Vuelve el debate por posible visita de presidente de Sudán a ONU

En lo que ya se ha convertido en una suerte de ritual anual, la adivinanza política vuelve a apoderarse de la Organización de las Naciones Unidas (ONU): ¿acaso el presidente de Sudán, Omar Hassan al-Bashir, participará en la Asamblea General prevista para septiembre en Nueva York?

El mandatario sudanés, procesado por crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional (CPI), juega con la idea de volver a desafiar a la comunidad internacional, como lo hizo en Sudáfrica en junio, y comparecer ante el máximo órgano político de la ONU cuando inicie su debate general, el 28 de septiembre.

Este será su tercer intento de dirigirse a la Asamblea General. Los otros dos se vieron abortados.

[pullquote]3[/pullquote]Sin embargo, esta vez, su propuesta visita a Nueva York viene acompañada, como de costumbre, por una serie de rumores generalizados: ¿lo arrestarán en su camino del aeropuerto a la ONU y lo entregarán a la CPI? ¿Estados Unidos, que no es parte del estatuto de ese tribunal, tiene el legítimo derecho a hacerlo?

“El presidente sudanés, Omar al-Bashir, pertenece a un solo lugar, la CPI, donde enfrenta órdenes de arresto por genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos en (la occidental región sudanesa de) Darfur”, dijo a IPS la directora en funciones del Programa Internacional de Justicia de Human Rights Watch, Elise Keppler.

“Una visita de Al-Bashir a la ONU no solo sería una afrenta a las víctimas darfuríes, sino también un desafío descarado al Consejo de Seguridad de la ONU, que fue responsable de enviar (el caso de) Darfur a la CPI para que lo investigara (…) en 2005”, agregó.

De todos modos, ¿le otorgará la embajada de Estados Unidos en Jartum una visa de ingreso que el país rara vez negó a jefes de Estado visitantes porque está obligado a facilitar el trabajo de la ONU en el marco del Acuerdo de Sede con el país anfitrión?

Hasta ahora, ni la ONU ni el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos han dado ninguna respuesta al respecto.

Consultado sobre la presunta visita, el viceportavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, dijo a los periodistas no poseer información por ahora, y que en cualquier caso la ley les prohíbe divulgar detalles sobre casos individuales de visas.

“Aunque nosotros no somos parte del estatuto de Roma de la CPI, hemos apoyado firmemente los esfuerzos de la CPI por juzgar a los responsables de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad y genocidio en Darfur”, agregó.

En su discurso ante el Comité Legal de la ONU el año pasado, Hassan Ali, alto diplomático sudanés, dijo a los delegados que su presidente, que fue democráticamente electo, había sido privado “de la oportunidad de participar en la Asamblea General porque el país anfitrión, Estados Unidos, le había negado la visa, en violación al Acuerdo de Sede”.

Además de ese acuerdo, que data de 1947 y que fue ratificado por unanimidad por el Congreso, negar una visa estadounidense equivale a violar la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961.

En 1988, cuando Estados Unidos se negó a extender una visa al líder palestino Yasser Arafat, la Asamblea General tuvo que mudar su reunión a Ginebra, lo que le generó enormes costos e inconvenientes.

[related_articles]En junio pasado, Al-Bashir, desafiando por completo a la comunidad internacional, participó en una cumbre de la Unión Africana en la ciudad de Johannesburgo, pero abandonó Sudáfrica horas antes de que un tribunal sudafricano emitiera una orden interina para impedirle irse.

El viceportavoz de la ONU, Farhan Haq, dijo en la primera semana de agosto que en el foro mundial se espera que los estados miembro acaten las resoluciones del Consejo de Seguridad y se tomen en serio la orden de la CPI.

Consultado sobre si el mandatario sudanés visitará la ONU o no, Haq dijo no estar al tanto de que eso estuviera confirmado, aunque la Misión Permanente de Sudán así lo había señalado.

En cuanto a si Estados Unidos podría negarle una visa y no dejarlo entrar al país, o arrestarlo en el aeropuerto, aunque Washington no sea signatario de la CPI, Haq respondió: “Eso sería esencialmente un asunto para preguntarle al gobierno de Estados Unidos”.

 

Editado por Kitty Stapp

 

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