Cuando gobernantes de todo el mundo adoptaron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en septiembre de 2000, uno de los más mentados fue el compromiso de reducir la pobreza extrema y el hambre para fines de 2015.
Pero el ODM número cinco, que aspiraba a reducir un 75 por ciento la tasa de mortalidad materna para fines de este año, recibió mucho menos atención, aunque era igualmente importante.[pullquote]3[/pullquote]
Un nuevo informe, titulado «Tendencias en la mortalidad materna: 1990 a 2015” y difundido el jueves 12, asegura que la mortalidad materna descendió 44 por ciento desde 1990.
Aunque ese es un avance considerable, no llega a cumplir con el ODM correspondiente, según el informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Banco Mundial y la División de Población del foro mundial.
En todo el mundo, de 532.000 muertes maternas en 1990 se pasó a 303.000 este año, según el análisis, el último de una serie que analiza el cumplimiento de los ODM.
Esto equivale a una relación estimada de 216 muertes maternas cada 100.000 nacidos vivos, frente a 385 en 1990.
La muerte materna se define como la muerte de una mujer durante el embarazo, el parto o dentro de las seis semanas posteriores al nacimiento.
A pesar de los avances, solo nueve países lograron la meta del ODM 5 de reducir la mortalidad materna por lo menos 75 por ciento entre 1990 y 2015 – Bután, Cabo Verde, Camboya, Irán, Laos, Maldivas, Mongolia, Ruanda y Timor-Leste.
«Los ODM desencadenaron esfuerzos sin precedentes para reducir la mortalidad materna», declaró Flavia Bustreo, subdirectora general del Departamento de la Familia, la Mujer y la Salud Infantil de la OMS.
«En los últimos 25 años, el riesgo de que una mujer muera por causas relacionadas con el embarazo casi se redujo a la mitad. Eso es un progreso real, aunque no es suficiente. Sabemos que prácticamente podemos ponerle fin a esas muertes en 2030, y nos comprometemos a trabajar con ese fin”, subrayó.
El logro de ese objetivo requerirá un esfuerzo mucho mayor, según el Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del UNFPA.
«Muchos países con altas tasas de mortalidad materna tendrán pocos avances, o incluso quedarán rezagados, en los próximos 15 años si no mejoramos el número actual de parteras y otros trabajadores de la salud con conocimientos de partería», advirtió.
«Si no realizamos un gran impulso ahora, en 2030 vamos a estar, una vez más, frente a una meta perdida en la reducción de la mortalidad materna», añadió.
El informe destaca que asegurar el acceso a servicios sanitarios de alta calidad durante el embarazo y el parto ayuda a salvar vidas.
Entre las intervenciones sanitarias consideradas esenciales se incluyen la práctica de una buena higiene para reducir el riesgo de infección, la inyección de oxitocina inmediatamente después del parto para reducir el riesgo de hemorragia, identificar y atender situaciones potencialmente mortales, como la presión arterial alta inducida por el embarazo, y asegurar el acceso de las mujeres a los servicios de salud sexual y reproductiva y la planificación familiar.
«Como hemos visto con todos los ODM relacionados con la salud, el fortalecimiento del sistema de salud necesita complementarse con la atención a otras cuestiones para reducir la mortalidad materna», recordó la subdirectora ejecutiva de Unicef, Geeta Rao Gupta.[related_articles]
«La educación de las mujeres y las niñas, en particular de las más marginadas, es clave para su supervivencia y la de sus hijos. La educación les brinda los conocimientos necesarios para desafiar las prácticas tradicionales que implican un peligro para ellas y sus hijos», recalcó.
A finales de este año, 99 por ciento de las muertes maternas en el mundo se habrán producido en el Sur en desarrollo, y específicamente en África subsahariana se concentrarán 66 por ciento de esas muertes.
Sin embargo, eso representa una importante mejora. La mortalidad materna descendió 45 por ciento en África subsahariana, de 987 a 546 muertes cada 100.000 nacidos vivos entre 1990 y 2015, según el informe.
El mayor avance entre las regiones se registró en Asia oriental, donde la reducción fue de 95 a 27 muertes maternas cada 100.000 nacidos vivos, un 72 por ciento.
En el Norte industrializado, la mortandad materna descendió 48 por ciento en los últimos 25 años, de 23 a 12 muertes cada 100.000 nacidos vivos.
Además de la pobreza y el hambre, los ODM también incluyen metas para eliminar el VIH/sida, ofrecer una vivienda adecuada, promover la igualdad de género, lograr la educación universal, proteger el medio ambiente mundial y construir una alianza global Norte-Sur para el desarrollo.
En una reunión cumbre en septiembre, los jefes de gobierno y de Estado del mundo adoptaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los sucesores de los ODM, con el propósito de cumplirlos para el año 2030.
La meta de ODS es reducir la mortalidad materna a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos a nivel mundial.
Para lograrlo habrá que triplicar el ritmo de avance actual, de 2,3 por ciento en relación con la mortalidad materna que se registró entre 1990 y 2015, a 7,5 por ciento anual a partir del próximo año.
«El ODS (que propone) erradicar las muertes maternas en 2030 es ambicioso y viable, siempre que redoblemos nuestros esfuerzos», sostuvo Tim Evans, director de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial.
Traducido por Álvaro Queiruga