El Grupo de los 77 (G-77), el mayor bloque de países en desarrollo, y China reaccionaron contra los bancos de Nueva York que cancelaron arbitrariamente las cuentas de más de 70 misiones diplomáticas ante la ONU y dejaron a su personal sin servicios bancarios.
La Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) adoptará una resolución, cuya copia fue obtenida por IPS, que solicita al secretario general Ban Ki-moon que examine e informe, en un plazo de 150 días, de «cualquier impedimento u obstáculo con respecto a las cuentas abiertas por las misiones permanentes de los Estados miembros y observadores o su personal en la ciudad de Nueva York”.
El cierre de las cuentas tuvo su origen en un pedido del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que pretendía que todos los bancos informaran meticulosamente sobre cada transacción financiera de más de 70 misiones diplomáticas de la ONU y de algunos diplomáticos individuales, tal vez como parte de un sistema de vigilancia para prevenir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo.[pullquote]3[/pullquote]
Pero los bancos respondieron que ese ejercicio sería costoso y engorroso y, en cambio, cancelaron todas las cuentas. Eso, en la práctica, excluyó de los servicios bancarios a la comunidad diplomática en Nueva York, donde se encuentra la sede de la ONU.
El mayor número de cuentas diplomáticas canceladas se alojaba en uno de los mayores bancos de Estados Unidos, el JP Morgan Chase, que en el pasado tuvo su sede en la Secretaría de la ONU, cuando era el Chemical Bank.
Cediendo a la presión de Estados Unidos, la resolución no señala al Chase por su nombre, aunque lo hizo en el proyecto original que fue modificado tras varias rondas de negociaciones a puertas cerradas desde mayo.
La resolución fue auspiciada por el G-77, que comprende a 132 países en desarrollo, más China.
Casi todas las cuentas canceladas pertenecían a misiones ante la ONU de países en desarrollo.
En respuesta a los reclamos de varios países que instan a la ONU que retire sus fondos de los bancos hostiles como medida de represalia, la resolución pide al secretario general que informe a la Asamblea General «sobre las relaciones financieras de la Secretaría de las Naciones Unidas con las instituciones bancarias en la ciudad de Nueva York”.
Se espera que el informe dé nombres e identifique a los bancos responsables de las cancelaciones de cuentas.
JP Morgan Chase maneja miles de millones de dólares en las cuentas que la ONU y sus agencias mantienen en Nueva York.
Palitha Kohona, el embajador de Sri Lanka ante la ONU, dijo a IPS que su país fue una de las víctimas de la acción bancaria.
«La resolución que proponen el G-77 y China es una reacción a la manera muy arbitraria en la que el Chase Bank cerró las cuentas de algunas misiones y de su personal», dijo.
Algunas cuentas tenían años en el banco, agregó.
«Respondimos a una serie de inquietudes, en especial del G-77 y China, en la redacción de esta resolución», indicó Kohona.
Sobre el supuesto de que Chase se vio obligado a cumplir con normas locales de Estados Unidos, Kohona se preguntó si la medida se aplicó de manera selectiva o con todas las misiones que tenían cuentas en el banco.
¿Estados Unidos, el país anfitrión, estaría en cumplimiento de “sus obligaciones legales internacionales frente a los Estados miembros de la ONU si aplica efectivamente requisitos reglamentarios a los bancos que complicaran el ejercicio normal de la actividad diplomática?», cuestionó Kohona, un exdirector de la Sección de Tratados del organismo mundial.
La resolución cita el acuerdo que Estados Unidos y la ONU firmaron en 1947 relativo a la sede de la organización y que garantiza los derechos, las obligaciones y el cumplimiento de las responsabilidades de los Estados miembros con respecto a la ONU y el derecho internacional.
Además, cita la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (1961) como un marco normativo para los estados y las organizaciones internacionales, en particular la relación de trabajo entre la ONU y la ciudad de Nueva York.
“¿La ONU debería continuar relacionándose por valor de miles de millones de dólares al año con Chase, si ese banco se niega relacionarse con los estados miembros?”, preguntó Kohona.
“¿Por qué el banco debería beneficiarse de la ONU en estas circunstancias?”, añadió.
Algunos países debieron recurrir a transportar los sueldos de su personal por valija diplomática, agregó.
La acción del Chase causó grandes inconvenientes y elevó los costos de muchas delegaciones, aseguró.
Un diplomático latinoamericano dijo en una reunión del G-77 en abril que los representantes ante la ONU podrían verse obligados a esconder su dinero bajo el colchón, ante la ausencia de los servicios bancarios.
Algunas de las cancelaciones de cuentas trascendieron a las misiones diplomáticas y afectaron al personal de la ONU, como le ocurrió a un funcionario de alto rango de un país del sur de Asia.
«Si es verdad que JP Morgan Chase está cerrando las cuentas, que en mi opinión atenta contra todos los principios de la ONU en cuanto a la igualdad de las naciones, creo que” el organismo mundial debe “abstenerse de tener cualquier tipo de negocios con ese banco y el país anfitrión debe unirse a los Estados miembros discriminados en protesta por esta acción”, recomendó Barbara Tavora Jainchill, presidenta del Sindicato del Personal de la ONU, en diálogo con IPS.[related_articles]
La resolución también pide a Ban, en un plazo de 120 días, que brinde información a los Estados miembros y observadores sobre servicios bancarios alternativos en Nueva York para que puedan gestionar y mantener adecuadamente sus cuentas, aportes presupuestarios, contribuciones voluntarias, transferencias y otras responsabilidades financieras relacionadas directamente con su pertenencia a la ONU.
La Asamblea General también solicitará a Estados Unidos que «tome, lo antes posible, medidas adicionales para ayudar a las misiones permanentes” y “su personal a obtener servicios bancarios apropiados.»
Un funcionario de la ONU aseguró que Chase no brindará servicios bancarios a la organización tras el vencimiento de su contrato actual, confió un delegado del G-77 a IPS.
Entre las empresas licitantes del nuevo contrato no figura Chase, descalificado por «razones técnicas», añadió sin especificar.
Bajo presión de Estados Unidos, el G-77 diluyó el tono del proyecto de resolución inicial, ya que ahora señala que los Estados miembros deben tener servicios bancarios adecuados en lugar de «garantizados», como señalaba una versión anterior.
Estados Unidos sostuvo que no podía «garantizar» nada, pero accedió a tomar medidas adicionales para ayudar a las misiones permanentes y su personal a obtener los servicios bancarios.
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga