Cameruneses huyen de atrocidades en República Centroafricana

Refugiados de República Centroafricana buscan cobijo en una iglesia. Crédito: ©EU/ECHO/Ian Van Engelgem.

“Ya no podíamos soportar tanta violencia”, dijo Baba Hamadou, de 27 años, poco después de descender de un avión chárter en el Aeropuerto Internacional de Duala, en el oeste de Camerún.

Hamadou fue uno de los 202 cameruneses que llegaron repatriados desde República Centroafricana el martes 17. Con ellos, se elevó hasta 896 el número de ciudadanos de este país que abandonaron la vecina nación devastada en tan solo cuatro días.

Al recrudecerse  la violencia sectaria entre cristianos y musulmanes, el presidente de Camerún, Paul Biya, tomó la decisión de evacuar a los connacionales residentes al otro lado de la frontera. En República Centroafricana vivían hasta ahora unos 20.000 cameruneses.

Los recién llegados han relatado historias horrendas sobre la violencia que presenciaron.

[related_articles]“Cuatro cameruneses –una pareja y sus dos hijos– fueron cruelmente asados hasta la muerte en (la capital centroafricana de) Bangui, ante mis propios ojos”, dijo Hamadou a IPS.

“Mi vecino fue descuartizado como un animal”, agregó otro recién repatriado, David Nchami, que trabajaba como constructor en Bangui.

“También en la capital violaron a una mujer y le extirparon sus genitales”, dijo otra, Marie-Louise Tebah.

Divine Abada, un minero originario del suroeste de Camerún, dijo al estatal canal de televisión CRTV que la violencia había alcanzado un grado tal que decidió volver a su tierra natal.

“Estos locos rebeldes Séléka me agarraron en el bosque, nos golpearon mucho, nos quitaron todo lo que teníamos. Solo me salvó que no vieron mi pasaporte”, narró.

Si hubieran identificado la nacionalidad de Abada, probablemente las cosas habrían empeorado, por el odio que las milicias musulmanas de Séléka profesan hacia Camerún.

Ese encono data del mes de marzo, cuando Séléka derrocó al presidente de República Centroafricana, François Bozizé, y este huyó a Camerún.

Entonces se autoproclamó presidente el comandante de Séléka, Michel Yotodia, quien sin embargo no logró frenar las actividades violentas de sus camaradas. Todo empeoró en agosto cuando el mandatario declaró disuelta la coalición de grupos rebeldes.

Los Séléka tomaron represalias contra Camerún. En noviembre, un grupo de presuntos rebeldes cruzó la frontera desde la República Centroafricana y atacó instalaciones militares en la aldea de Biti, en la Región Oriental de Camerún.

El enfrentamiento entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad de Camerún dejó siete muertos, dos de ellos cameruneses.

La Unión Africana decidió aumentar su contingente en la República Centroafricana a 6.000 soldados, que se unirán a los 1.600 efectivos de Francia que ya están en el territorio de la excolonia francesa.

El gobernador de la Región Oriental camerunesa, Samuel Dieudonné Ivaha Diboua, aseguró que su propio gobierno ha reforzado la seguridad a lo largo de la frontera.

“Hemos desplegado efectivos a lo largo de la frontera de 800 kilómetros que separa a los dos países”, dijo a IPS. “No podemos darnos el lujo de dejar a nuestros compatriotas a merced de una muerte evidente”, argumentó.

Los ciudadanos cameruneses que viven en la frontera con la República Centroafricana sienten temor constante de nuevos ataques de los Séléka, mientras que miles de centroafricanos huyen masivamente hacia este país, para escapar del derramamiento de sangre al otro lado de la frontera.

A comienzos de noviembre, la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados anunció que Camerún ya había recibido unos 90.000 refugiados centroafricanos.

[pullquote]3[/pullquote]Miles más huyeron  el fin de semana del 14 y el 15 de este mes en botes por el río Oubangui hasta llegar a Zongo, en República Democrática del Congo, pese a que la frontera con ese país está oficialmente cerrada y corrían el riesgo de que les dispararan.

Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) solo en la segunda y la tercera semana de diciembre unas 210.000 personas fueron desplazadas a la fuerza por la violencia en Bangui.

La masiva llegada de refugiados de República Centroafricana a Camerún ha generado creciente malestar entre la población local.

En septiembre, cientos de refugiados abandonaron su campamento en Nadoungué, una pequeña aldea en la Región Oriental, y se reasentaron en un poblado cercano en busca de mejores servicios.

“Todo lo que queremos es agua, atención sanitaria, alimentos… Aquí no hay esas cosas”, explicó a IPS la refugiada centroafricana Dominique Mendo.

Los conflictos entre los refugiados y la población local ha requerido en ocasiones la intervención de las fuerzas de seguridad.

El gobierno camerunés se comprometió a enviar 500 soldados para integrar la fuerza de paz de la Unión Africana, según el ministro de Defensa, Edgar Alain Mebe Ngo’o.

Además, los 1.600 efectivos franceses usaron Camerún como puerto de tránsito hacia África central.

Mebe Ngo’o dijo que Camerún no puede permanecer indiferente ante el caos que envuelve a millones de personas en República Centroafricana.

Según la ONU, unas 500 personas fueron asesinadas solo en Bangui desde el 5 de este mes.

El foro mundial también señaló que el conflicto afecta a los 4,6 millones de habitantes. De ellos, uno de  cada 10 debió huir de su hogar, mientras que la cuarta parte pasa hambre.

 

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