Helen Baleke comenzó a boxear cuando tenía 16 años, luego de ser atacada por un hombre en el tugurio de Katanga, en la capital ugandesa. Ahora es una de las más experimentadas de las aficionadas a este deporte en su país.
“Me golpeó tanto que comencé a llorar y a sangrar en la nariz”, contó a IPS a través de un intérprete de la lengua local luganda. Baleke, ahora con 24 años, vive con otros 23 familiares en una choza de barro.
“Vine de mi aldea (en el distrito de Kayunga) a Kampala con mi orgullo… y creí que ningún hombre podía golpearme”, señaló.
A esta joven siempre le gustó pelear, “incluso cuando estaba en la escuela”. Luego de ser atacada, el Club de Boxeo Rinoceronte, en Katanga, la exoneró de pagar la cuota de ocho dólares para que pudiera entrenar.[pullquote]3[/pullquote]
Pasó tres semanas aprendiendo boxeo y luego fue a buscar a su atacante. Cuando lo encontró, se desquitó. “Busqué a ese hombre para mostrarle que realmente me podía defender”, explicó.
Hoy Baleke cuenta ya con tres medallas ganadas y 14 peleas realizadas en Uganda y Kenia. Ella y su media hermana, Diana Tulyanabo, de 20 años, entrenan todos los días en Rinoceronte, acompañadas de Lydia Nantale, de 17, y Maureen Nakilyowa, de 23, que también viven en el asentamiento.
Varias otras ugandesas se muestran prometedoras en el cuadrilátero. Agnes Adong, Hawa Daku, Eva Zalwango y Fiona Tugume, además de Baleke y Tulyanabo, presentaron la solicitud para convertirse en las primeras mujeres integrantes de la Comisión de Boxeo Profesional de Uganda.
El vicepresidente de ese organismo, Salim Saad Uhuru, está convencido de que las mujeres pueden obtener grandes logros en este deporte si reciben más apoyo.
“Podemos enviar a una mujer representando a Uganda a los Juegos Olímpicos, sin duda. Vamos a entrenarlas para que sean las mejores”, señaló.
Pero Uhuru, quien también es vicepresidente para el Distrito de Kampala Central del gobernante Movimiento de Resistencia Nacional, dijo que la corrupción está socavando el potencial de las atletas.
“Yo culpo al Ministerio de Deportes. Nos ha abandonado por completo. Los funcionarios que fueron a los últimos Juegos Olímpicos eran más numerosos que los deportistas. Eso es absurdo”, indicó.
Uganda llevó 16 atletas a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, de los cuales 12 participaban por primera vez en ese nivel.
Pero las mujeres de Katanga, barrio donde se estima viven unas 20.000 personas, afrontan otras dificultades además de la corrupción.
Los matrimonios y embarazos tempranos, además de los ataques sexuales, son problemas de todos los días, dijo Juliet Segujja, directora del Club de Niños de Kampala, la única organización no gubernamental que trabaja en el tugurio.
“La mayoría de las mujeres jóvenes simplemente salen a las calles para obtener dinero de los hombres”, dijo Segujja, de 23 años, también residente de Katanga.
La vida tiene complicaciones añadidas para las mujeres que quieren practicar boxeo. Nakilyowa, también de 23 años, es madre soltera de cuatro niños. Para entrenar, tiene que hacer malabarismos con sus horarios.
Baleke y su hermana se dedican a recolectar cáscaras de banana, que su madre vende al costado de la carretera cerca de Katanga como alimento animal por un dólar el paquete.
No obstante las dificultades, ellas sueñan con la gloria olímpica.
Varios pugilistas ugandeses masculinos han tenido éxito a nivel mundial. Kassim Ouma es un excampeón junior de los pesos medios de la Federación Internacional de Boxeo, y Joseph Lubega fue medallista de plata en los Juegos de la Commonwealth.
John “La Bestia” Mugabi y Eridad Mukwanga ganaron sendas medallas de plata en competencias olímpicas, en tanto que Leo Rwabwogo logró la de bronce.
Pero ninguna boxeadora ugandesa ha ido jamás a los Juegos Olímpicos.
A Natalie “Sugar” Brown, pugilista canadiense de peso superligero, que nunca ha visitado África ni conocido a sus colegas ugandesas, le encantaría cambiar esa realidad.
La deportista tiene pensado viajar a Uganda a fines de este año para convertirse en la mentora de Baleke y Tulyanabo, como parte del Proyecto de Mujeres Boxeadoras de Kampala.
Se trata de una iniciativa a largo plazo lanzada por Lori Steinhorst, presidenta de Bad Girls Boxing y Classic Women Warriors, dos organizaciones con sede en Washington que vinculan a boxeadoras aficionadas de Uganda con pugilistas profesionales estadounidenses, con el fin de preparar a las primeras para los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro.
“Me gustaría ayudar a las boxeadoras de Uganda, transmitiéndoles mis experiencias y enseñanzas, para que aprendan el deporte y ganen todos los beneficios dentro y fuera del ring”, dijo Brown a IPS.
Brown y Steinhorst, junto a Mary “Despiadada” McGee, excampeona estadoundense de peso ligero, viajarán a Uganda para seleccionar a las deportistas con las que trabajarán.[related_articles]
Además, las tres cuentan con la colaboración “detrás de escena” de la retirada campeona mundial Laila Alí, hija de la leyenda del boxeo mundial Mohammad Alí.
“No tenemos idea si ellas (Baleke y Tulyanabo) son atletas de elite con potencial para participar a nivel olímpico. Eso es lo que vamos a constatar”, dijo Steinhorst a IPS.
“Sin embargo… puede haber otras boxeadoras también que estén trabajando para esa meta. En este momento no lo sabemos”, añadió.
Si algunas deportistas cumplen con los requisitos para los Juegos, sus mentoras iniciarán una campaña de recolección de fondos con el objetivo de llevarlas a Estados Unidos. Allí, las condiciones de entrenamiento serán muy diferentes a las que están acostumbradas.
Baleke, Tulyanabo, Nantale y Nakilyowa han recibido donaciones para adquirir su equipamiento en los últimos años. Sin embargo, todavía practican regularmente con un solo para de guantes para todas. Generalmente deben limitarse a hacer boxeo de sombra por carecer de los implementos adecuados para entrenar.
También afrontan otro gran problema que amenaza con retrasar su desarrollo profesional: la falta de competencia.
“No tenemos oponentes confiables”, dijo Baleke, quien no ha tuvo ninguna pelea en 2012 y ahora procura el dinero para viajar a competir en Mombasa, Kenia, a fines de este año.
“Cuando vamos a tener una pelea, el oponente no aparece. Puede ser bastante desalentador”, señaló.
“Queremos peleas serias, peleas profesionales. Quiero descubrir si realmente tengo talento. ¿Puedo ser derrotada o soy una campeona?”, se preguntó.