaban tan buenas dejaron unos 15 centavos de dólar cada una, lo que en total significó alrededor de 900 dólares, cuando lo vendimos en un mercado en la ciudad costera de Mombasa”, contó a IPS.

El gobierno de Kenia, en colaboración con el Banco Mundial, decidió a finales de 2014 destinar 1,4 millones de dólares para frenar la enfermedad del maíz que azoló unas 18.000 hectáreas de sus plantaciones.

Un estudio de 2012 de la actual Organización de Investigación en Ganadería y Agricultura de Kenia, indica que 26.000 hectáreas de maíz se vieron afectadas por la enfermedad, lo que generó una pérdida de 650.000 sacos, unos 18,7 millones de dólares.

La hacienda Rusiru ahora cuenta con unos 1.038 aguacateros. Mwangi cree que esa puede ser la respuesta a los letales virus del maíz que tanto han costado a los agricultores.

Con más de 70 por ciento de los hogares africanos dependientes de la agricultura de subsistencia, la Unión Africana (UA) declaró 2014 “Año de la Agricultura”. El sector sigue siendo un gran contribuyente a la economía del continente al concentrar una quinta parte del producto interno bruto.

Johnson Irungu, director de cultivos del Ministerio de Agricultura, apoyó los esfuerzos de la UA de intensificar la actividad del Programa Integral para el Desarrollo de la Agricultura de África (CAADP, en inglés), que procura lograr un crecimiento anual de seis por ciento en la agricultura para este año, respecto de hace 12 años.[related_articles]

Augustin Wambo Yamdjeu, director del CAADP, una agencia de Nepad (Nueva Asociación para el Desarrollo Económico de África), expresó su preocupación por el grado en que disminuyen los servicios de extensión en el sector agrícola.

“Con instituciones de investigaciones en muchos países africanos que trabajan por su cuenta, desde ministerios de agricultura pasando por frágiles servicios de extensión hasta pequeños agricultores, tenemos razón para preocuparnos de que la información crucial no llegue hasta ellos”, detalló.

Mary Wanjiru, una víctima de la violencia postelectoral que sacudió a Kenia en 2007, dijo que logra buenos resultados con la variedad Hass.

“Planté 150 aguacateros Hass en 2008 y comenzaron a dar frutos al cuarto año. Cosecho dos veces al año, y cada árbol da en promedio 60 frutos por estación”, relató.

Con ese rendimiento y según los precios del mercado, puede aumentar a más del doble sus ingresos gracias al cultivo de aguacates.

“Con una hectárea de maíz, rara vez ganó alrededor de 900 dólares después de esperar todo un año. El cultivo de aguacates, me rescató”, contó en diálogo con IPS.

Las condiciones climáticas en la mayor parte de Kenia son ideales para plantar la variedad Hass, que es sensible al viento porque puede tirar el fruto y causar defoliación.

Aunque atrae al mercado europeo, el aguacate local todavía sufre la pérdida de 15 por ciento de la producción en las diferentes etapas, desde la plantación hasta el importador.

El condado de Nakuru, donde reside Karanja, registró este año una pérdida de 50 por ciento del maíz por las lluvias irregulares y las heladas, lo que se suma a que los ejecutivos del sector agrícola dijeron que de los 2,7 millones de sacos de maíz previstos, solo se anticipan entre 1,3 y 1,5 millones. Es una pérdida enorme para un país totalmente dependiente de un solo producto básico.

Kenia figura como el sexto exportador de aguacates a Europa, con una ventaja competitiva respecto de Perú, su principal contrincante en el continente europeo, con la temporada de cosecha de la variedad Hass extendiéndose a lo largo del año, lo que abre una valiosa ventana de oportunidades para este país africano.

Traducido por Verónica Firme

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