Una vez más, la libertad de prensa en este país de África austral sufrió un golpe cuando la policía detuvo a tres periodistas que trabajan para el semanario estatal Sunday Mail.
El redactor responsable, Mabasa Sasa, el editor de investigaciones, Brian Chitemba, y el periodista Tinashe Farawo fueron detenidos el 2 de noviembre acusados de publicar falsedades, luego de implicar a altos funcionarios de policía en una red criminal dedicada a la caza furtiva de elefantes en el Parque Nacional de Hwange.[pullquote]3[/pullquote]
«Esto envía el claro mensaje de que el Estado está listo para embarcarse en un ataque contra todo periodista que amenace los intereses del status quo. Una vez más, los periodistas de los medios privados deben prepararse para lo impensable», advirtió Terry Mutsvanga, un galardonado defensor de derechos humanos, en diálogo con IPS.
«El triste acontecimiento del arresto de periodistas estatales aquí es solo la punta del iceberg. Como periodistas independientes estamos destinados a que nos controlen los agentes de seguridad del Estado”, se lamentó el periodista Tafadzwa Muranganwa.
Los tres comunicadores del Sunday Mail fueron acusados en virtud del artículo 31 de la ley penal.
Comparecieron ante el tribunal el día 4, esposados y encadenados bajo fuerte custodia policial, pero el juez les concedió la libertad bajo fianza por 100 dólares a cada uno. Los tres volverán a la justicia el 27 de este mes.
La constitución de Zimbabwe consagra la «libertad de expresión y la libertad de los medios de comunicación”. Y paradójicamente, el arresto de los tres trabajadores del Sunday Mail coincidió con el Día Mundial Contra la Impunidad de los Delitos Contra Periodistas, proclamado por resolución de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, aprobada en 2013.
La resolución instó a los Estados miembros de la ONU a promover un entorno seguro y propicio para que los periodistas puedan realizar su trabajo de forma independiente y sin interferencias indebidas, y que los autores de delitos contra los medios de comunicación sean llevados ante la justicia.
A pesar de eso, el acoso a los periodistas en esta nación de África austral continúa sin control.
El asedio a la prensa cobró impulso el 9 de marzo de este año, con la desaparición del periodista de renombre y defensor de los derechos humanos Itai Dzamara, luego de que liderara las protestas que exigen la dimisión del presidente Robert Mugabe, por destrozar la economía del país.
Dzamara continúa desaparecido.
A principios de junio de este año, otro periodista, Patrick Chitongo, también fue arrestado y condenado a un año de prisión por publicar un periódico no registrado, el Southern Mirror.
Chitongo fue acusado de violar el artículo 72 (1) de la ley de Acceso a la Información y Protección de la Privacidad, aunque después quedó en libertad tras el pago de 200 dólares de fianza.
El 7 de noviembre, tres días después de la detención de los tres periodistas del Sunday Mail, el fotógrafo independiente Chrispen Ndlovu fue golpeado por la policía en Bulawayo, la segunda ciudad del país, por tomar fotografías de un conflicto entre la policía y los encargados de paradas de taxis.
«Es el regreso al viejo orden de represión de los medios de comunicación destinada a inducir el miedo y la autocensura… Las instituciones del Estado, que incluyen a la policía, exhiben cada vez más desprecio por el Estado de derecho», opinó el analista político independiente Rashwit Mkundu.
«Estamos muy conmovidos. En el pasado, la tendencia era la de acosar a los periodistas de los medios privados. Tuvimos un rudo despertar cuando periodistas de un medio de comunicación controlado por el gobierno, que siempre se consideraron como vacas sagradas, fueron arrestados. Tenemos que tener miedo, mucho miedo”, advirtió Foster Dongozi, secretario general del Sindicato de Periodistas de Zimbabwe, en diálogo con IPS.[related_articles]
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional condenó la detención de los trabajadores del Sunday Mail.
«El arresto de periodistas sobre la base de ‘publicación de falsedades’ tiene un efecto atemorizante que puede restringir la capacidad de los medios de comunicación para exponer presuntas actividades delictivas por las autoridades», declaró la subdirectora de Amnistía Internacional para África austral, Muleya Mwananyanda, en un comunicado de prensa.
Las detenciones se produjeron después de que el portavoz del presidente Mugabe, George Charamba, declarara que la ley se estableció para controlar a los periodistas independientes, a quienes acusó de comportarse como comisarios políticos de los partidos políticos de la oposición.
«Si el gobierno puede intimidar a los periodistas estatales, eso significa que es capaz de hacer lo peor con los periodistas independientes», denunció Mlondolozi Ndlovu, un analista político independiente.
Ndlovu también consideró que las luchas internas en el gobernante partido ZANU-PF pueden haber fomentado la persecución de los periodistas, a medida que los políticos buscan empoderarse en este país.
En octubre, Mugabe reprendió a los periódicos privados por informar sobre el faccionalismo que amenaza con desmembrar al ZANU-PF.
Su portavoz, Charamba, acusó públicamente a los periódicos independientes de ser «apéndices de la oposición que le desean lo peor al partido gobernante”.
Los ataques a la libertad de prensa son viejos conocidos en Zimbabwe. En 2007, el periodista independiente Edward Chikombo, que hasta 2002 trabajó como camarógrafo de la Zimbabwe Broadcasting Corporation, fue asesinado por desconocidos por su presunto contrabando de imágenes de vídeo de la golpiza que sufrió el dirigente del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai.
Chikombo también habría enviado imágenes a medios de comunicación extranjeros de la brutalidad policial sufrida por partidarios del MDC.
Traducido por Álvaro Queiruga