El ingeniero industrial Ancel Bhagwandeen cree que cultivar alimentos en interiores es una gran idea para salvarlos de las inclemencias del cambio climático. Por eso desarrolló un sistema hidropónico que “aprovecha los nanoclimas en las casas”, para que estas protejan las siembras “del mismo modo que a nosotros”, dijo.
Bhagwandeen explicó a IPS que este sistema también puede «sacar partido del crecimiento urbano y de los complejos de viviendas para que, produciendo tus propios alimentos en el hogar, mitigues el aumento de precios”.
La hidroponía, una siembra sin tierra que emplea nutrientes minerales en el agua, es considerada cada vez más como un medio viable para garantizar la seguridad alimentaria en un contexto de cambio climático.
El proyecto de Bhagwandeen es uno de varios que el Centro de Innovación Climática del Caribe (CCIC), con sede en Jamaica, considera para un mayor desarrollo.
El novel Centro, que cuenta principalmente con fondos del Banco Mundial y del gobierno de Canadá, busca financiar proyectos innovadores que “transformen la manera como vivimos, trabajamos y construimos para adaptarnos a un clima cambiante”, dijo su presidente, Everton Hanson.
El primer paso para desarrollar esos proyectos es obtener el financiamiento de Prueba del Concepto (POC), de entre 25.000 y 50.000 dólares, para “ayudar al emprendedor a solventar esos costos relacionados con demostrar que la idea puede funcionar”, dijo Hanson.
El POC cubre los gastos en todas las etapas del desarrollo del prototipo, como el diseño, el análisis y las pruebas de campo, la evaluación del mercado, las materias primas y otros insumos necesarios para la prueba del concepto, así como los costos relacionados con las solicitudes de derechos de propiedad intelectual en el Caribe.
Un concurso de POC terminará a fines de este mes. “Luego de esa fecha se evaluarán las postulaciones. Estamos buscando ideas que puedan comercializarse, y el plan es seleccionar las mejores”, dijo Hanson.
El CCIC, administrado en conjunto por el Consejo de Investigaciones Científicas de Jamaica y el Instituto Caribeño de Investigaciones Industriales de Trinidad y Tobago, busca proyectos que se centren en el manejo del agua, la eficiencia en el uso de los recursos, la energía solar y los agronegocios sostenibles.
Bhagwandeen ingresó en la competencia de POC con la esperanza de obtener fondos. “Este financiamiento ayudaría para las pruebas de mercado”, explicó.
A este ingeniero de 48 años le gustaría construir decenas de unidades y “distribuirlas en varias áreas, para luego monitorear las operaciones y conocer las opiniones de los usuarios”.
Agregó que realizará pruebas de usabilidad y confiabilidad, además de buscar las evaluaciones del público sobre cuánta luz se necesita y las mejores ubicaciones dentro de una casa o un edificio para situar su modelo.
“Luego tomaré esas opiniones y podré afinar cualquier asunto que pueda surgir antes de pasar a la comercialización masiva”, dijo.
El modelo de Bhagwandeen permitirá a los dueños de viviendas cultivar verduras de hoja, hierbas y tomates en sus casas o apartamentos, con una mínima inversión de dinero y de tiempo.
El modelo usa electrónica inteligente, lo que significa que 100 unidades pueden funcionar con la misma energía que una bombilla de luz de 60 vatios, explicó. Por lo tanto, difiere de los sistemas hidropónicos típicos, que consumen una gran cantidad de energía, añadió.
Su modelo también funciona con la energía que le aporta un pequeño panel solar, y puede operar tanto en interiores como en exteriores.
[related_articles]El diseño de Bhagawandeen parte de la premisa de que “nuestro futuro se basa cada vez más en la vida en las ciudades, y para que sea sostenible necesitamos agricultura urbana en el ámbito familiar”, dijo.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “la población que vive en áreas urbanas aumentará en 2.600 millones, pasando de 3.600 millones en 2011 a 6.300 millones en 2050”.
La mayor parte de ese crecimiento se concentrará en las ciudades y poblados de las regiones menos adelantadas del mundo.
Para cumplir con los desafíos de la adaptación al cambio climático, el CCIC “apoyará a emprendedores caribeños que participen en el desarrollo local de soluciones apropiadas”.
Bhagwandeen señaló que el apoyo de organizaciones como el CCIC es crucial para los empresarios que se especializan en el cambio climático.
“Desde la perspectiva caribeña, especialmente de Trinidad y Tobago, somos una sociedad fuertemente centrada en el consumidor. Uno de los aspectos negativos de la riqueza petrolera de Trinidad es que no estamos acostumbrados a desarrollar tecnología por nuestra cuenta. La compramos”, dijo.
“Somos una sociedad de comerciantes y distribuidores, y hay muy poco apoyo para innovadores y emprendedores”, agregó.
El acceso a mercados e inversores plantea un serio desafío para innovadores regionales como él, que suelen tener que arreglárselas solos para hacer despegar sus negocios.
En general, los innovadores regionales deben fabricar pequeñas cantidades de un producto, venderlo y luego usar los fondos obtenidos para elaborar gradualmente cantidades más grandes.
Por lo tanto, “si uno recibe un encargo de 500 unidades, no puede cumplirlo”, dijo.
En el CCIC participan 14 estados caribeños: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Suriname y Trinidad y Tobago.
El CCIC del Caribe es uno de los ocho que se desarrollan en todo el mundo.