El Banco Mundial anunció una iniciativa por 15.000 millones de dólares para que empresas del sector privado inviertan en obras de infraestructura en el Sur en desarrollo.
El presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, presentó el jueves 9 el Fondo para la Infraestructura Mundial (GIF, en inglés) destinado a motivar a los bancos, fondos de pensiones y otros inversores institucionales a prestar más atención a las necesidades de infraestructura de esos países.[pullquote]3[/pullquote]
Al anunciar el nuevo GIF, Kim señaló que esas obras exigirían hasta un billón (millón de millones) de dólares de inversión adicional anual hasta el final de esta década, el doble de lo que estos países gastan actualmente.
En los últimos años el sector privado se alejó de la infraestructura de los países en desarrollo y las economías emergentes, según el Banco Mundial. Entre 2012 y 2013, esas inversiones cayeron casi 20 por ciento, a 150.000 millones de dólares.
«Dada la magnitud de las necesidades de financiación de las obras de infraestructura en los países en desarrollo, sin duda damos la bienvenida a una iniciativa como esta”, declaró Marilou Uy, la directora entrante del Grupo de los 24 (G24) países en desarrollo y otrora funcionaria del Banco Mundial, en diálogo con IPS.
«El papel del sector privado aquí es especialmente importante: encontrar buenos modelos para trabajar, para que la inversión privada en los países en desarrollo pueda comenzar a crecer… de nuevo hasta niveles incluso más altos que antes”, añadió.
En un paso que sorprendió a muchos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) realizó este mes una encendida defensa del gasto público, especialmente en obras de infraestructura. En este momento, el FMI y el Banco Mundial celebran sus reuniones semestrales en la ciudad de Washington.
El GIF iniciará una serie de empresas piloto a fines de este año, presuntamente dedicadas a proyectos respetuosos del ambiente y que fomenten el comercio exterior. Pero el instrumento no financiará estas iniciativas directamente.
En cambio, su objetivo será llamar la atención del sector privado a las carreteras, puentes, la producción de energía y otros proyectos físicos de gran escala que constituyen la base del desarrollo socioeconómico de los países.
«Los inversores institucionales tienen bolsillos profundos. Los fondos de seguros y pensiones tienen unos 80 billones de dólares en activos”, señaló Kim el jueves 9, en conferencia de prensa.
Pero observó que “menos de uno por ciento de los fondos de pensiones se asignan directamente a los proyectos de infraestructura, y la mayor parte de eso es en los países avanzados”.
“El verdadero desafío no es una cuestión de dinero, sino la falta de proyectos financiables. Una oferta suficiente de inversiones en infraestructura comercialmente viables y sostenibles”, dijo.
Freno fundamental
El Banco Mundial espera que el GIF funcione como un conducto por el cual los grandes inversores, junto con los expertos de la propia institución, asesoren a los gobiernos cómo estructurar proyectos de infraestructura con el fin de atraer a los inversores.
El enorme “déficit de infraestructura” actual en el Sur en desarrollo constituye un “freno fundamental” para lidiar con la pobreza, el principal cometido del Banco Mundial, destacó Kim.
Quizás en respuesta a críticas pasadas, el Banco Mundial también señaló que el GIF no se limitará a inyectar tanto dinero como sea posible a esos proyectos.
«Es posible que el simple incremento de la cantidad invertida en infraestructura no cumpla con el potencial para fomentar un crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado», expresó Bertrand Badre, el director gerente de la institución, en un comunicado. “La calidad de la infraestructura es vital”, agregó.
El GIF fomentará asociaciones particularmente complejas entre los sectores público y privado, conocidas como PPP.
Pero organizaciones dedicadas al desarrollo y activistas que luchan contra la pobreza consideran que los objetivos de las entidades con fines de lucro suelen chocar con el bien público.
Aunque el GIF es “bienvenido”, el “Banco Mundial debe garantizar que los nuevos préstamos para obras de infraestructura vengan con las garantías adecuadas para proteger a las comunidades más pobres y vulnerables de los clientes que podrían estar más interesados en el lucro que en el desarrollo.
Necesitamos garantías para la gente y no solo para los inversores”, manifestó Nicolas Mombrial, de Oxfam International.
Por su parte, el director del GIF, Jordan Schwartz, advirtió a IPS que la iniciativa todavía se encuentra en sus primeros días.
«Mantuve reuniones con organizaciones de la sociedad civil que estaban verdaderamente interesadas en participar con nosotros en el GIF”, aseguró.[related_articles]
«Como ellas, queremos asegurarnos de que las decisiones sobre las inversiones en infraestructura tomen en cuenta una amplia gama de consideraciones ambientales, sociales y económicas, para que no solo haya beneficios para los pobres y la actividad económica en general, sino también para que las inversiones sean sostenibles”, continuó.
Inquietud frente a las PPP
La preocupación por las asociaciones público-privadas se destaca en relación con los sistemas públicos del agua. En los últimos años, empresas privadas de todo el mundo mostraron gran interés en las PPP para resucitar la infraestructura hídrica del sector público, que en muchos casos recibió una escasa inversión durante décadas.
El brazo privado del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional (CFI), es una fuerte defensora de este tipo de negocios, aunque algunos detractores sostienen que la privatización del agua en muchos casos generó mayores costos y un servicio injusto.
Este mes, por ejemplo, activistas nigerianos redoblaron su campaña para instar al gobierno a retirarse de las negociaciones con la CFI por un posible proyecto de agua en Lagos cuyos datos se mantienen en reserva, según aseguraron.
«En todo el mundo, la CFI asesora a los gobiernos, lleva a cabo procesos de licitación, diseña contratos de privatización del agua que son complejos y poco equitativos, dicta las condiciones de arbitraje y es la propietaria parcial de las empresas de agua que ganan los contratos que ella diseña y recomienda, mientras que defiende el modelo para que se repita en todo el mundo”, afirmó Akinbode Oluwafemi, de la organización Environmental Rights Action.
«Estas actividades no solo socavan la gestión democrática del agua, sino que constituyen un conflicto de interés en las actividades de la CFI en el sector hídrico, una tendencia que se observa con alarma desde Europa oriental, pasando por India, hasta el sudeste asiático”, subrayó desde Lagos a los medios de comunicación el activista nigeriano.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga