El asedio que Israel, con la ayuda de Egipto, impone sobre Gaza, agravó la situación de las mujeres de este territorio palestino, y el ataque militar israelí contra la franja costera en julio y agosto de 2014 no hizo más que exacerbar la situación.
Una resolución aprobada por la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer el 20 de este mes atribuye la culpa de «la grave situación de las mujeres palestinas» a la actual ocupación del territorio palestino por parte de Israel.[pullquote]3[/pullquote]
La comisión de 45 miembros adoptó la resolución, que fue auspiciada por Palestina y Sudáfrica, por 27 votos a favor, dos en contra y 13 abstenciones. Estados Unidos e Israel votaron en contra, mientras que los miembros de la Unión Europea se abstuvieron.
«El sufrimiento de las mujeres se duplicó en la Franja de Gaza, en particular debido a las consecuencias de la última ofensiva de Israel, ya que están soportando condiciones de vida difíciles y complicadas», denunció el Centro Palestino de Derechos Humanos (CPDH) en un comunicado publicado el 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer.
«Durante los 50 días de la ofensiva israelí, las mujeres fueron expuestas a riesgos de muerte o lesiones a causa de un uso excesivo de la fuerza letal por Israel, así como la violación flagrante… de los principios de distinción y proporcionalidad en virtud del derecho internacional humanitario consuetudinario», señaló el CPDH.
A causa del conflicto armado murieron 293 mujeres, 18 por ciento de las víctimas civiles, y 2.114 fueron lesionadas, muchas de ellas con discapacidades permanentes.
Sin embargo, factores culturales, religiosos y jurídicos propios también tienen que ver con que la vida sea insostenible para la población femenina de Gaza.
El mundo de Islam Iliwa, una mujer de 40 años de edad oriunda de Zeitoun, en Ciudad de Gaza, se vino abajo tras una noche de bombardeos en 2014.
La madre divorciada, con tres hijos de 10 a 16 años, perdió casi todo cuando un ataque aéreo israelí destruyó su casa y, con ella, el negocio que le había llevado años instalar.
Iliwa vivía en Dubai cuando se divorció, un paso que complica mucho la reintegración de las mujeres a la conservadora sociedad árabe.
Aunque el divorcio fue traumático, Iliwa estaba decidida a salir adelante y regresó a Gaza en 2011, con el dinero ahorrado de su trabajo en Dubai.
La ley islámica estipula que, de acuerdo con las respectivas edades de los hijos, el padre obtendría su custodia automática.
Pero Iliwa le pagó a su exmarido para que le entregara la custodia y, a la vez, ella renunció al derecho de manutención de sus hijos.
«Le dije que iba a sobrevivir sin él y que haría una buena vida para mí y para mis hijos», relató Iliwa a IPS.
«Al volver a Gaza, invertí mis ahorros de toda la vida, por 20.000 dólares, en una pequeña empresa de venta de productos de limpieza”, explicó.
«En un buen mes antes de la guerra logré ganar unos 2.400 dólares y el negocio estaba creciendo. Sin embargo, mi casa y la pequeña fábrica que construí fueron destruidas durante el bombardeo israelí. Mi hijo Muhammad también resultó herido», recordó Iliwa, llorando.
Ella y sus tres hijos se vieron obligados a huir a un refugio de la Organización de las Naciones Unidas, junto con cientos de miles de desesperados habitantes de Gaza.
Tras el cese del fuego, cuando pudieron salir del refugio, Iliwa y sus hijos eran indigentes y sin hogar.
Sin embargo, la valiente mujer logró alquilar una nueva casa y lentamente reconstruir su negocio con la ayuda de la organización humanitaria Oxfam, aunque ahora gana una fracción de lo que hacía antes.
El sufrimiento colectivo de las mujeres palestinas trasciende la muerte y las lesiones, con el desplazamiento forzoso y la supervivencia en refugios superpoblados con instalaciones inadecuadas, como la insuficiencia de agua potable y de alimentos, la falta de privacidad y de higiene.[related_articles]
El incremento de la violencia de género agravó la situación ya que las mujeres tienen pocas vías para recurrir al apoyo social o jurídico, y muchos palestinos creen que este tipo de cosas es un asunto privado entre cónyuges.
Bajo el régimen jurídico palestino, los pocos hombres que son arrestados por «crímenes de honor» reciben condenas breves y las mujeres golpeadas por sus maridos tienen que ser hospitalizadas durante al menos 10 días antes de que la policía considere intervenir.
De acuerdo con la documentación del CPDH, 16 mujeres fueron asesinadas en 2014 en diferentes contextos relacionados con la violencia de género.
Un comunicado de ONU Mujeres en Palestina señaló la «profunda preocupación» de la agencia ante los asesinatos, y destacó que el «preocupante aumento en la tasa de femicidios demostró una sensación generalizada de impunidad en los crímenes de mujeres”.
Una encuesta realizada en 2012 por la Oficina Central de Estadísticas palestina señaló que 37 por ciento de las mujeres fueron objeto de alguna forma de violencia a manos de sus maridos, siendo la tasa más alta en Gaza, con 58,1 por ciento, y la más baja en Ramalah, con 14,1 por ciento.
El Centro Palestino por la Democracia y la Resolución de Conflictos explicó que las difíciles circunstancias económicas, la pobreza y el desempleo, fueron las razones detrás del aumento de la violencia doméstica.
«Estos factores se reflejan negativamente en el estado psicológico de los hombres. Se estresan y enojan más ya que no pueden mantener a sus familias económicamente, viven en condiciones de hacinamiento y no tienen privacidad”, explicó la organización en diálogo con IPS.
«También ha habido un cambio en los roles de género, por el cual las mujeres aceptan empleos de baja remuneración que los hombres consideran por debajo de su situación como jefes de familia, o mujeres solteras o viudas que se ven obligadas a asumir el papel de sostén de la familia”, añadió.
Editado por Phil Harris / Traducido por Álvaro Queiruga