Treinta activistas contra el cambio climático oriundos de 12 pequeños países insulares del océano Pacífico bloquearon en sus canoas, junto a cientos de australianos en kayaks y tablas de surf, el mayor puerto de exportación de carbón del mundo, en Newcastle, Australia.
La medida, realizada el viernes 17, retrasó la salida de ocho de los 12 barcos que pasaron por el puerto durante las nueve horas del bloqueo y buscó llamar la atención sobre las consecuencias del cambio climático en esos países, organizada con el apoyo del grupo ecologista con sede en Estados Unidos 350.org.[pullquote]3[/pullquote]
Los activistas, que se denominan a sí mismos Guerreros Climáticos del Pacífico, eran oriundos de 12 países insulares del Pacífico, incluidos Fiji, Tuvalú, Tokelau, Micronesia, Vanuatu, Islas Salomón, Tonga, Samoa, Papúa Nueva Guinea y Niue.
“Queremos que Australia recuerde que forma parte del Pacífico. Y… que somos una familia, y tener esta familia significa que permanecemos juntos. No podemos permitirnos que uno los hermanos mayores lo destruya todo”, declaró Mikaele Maiava, uno de los activistas, a IPS.
Australia es el cuarto mayor productor de carbón en el mundo.
«Por lo tanto, queremos que la comunidad australiana, especialmente los líderes de Australia, piensen en algo más que en sus bolsillos… en la humanidad, no solo para el pueblo australiano, sino para todos», dijo Mikaele, nacido en Tokelau.
En un discurso en la inauguración de una mina de carbón el 13 de este mes, el primer ministro australiano, Tony Abbott, declaró que “el carbón es bueno para la humanidad”.
Pero Mikaele discrepa con esa postura.
“Si hablamos de la humanidad, ¿la humanidad tiene que ver con que la gente pierda su tierra? ¿… su cultura e identidad? ¿… tiene que ver con vivir con miedo de que las futuras generaciones ya no puedan vivir en una isla hermosa? ¿Esa es la respuesta para el futuro?”, cuestionó.
Mikaele dijo que él y sus compañeros activistas son conscientes de que su lucha no se limita al Pacífico, y que el cambio climático también afecta a otros países del Sur en desarrollo.
«Somos conscientes de que esta lucha no es solo por el Pacífico… El mensaje que queremos dar, sobre todo a los gobernantes, es que somos seres humanos. Esta lucha no se trata solo de nuestra tierra, sino que es por la supervivencia”, añadió.
Mikaele relató cómo su país, Tokelau, ya experimenta las consecuencias del cambio climático.
«Vemos cambios en los patrones climáticos y también vemos la amenaza para nuestra seguridad alimentaria. Es difícil generar un futuro sostenible si la tierra ya no es tan fértil y los cultivos no crecen debido a la invasión de la sal” marina, explicó.
La costa de Tokelau sufre de erosión. “La línea costera está cambiando. Hace 15 años, cuando iba a la escuela, podía caminar en línea recta. Ahora tengo que caminar por una línea torcida porque la playa se erosionó”, señaló.
Tokelau se convirtió en el primer país del mundo en utilizar 100 por ciento de energía renovable cuando adoptó la energía solar en 2012 para abastecer a su población de aproximadamente 1.400 personas.
Él y sus compañeros activistas tallaron con sus propias manos las canoas que trajeron a Australia para la protesta, el medio tradicional de transporte y de pesca en sus países.
Otra “guerrera” climática, Kathy Jetnil-Kijiner, de Islas Marshall, hizo llorar al público presente en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre con la lectura de un poema que le escribió a su pequeña hija, Matafele Peinam.
«Nadie se mudará, nadie perderá su tierra natal, nadie se convertirá en un refugiado del cambio climático. O debería decir, nadie más. A los isleños de Carteret, en Papúa Nueva Guinea, y a los isleños de Taro, en Fiji, aprovecho este momento para pedirles disculpas”, dijo en referencia a quienes son considerados los primeros desplazados climáticos del mundo.
El Foro de las Islas del Pacífico calificó al cambio climático como “la mayor amenaza para los medios de vida, la seguridad y el bienestar de los pueblos” de la región.
«El cambio climático es una amenaza inmediata y grave para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza en muchos países insulares del Pacífico, y para la propia supervivencia de algunos”, señaló.[related_articles]
“Sin embargo, estos países se encuentran entre los menos capaces de adaptarse y de responder” a este cambio “y las consecuencias que enfrentan… son desproporcionadas en relación con su minúscula contribución colectiva a las emisiones mundiales” de los gases invernadero, agregó.
Las autoridades de las islas del Pacífico han redoblado sus reclamos y desafiaron al gobierno australiano a no demorar más la adopción de medidas contra el cambio climático.
“Australia es un país del Pacífico. Al optar por desmantelar sus políticas climáticas, retirarse de las negociaciones internacionales y seguir adelante con la expansión de su industria de combustibles fósiles, está totalmente en desacuerdo con el resto de la región”, afirmó Simon Bradshaw, de Oxfam.
“Los vecinos más cercanos de Australia identifican sistemáticamente al cambio climático como su mayor reto y prioridad absoluta. Por lo tanto, es inevitable que las acciones recientes” de Canberra “repercutan en su relación con las Islas del Pacífico”, aseguró.
«Una encuesta reciente encargada por Oxfam mostró que 60 por ciento de los australianos cree que el cambio climático tiene consecuencias negativas en la capacidad de la población de los países más pobres para cultivar alimentos y acceder a ellos, llegando a 68 por ciento entre el sector de 18 a 34 años de edad”, indicó.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga