Bajó la piratería en Somalia, pero no se erradicó

Ejercicio Milán 2014 con 17 armadas del Simposio Naval del océano Índico, organizado por la Armada de India. Crédito: Armada de la India
Ejercicio Milán 2014 con 17 armadas del Simposio Naval del océano Índico, organizado por la Armada de India. Crédito: Armada de la India

Los últimos ataques de piratas somalíes contra buques pesqueros iraníes en el océano Índico señalan que es demasiado pronto para reducir los esfuerzos internacionales contra la piratería, según un nuevo informe.

Aunque los costos económicos que genera la piratería somalí descendieron y se avanzó considerablemente en la disuasión de este delito, el informe de la organización Oceans Beyond Piracy (OBP), titulado «El estado de la piratería marítima en 2014», destaca que los ataques de menor escala no siempre se incluyen en los registros oficiales.[pullquote]3[/pullquote]

Esto “puede ocultar un hecho que la reducción del costo enmascara, a saber, que los piratas somalíes todavía poseen los medios y la capacidad, y están a la espera de oportunidades para atacar”, advierte el estudio.

Las condiciones propicias para el desarrollo de la piratería, como la pesca ilegal, la pobreza, la inestabilidad política y la falta de oportunidades económicas, no se trataron de la forma adecuada, añade.

La Dirección Marítima Internacional, una división de la Cámara Internacional de Comercio, indica que la piratería somalí descendió de manera constante desde que los ataques alcanzaron su pico con 237 incidentes en 2011. El organismo notificó que hubo 75 ataques en 2012, 15 en 2013 y 12 en 2014.

Aunque el número real de ataques, incluidos los cometidos contra embarcaciones a vela y buques pesqueros extranjeros, sería más alto, es indiscutible que la piratería tuvo una merma importante en los últimos cuatro años.

El director de OBP, Jon Huggins, opina que los esfuerzos del Grupo de Contacto sobre la Piratería Frente a las Costas de Somalia permitieron la adopción de soluciones prácticas al problema.

Creado en enero de 2009, de conformidad con la resolución 1851 del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Grupo de Contacto es un foro internacional que reúne a países, organizaciones y asociaciones empresariales para apoyar las gestiones internacionales contra la piratería en Somalia.

Según un informe del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (UE), el Grupo de Contacto es un mecanismo de gobernanza internacional singular, debido a su arquitectura abierta, su informalidad y su estructura maleable.

Se creó fuera del sistema de la ONU para «asegurar que fuera lo más inclusivo, apolítico, impulsado por los problemas, centrado en los resultados, eficiente y flexible posible», explica el informe.

«La creación del Grupo de Contacto revela los límites de las instituciones de seguridad existentes en la lucha contra las amenazas no tradicionales que no están basadas en los Estados ni son de una naturaleza estrictamente militar, y que por lo tanto requieren de nuevas formas de respuestas políticas», añade.

Con respecto a las soluciones prácticas apoyadas por el Grupo de Contacto, Huggins identificó cuatro mecanismos necesarios para suprimir la piratería, y subrayó que por sí solos no habrían prosperado.

Un primer mecanismo son las operaciones militares contra la piratería realizadas por la comunidad internacional, especialmente la Navfor Atalanta, que la UE comenzó en 2008, y la llamada Escudo del Océano, que la Organización del Tratado del Atlántico Norte realizó a partir de 2009.

Como los incidentes de piratería siguieron en aumento, las operaciones se complementaron con medidas de protección y  autodefensa, mejora de la vigilancia y procedimientos de sensibilización adoptadas por la industria del transporte marítimo.

Según consta en el informe el Costo Económico de la Piratería, de OBP, estas medidas costaron 5.000 millones de dólares en 2012, aproximadamente 85 por ciento del total que la comunidad internacional gastó en la lucha contra la piratería.

Las medidas adoptadas formaron parte de un mecanismo generado por la industria denominado Mejores Prácticas de Gestión para la protección contra la piratería en Somalia.

Otra razón importante para la disminución de la piratería, según Huggins, fue la «seguridad marítima privada» que adoptó normas y procedimientos para el uso de la fuerza por parte de personal armado contratado para garantizar la seguridad en el dominio marítimo.

Un cuarto factor fue la aplicación del estado de derecho mediante un sistema penitenciario ampliado, que incluye a los centros de procesamiento regionales en Seychelles y Kenia y cuatro cárceles nuevas en Somalia, construidas por el Programa del Delito Marítimo de la  Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

El 8 de este mes, el Grupo de Contacto celebró su 18 sesión anual en la sede de la ONU en Nueva York.

Los participantes elogiaron el inmenso progreso realizado en los últimos años, como lo demuestra la disminución de los ataques piratas, pero también destacaron la necesidad de continuar la lucha ya que las redes de piratería permanecen intactas y los piratas somalíes aún mantienen secuestradas a 26 personas.

«La piratería ha sido contenida, pero no erradicada», declaró Maciej Popowski, secretario general adjunto para el Servicio de Acción Exterior de la UE, en conferencia de prensa sobre la sesión anual.[related_articles]

Por lo tanto, una de las principales metas de la reunión del Grupo de Contacto fue «trascender la piratería en sí» y tratar una serie de temas importantes relacionados con la seguridad marítima, como la pesca ilegal, la migración y la trata de seres humanos, añadió.

En Somalia persisten los problemas económicos, políticos y sociales que podrían causar retrocesos o brindar un caldo de cultivo favorable para la piratería en el futuro. Para Huggins, es de vital importancia que la comunidad internacional «mantenga un mínimo esfuerzo” para reprimir la piratería, aunque implique mayores gastos financieros.

«En el punto máximo de la piratería en Somalia en 2010, la comunidad internacional gastó 7.000 millones de dólares en medidas de lucha contra la piratería. El año pasado calculamos (que fueron) 2.300 millones. Eso es lo mínimo necesario… porque aún no hemos abordado las causas fundamentales”, del flagelo, sostuvo.

“Aún hay espacios sin gobierno a lo largo de la costa (somalí). Aún hay jóvenes desempleados que pueden sentirse atraídos por la piratería», recordó.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 67 por ciento de los somalíes de 14 a 29 años están desempleados. Esto es preocupante dado que más de 70 por ciento de los aproximadamente 10,5 millones de habitantes de Somalia son menores de 30 años. La tasa de escolarización es de 42 por ciento, de la cual solo un tercio son niñas.

Por lo tanto, la pobreza extrema y la falta de perspectivas de futuro para la gran mayoría de los somalíes constituyen obstáculos persistentes para la seguridad en el país, además de la inestabilidad de la situación política y la debilidad de las estructuras de gobierno.

Por otra parte, existe el temor de que surjan nuevas amenazas como consecuencia de la cooperación entre los piratas y las redes yihadistas.

Según la revista estadounidense Foreign Policy, piratas detenidos en las ciudades somalíes de Hargeisa y Bosaso se encuentran en las mismas prisiones que integrantes del grupo islamista Al Shabab.

«Eso significa que hay un riesgo muy real de que los jóvenes impresionables y desilusionados puedan radicalizarse», advirtió la publicación.

Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga

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