Issah Mounde Nsangou trabaja en su cafetal de 6,5 hectáreas en esta localidad de la región Oeste de Camerún, desmalezando y podando las plantas parásitas que crecen alrededor de sus cafetos. Para este agricultor de 50 años, la salud de su cultivo de café es primordial.
“Tengo que cuidar mis árboles y dejarlos limpios. Eso, obviamente, dará buenos granos”, explicó a IPS. Kuoptomo es una aldea tradicionalmente cafetera, pero como otras zonas productivas en este país de África central, la cosecha merma sin cesar.
Hace 20 años, Nsangou recolectaba unas 4,8 toneladas (80 sacos de 60 kilos) de café. Pero eso se terminó.[pullquote]3[/pullquote]
“El año pasado ni siquiera llené 20 sacos”, se lamentó.
La producción de café se desplomó en 2013, cuando cayó 56 por ciento y solo se cosecharon 16.142 toneladas del grano. Fue una disminución drástica respecto de las 38.000 toneladas recogidas el año anterior. E incluso esa cantidad, solo representa un tercio de las 140.000 toneladas de 1986, según el Consejo Interprofesional del Cacao y el Café (CICC).
Omer Maledy Gaetan, secretario ejecutivo del CICC, señaló que Camerún supo ser uno de los mayores productores de café del mundo.
“En 1980, ocupábamos el puesto 8 entre los productores de café. En 1992, cuando liberalizamos el sector, Camerún se ubicó en el lugar 12. En la actualidad, está en el 30”, detalló a IPS.
Las razones de esta tendencia descendente son muchas y variadas. Según Gaetan, el costo de insumos, como fertilizantes, se disparó tras la decisión del gobierno de eliminar los subsidios y la protección a los precios en este sector en la década de los años 90.
El aumento de los costos de producción, sumado a su bajo precio de mercado, desalentó a los agricultores, muchos de los cuales se volcaron a cultivos alimentarios.
“Sin fertilizantes ni insecticidas ni fungicidas ni pulverizadores se hizo difícil para muchos agricultores sostener sus plantaciones”, explicó Nsangou.
Además, los agricultores se quejan de las precipitaciones irregulares y de la falta de asesoramiento técnico de los servicios de extensión, todo lo que se combinó para perjudicar al sector.
Aun así, muchos de ellos regresan a sus plantaciones.
Una luz de esperanza
Como la demanda mundial de café crece tres por ciento al año, Camerún ahora busca reflotar el otrora próspero sector cafetero. El CICC creó el proyecto “Nueva Generación”, que trata de atraer a los jóvenes a una actividad que quedó en manos de agricultores mayores y con tierras venidas a menos.
Gaetan explicó: “Nueva Generación es un programa para jóvenes. Incorporamos 200 todos los años y los apoyamos durante tres años. A partir de 2015, tendremos 600 jóvenes al año. Eso me da esperanzas de lograr relanzar el sector. Es necesario, no solo para renovar los cultivos, sino para atraer sangre nueva” a la producción de café.
En febrero, la Unión Europea y Camerún suscribieron un acuerdo de 30 millones de euros (41 millones de dólares) para impulsar la producción de café en el marco del “Plan de Emergencia para Reiniciar el Sector Cafetero”.
El objetivo es dedicar a los cafetales 3.600 hectáreas en seis años.
“Daremos a los agricultores todo lo que necesitan, salvo el trabajo”, apuntó.
“Les daremos los insumo necesarios para tener su plantación, desde la creación del vivero hasta la infraestructura necesaria y el control de las pérdidas después de la cosecha”, detalló.
Los primeros tres años se concentrarán en ampliar los cultivos de café a 2.200 hectáreas en la zona productora del Alto-Nyong (en la región Este), Moungo (en la costa) y Noun (en la región Oeste), precisó Gaetan.
En Camerún se cultiva café de tipo robusta, en las provincias del este, y de tipo arábiga en las más altas latitudes de las mesetas del oeste. Su calidad fuerte y amarga es muy preciada para las mezclas, sobre todo las destinadas al llamado café espresso.
Según el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Essimi Menye, el café sigue siendo un cultivo clave y podría hacer un aporte notable a los planes de desarrollo del país para 2035.[related_articles]
Además, pese a su declive, el sector aporta seis por ciento del producto interno bruto y es la fuente de ingresos de unos 400.000 agricultores. Los actuales esfuerzos se proponen aumentar la producción hasta unas 120.000 toneladas para 2015.
Pero todos los esfuerzos para impulsar la producción pueden terminar por no beneficiar a los agricultores si no se añade un valor agregado al sector. El CICC señala que solo cinco por ciento del café de Camerún se procesa en el país, lo que priva a los productores de un significativo margen de ingresos.
“El valor agregado es lo mejor que le puede pasar a los cultivadores de café y al sector, en general”, remarcó Peter Fonguh, director de mercadeo de la Asociación Cooperativa del Nor-Oeste, en entrevista con IPS.
“Si podemos transformar nuestro café, el precio subirá de forma automática porque si un kilogramo de grano pergamino se vende a unos 500 francos CFA (alrededor de un dólar), le pagaríamos al agricultor por lo menos 1.500 francos CFA (unos tres dólares) por el pergamino cuando” hay valor agregado, explicó.
Al defender la necesidad de que los cameruneses deben renovar su fe en el café, Gaetan dijo en conferencia de prensa en Yaundé: “los datos y los análisis confirman que el futuro de la industria del café es alentador”.