En plena cuenta regresiva para la crucial cumbre sobre cambio climático, que se realizará en París en diciembre, autoridades, organizaciones de la sociedad civil y especialistas africanos preparan un caso judicial para llevar a las negociaciones a fin de evitar los errores cometidos en el Protocolo de Kyoto.
El tratado, que forma parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), se firmó en 1997 y entró en vigor en 2005.[pullquote]3[/pullquote]
El protocolo obligaba a los 37 países industriales que lo ratificaron a reducir sus emisiones para 2012 a volúmenes 5,2 por ciento inferiores a los de 1990, basándose en la premisa de que el recalentamiento global existe y que es consecuencias de las emisiones de dióxido de carbono liberadas por actividades humanas.
“La CMNUCC es un instrumento legal y por eso necesitamos expertos legales para defender el caso de África con la evidencia disponible, en vez de llevar solo científicos y dirigentes políticos a la mesa de negociaciones”, explicó Oliver C. Ruppel, profesor de derecho en la Universidad de Stellenbosch en Sudáfrica.
“Es un proceso judicial para África, y este continente debe presentar argumentos y no seguir buscando evidencias científicas”, sostuvo Ruppel en el foro Africa Climate Talks (Conversaciones sobre el Clima en África (ACT!, en inglés).
Bajo el título “Democratizando la gobernanza sobre el cambio climático y construyendo un consenso africano rumbo a la COP21 y más allá”, el foro se realizó en la primera semana de este mes en la capital de Tanzania, Dar es Salaam.
La iniciativa, organizada por el Programa Clima para el Desarrollo en África (ClimDev-Africa), formó parte del proceso de preparación de la contribución de este continente a la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la CMNUCC, que comenzará el 30 de noviembre y concluirá el 11 de diciembre en la capital francesa.
África siempre basó su argumento en materia climática sobre cuestiones geopolíticas y científicas. Pero los especialistas sostienen que en París este continente tendrá que incluir un buen número de abogados para que expongan pruebas de las consecuencias del recalentamiento planetario, de qué han hecho los africanos al respecto y de que podrían hacer con apoyo técnico y fondos adecuados.
“Debemos dejar de quejarnos y mirar todo lo que logramos con nuestros propios medios, con y sin ayuda, mirar nuestras historias de éxitos y armar un caso con lo que puede hacer África, en vez de pedir recursos a gritos”, coincidió John Salehe, de la Africa Wildlife Foundation (Fundación de vida silvestre de África)
“Tenemos que presentar pruebas de lo que podemos hacer, luego acercarnos a las negociaciones de forma positiva”, añadió.
El vicepresidente de Tanzania, Mohammed Gharib Bilal, indicó que África sufrió bajo el Protocolo de Kyoto porque hubo vacíos imprevistos.
“Ya que negociamos un nuevo acuerdo, nadie en África se va a beneficiar si cometemos los mismos errores que durante las negociaciones del Protocolo de Kyoto”, dijo en el foro.
Según especialistas, el tratado se formuló de tal forma que estaba pensado para atender la mitigación de los efectos del cambio climático, más que la adaptación a sus consecuencias.
“Tampoco reconoció a países que, desde entonces, emergieron como grandes emisores de gases invernadero, un hecho que complicó la implementación de mecanismos de acuerdo”, observó Mithika Mwenda, secretario ejecutivo de la Alianza Panafricana de Justicia Climática (PACJA)
También señaló que el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), bajo el Protocolo de Kyoto, se basó en los mercados y, por ende, no logró atender del todo el cambio climático en países con emisiones insignificantes.
Esos vacíos deben llenarse en París y lograr un nuevo acuerdo o, de lo contrario, el camino del desarrollo sostenible estará en riesgo, alertó Bilal.
Sin embargo, el vicepresidente de Tanzania reconoció que a veces los especialistas africanos esperan demasiado de los países más ricos.
“Necesitamos cambiar, y el cambio debe comenzar desde adentro”, indicó. La visión debe armarse desde el interior y tenemos que ir a París a defender un relato y una causa que sean consistentes con nuestras propias aspiraciones en materia de desarrollo”, arguyó Bilal.[related_articles]
Hasta ahora, en respuesta a la variabilidad climática, los países africanos diseñaron de forma proactiva políticas sobre cambio climático con herramientas que apuntan a la mitigación y a la adaptación a sus consecuencias. Algunos realizaron grandes inversiones en energías limpias, otros adoptaron técnicas agrícolas climáticamente inteligentes y, otros más, invirtieron en plantar árboles.
“África tiene muchas capacidades, pero varían”, explicó John Kioli, presidente del grupo de trabajo de cambio climático de Kenia. “Tenemos que hacer un balance de las que tenemos y negociar para mejorar lo que no tenemos”, precisó.
El especialista en clima Joseph Mutemi, director ejecutivo del Centro de Estudios sobre Tecnología en África, opinó que el terreno siempre se inclinó a apoyar los esfuerzos de mitigación.
“En África, necesitamos una estrategia que nos permita comprender cuando la mitigación apoya la adaptación y aprovecharlo”, subrayó. “Debemos comenzar por lo conocido y luego aventurarnos a lo desconocido”, añadió.
ACT! busca cristalizar el marco conceptual que definirá el papel de África en la gobernanza global en materia de cambio climático, y ubicar a este fenómeno tantoa la vez como limitante del desarrollo potencial del continente como una oportunidad para emprender una transformación estructural de las economías africanas.
El objetivo es activar la participación de los africanos de distintos ámbitos en la previa a las negociaciones de París, aumentar tanto la conciencia pública sobre el recalentamiento planetario como el papel que la gente puede desempeñar en la gobernanza global en materia de cambio climático y promover la autocrítica sobre el proceso de la CMNUCC entre la población de este continente.
Editado por Phil Harris / Traducido por Verónica Firme