Los pequeños agricultores pueden desempeñar un rol importante en hacer que Haití vuelva a ser verde, cuando apenas dos por ciento de los árboles del país siguen en pie.
Con 10 millones de habitantes y un producto interno bruto de 7.800 millones de dólares, Haití, el país más pobre de América, ha quedado lisiado por la degradación ambiental durante varios años.
Sin embargo, hay un destello de esperanza para este país y para su vecino, República Dominicana, con la que comparte la isla antillana de La Española.
La organización World Vision Australia completó una misión exploratoria a ambos países para examinar el potencial para la regeneración natural de bosques, inspirada por el éxito de su proyecto forestal en Humbo, un distrito de Etiopía, en el marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kyoto.
El plan es lograrlo mediante la iniciativa “Regeneración Natural Administrada por Agricultores” (FMNR, por sus siglas en inglés).
“Las vidas saludables para los niños y sus familias están apuntaladas por un ambiente igualmente saludable”, dijo a IPS el gerente de la unidad empresarial, de seguridad alimentaria y cambio climático de World Vision, Timothy Morris.
Por eso, “cada vez más vemos cómo podemos ayudar a las comunidades a construir ambientes sostenibles, y particularmente en vista del cambio climático se está volviendo cada vez más importante”, añadió.
El MDL permite que estos proyectos de reforestación obtengan créditos de carbono, o reducciones certificadas de emisiones contaminantes, por cada tonelada de dióxido de carbono “secuestrado” o absorbido por el bosque.
En el caso del proyecto Humbo, se continúan generando ganancias para las comunidades que manejan los bienes forestales bajo siete cooperativas, que representan a casi 50.000 personas.
“Entendimos que Haití es un área hondamente degradada por la deforestación, una alta población y la necesidad de combustibles”, dijo Morris.
Las devastadoras inundaciones y deslizamientos de tierras también desnudaron muchas áreas que antes estaban cubiertas de bosques, observó.
El encargado de reforestación en World Vision, Tony Rinaudo, visitó Haití y República Dominicana para examinar sobre el terreno el paisaje degradado del área.
“Ya hay un cimiento firme sobre el cual construir en algunas áreas donde se implementaron proyectos actuales y pasados de forestación y agroforestación”, dijo Rinaudo a IPS.
“Conocí a personas que valoraban los árboles y se ocupaban exitosamente de ellos, para obtener frutas, madera o carbón”, añadió.
Rinaudo enfatizó que el FMNR no es un concepto nuevo, pues él vio casos de ese tipo “en algunas fronteras de fincas agrícolas, en algunos casos dentro de las tierras cultivadas”.
Sin embargo, dijo que esta comprensión puede crearse, para mejorar las técnicas e intensificar las actividades, y crear una mayor conciencia al respecto.
[related_articles]“El FMNR tiene un enorme potencial, por ejemplo con la especie Prosopis, que es muy agresiva y espinosa. Con un manejo sistemático podría establecerse una industria sostenible del carbón, la madera, la miel, el forraje”, dijo a IPS.
Indi McLymont-Lafayette, coordinadora regional de Panos Caribe, que trabaja para dar voz a las comunidades pobres y marginadas, dijo a IPS que algunas organizaciones de la sociedad civil en Haití ya participaban activamente en este asunto.
“En los últimos dos años y medio trabajamos en la implementación de un proyecto para la rehabilitación posterior al terremoto” que devastó el país el 12 de enero de 2010, señaló.
“Incluimos temas de cambio climático y biodiversidad con la elaboración de políticas”, precisó.
En parte, “eso conllevó trabajar con áreas que poseen iniciativas de reforestación, y una de las organizaciones en Haití, la Fondation Seguin, es muy crucial para la colaboración, porque ya realiza un trabajo tremendo en materia de reforestación, así que pienso que World Vision puede agregar valor a lo que ya se está haciendo”, añadió.
World Vision tuvo gran resultado con un proyecto forestal administrado por las comunidades en Humbo, en el sureste etíope. Se estima que más de 880.000 toneladas de dióxido de carbono equivalente se eliminarán de la atmósfera a lo largo de 30 años, contribuyendo de modo significativo con la mitigación del cambio climático.
Antes del proyecto, el terreno montañoso de Humbo estaba altamente degradado y sufría una propensión crónica a las sequías. La pobreza, el hambre y la creciente demanda de tierras agrícolas habían llevado a las comunidades locales a explotar en exceso los recursos forestales.
Haití y República Dominicana, dos países azotados por huracanes, están entre los más afectados por el cambio climático.
Según un estudio del Banco Mundial divulgado en noviembre de 2013, si el nivel del mar continúa elevándose al ritmo actual, en 2050 Santo Domingo será una de las cinco ciudades más afectadas en el mundo por el cambio climático.
Un informe presentado en la 19 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 19), celebrada ese mismo mes en Varsovia, mostró que en 2012 Haití lideró la lista de los tres países más afectados por catástrofes relacionadas con la meteorología.
Una población urbana en crecimiento continuo y la mayor demanda de carbón y leña han contribuido a agotar el ambiente de Haití. Pero Morris dijo que las dos naciones caribeñas cosecharán muchos beneficios a partir de un proyecto de regeneración forestal.
“Cuando hacemos esta clase de tarea hay múltiples beneficios que pueden derivarse de ella, particularmente en el entorno costero y en los entornos expuestos a la actividad de tormentas”, dijo.
“Al regenerar y plantar árboles nos gustaría potenciar la integridad del suelo, impedir la erosión, crear integridad de las tierras costeras para que sean resilientes a marejadas e inundaciones costeras, y restablecer la base de bienes naturales del área para un uso más sostenible a largo plazo”, agregó.
Morris señaló que también puede haber beneficios derivados de una mayor producción alimentaria. “A menudo hallamos que al incursionar en esta técnica, particularmente en torno a áreas de captación de aguas y laderas empinadas, se puede mejorar la integridad del suelo” para fines agrícolas, dijo.