El régimen de sanciones internacionales contra Irán podría debilitarse si las negociaciones sobre el programa nuclear de Teherán no conducen a un acuerdo definitivo, siempre que su gobierno no aparezca como el responsable del fracaso, según varias fuentes diplomáticas en Estados Unidos.
«Las alternativas a la estrategia diplomática no son muy atractivas», declaró el embajador de Alemania, Peter Wessig, la víspera de reanudarse las negociaciones sobre el tema en Viena, este miércoles 27.[pullquote]3[/pullquote]
«Si la diplomacia falla, el régimen de sanciones podría desmoronarse… y es probable que veamos a Irán enriqueciendo una vez más” uranio, necesario para generar energía o armas nucleares, “como lo hizo antes de que comenzaran las negociaciones», señaló el diplomático durante una mesa redonda en el Atlantic Council, un centro de investigación con sede en Washington.
Sin embargo, las sanciones que causaron estragos en la economía iraní correrán un riesgo mucho menor si Teherán es visto como el responsable del fracaso, según el embajador de Gran Bretaña en Estados Unidos.
«Si no hay acuerdo sencillamente porque los iraníes no están a la altura (de sus obligaciones) o (dejan de) aplicarlas… entonces creo que seguiremos con el régimen de sanciones y, en ciertas áreas, podría ser adecuado intentar elevar el nivel” de las mismas, comentó el embajador Peter Westmacott.
Pero si Irán no es el responsable del fracaso de las negociaciones, entonces el régimen de sanciones podría colapsar, según Westmacott, coincidiendo así con su homólogo alemán.
«Al mismo tiempo, si abandonáramos” las negociaciones “o si el Congreso (legislativo de Estados Unidos) imposibilitara la aplicación del acuerdo… entonces creo que la comunidad internacional sería bastante reacia, francamente, a contemplar intensificar las sanciones contra Irán», destacó.
«Varios países» ya «no respetan» las sanciones y están comprando petróleo iraní, agregó el embajador británico.
Plazo inminente
El plazo para alcanzar un acuerdo definitivo es el 30 de junio. Este miércoles 27, Irán reanudó en Viena las negociaciones con representantes del P5 + 1, integrado por China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más Alemania.
Las conversaciones se realizan desde 2003, cuando Alemania, Francia y Gran Bretaña entablaron un diálogo con Irán con el fin de limitar su programa nuclear.
Teherán sostiene que su programa siempre tuvo fines pacíficos. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos consideran que en el pasado Irán intentó dominar el ciclo del combustible nuclear, pero que no volvió a retomar un programa de armas nucleares.
«Para ellos es una decisión política. No es que no tengan los medios técnicos, la competencia técnica, porque sí la tienen», aseguró el director de Inteligencia Nacional estadounidense, James Clapper, el 2 de marzo en el programa de televisión “Charlie Rose Show», de la cadena PBS.
Aunque Irán y sus interlocutores en las negociaciones protagonizaron varios avances diplomáticos de carácter histórico desde que se llegó a un acuerdo nuclear interino en 2013 en Ginebra, en particular el contacto directo de alto nivel entre Teherán y Washington, las conversaciones aún no alcanzaron un acuerdo definitivo.
No queda claro cuánto se avanzó en las complejas negociaciones privadas desde que se acordó el marco preliminar el 2 de abril, pero las partes se encuentran actualmente en la fase de redacción.
El embajador de Francia en Estados Unidos, Gerard Araud, no se manifestó optimista durante la mesa redonda en Atlantic Council.
«Es muy probable que no tengamos un acuerdo antes de fines de junio o incluso (inmediatamente) después», afirmó.
«Incluso si logramos el mejor de los pactos… después, hay que traducirlo en los anexos técnicos, por lo que puede ser… que tengamos un final poco claro de las negociaciones», agregó.[related_articles]
Mucho en juego
Si bien la política interna en Teherán y Washington podría en última instancia ser el mayor obstáculo para el acuerdo definitivo, parecería que todas las partes están esperando a que pase el plazo del 30 de junio para dar el paso siguiente.
Pero la paciencia se está acabando entre importantes legisladores iraníes y estadounidenses, que no ocultan su oposición a las negociaciones. Si no se alcanza un acuerdo antes del plazo previsto, se abrirá una vez más la puerta a la avalancha de críticas internas en ambas capitales.
Peter Jenkins, quien fuera el representante permanente de Gran Bretaña ante la Agencia Internacional de Energía Atómica y la ONU, dijo a IPS que, aunque se culpe a Irán de la ruptura de las conversaciones, este no quedará totalmente aislado.
«Dudo que el mundo no occidental esté listo para creer que la culpa de la ruptura recae exclusivamente en Irán», observó.
«Van a sospechar que parte de la culpa debe atribuirse a Estados Unidos y la Unión Europea por hacer demandas que van mucho más allá de los requisitos del Tratado de No Proliferación Nuclear. Así que aquellos que han estado aplicando sanciones podrían dejar de hacerlo», argumentó.
«En Occidente, sin embargo, la mayoría de los países van a creer lo que Estados Unidos les indique que crean, y seguiremos aplicando sanciones si así lo requiere” Washington, añadió.
Jenkins dijo que hay demasiado en juego para que todo el mundo se resigne al fracaso total de las negociaciones. “Creo que es mucho más probable que se haga un esfuerzo hercúleo para improvisar un acuerdo en las semanas siguientes», pronosticó.
«Ambas partes tienen mucho que ganar con un acuerdo y mucho que perder si desaprovechan todo lo que han logrado hasta la fecha», comentó.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga