En busca de generar oposición en círculos de Washington a un posible acuerdo nuclear con Irán, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu vuelve a acusar a Teherán de fabricar misiles balísticos intercontinentales para lanzarlos sobre territorio estadounidense.
La denuncia de Netanyahu se basa en un pronóstico extremista mantenido durante años por el Pentágono y la Fuerza Aérea de Estados Unidos, e incluso va más allá.
En una entrevista del 1 de este mes con Bob Schieffer, de la cadena CBS News, Netanyahu dijo que Irán está fabricando misiles para “alcanzar territorio estadounidense dentro de unos años”.
Los misiles balísticos de Teherán “no son para nosotros, sino para ustedes”, dijo una semana después en una entrevista con Charlie Rose, de la misma cadena. “La inteligencia estadounidense sabe tan bien como nosotros que Irán desarrolla misiles intercontinentales”, añadió.
Pero expertos independientes coinciden en que no hay evidencias que apoyen la acusación de Netanyahu.
“No he visto pruebas de que Irán intente desarrollar misiles balísticos intercontinentales, menos aun de que los tenga”, dijo a IPS el experto Michael Elleman, del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos, con sede en Londres, y autor de un acreditado estudio sobre el programa misilístico iraní.
Elleman explicó que Irán debería probar al menos media docena de proyectiles antes de alcanzar capacidad operativa para disparar uno intercontinental.
Hasta ahora, Teherán ni siquiera ha instalado, mucho menos probado, nuevas lanzaderas espaciales capaces de disparar misiles intercontinentales, dijo por su parte David Wright, codirector del Programa de Seguridad Global en la Unión de Científicos Preocupados.
Irán solo probó una lanzadera espacial que apenas puede poner en órbita un pequeño satélite, dijo Wright a IPS.[related_articles]
“El hecho de que no haya sucedido indica que algo los detiene”, añadió Wright. “Claramente, no vemos que estén avanzando rápido en esa dirección”.
Las acusaciones de Netanyahu se basan en evaluaciones previas de la inteligencia estadounidense, influenciadas por intereses de la industria armamentística y del Pentágono, que promueven la idea de la amenaza iraní para obtener apoyo a un mayor gasto militar.
En efecto, el primer ministro israelí lanzó sus primeras advertencias hace 15 años, después de que una comisión estadounidense abocada a estudiar amenazas misilísticas, encabezada por Donald Rumsfeld (luego secretario de Defensa), advirtió en 1998 que Irán y Corea del Norte “podrían” poner en peligro a Estados Unidos con este tipo de armamento.
La llamada Comisión Rumsfeld, que buscaba presionar al gobierno de Bill Clinton (1993-2001) para que aprobara la creación de un sistema nacional de defensa antimisiles, invitó a los cuatro más grandes contratistas militares del país a que señalaran cómo creían que Irán podía probar con éxito misiles intercontinentales.
El órgano no siguió la práctica habitual en este tipo de evaluaciones de distinguir con claridad lo teóricamente posible de lo probable.
Es así que, desde 2001, la comunidad de inteligencia de Estados Unidos acepta y repite que Irán “podría” alcanzar la capacidad necesaria para probar misiles de gran alcance antes de 2015 si cuenta con la necesaria ayuda externa, esto es, la de Rusia.
No obstante, se consideraba poco probable que Moscú estuviera dispuesto a colaborar con Teherán en la fabricación de esas armas.
Y el Consejo Nacional de Inteligencia publicó un informe en diciembre de 2001 minimizando ese hipotético “podría”, pero no recibió mucha cobertura mediática y por tanto permaneció prácticamente desconocido para el público.
Para 2009, ya era obvio para la mayor parte de la comunidad de inteligencia que la fecha de 2015 era indefendible, ni siquiera como hipótesis.
La Evaluación Nacional de Inteligencia de ese año, nunca divulgada al público, reconocía que Irán no estaría en condiciones de alcanzar esa capacidad militar al menos hasta 2020.
De todas formas, las agencias de inteligencia vinculadas al Pentágono y a la Fuerza Aérea insistieron en la fecha de 2015.
El Centro Nacional de Inteligencia del Aire y el Espacio, de la Fuerza Aérea, y la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) publicaron un documento que repetía el mantra: “Con suficiente asistencia externa, Irán podría desarrollar y probar para 2015 un misil balístico intercontinental capaz de alcanzar a Estados Unidos”.
En abril de 2010, el Pentágono citó el texto palabra por palabra en un informe al Congreso legislativo.
En febrero de 2012, cuando Netanyahu quiso avivar el fuego de la crisis internacional por el programa nuclear iraní, sus funcionarios citaron el documento para apoyar una acusación aun más extrema.
El ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Moshe Yaalon, sostuvo que Irán desarrollaba un misil con un alcance superior a los 9.600 kilómetros, lo que lo acercaría a la costa este de Estados Unidos.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Yuval Steinitz, le puso fecha a la amenaza. “Estimamos”, dijo, “que en dos o tres años tendrán el primer misil balístico intercontinental capaz de alcanzar la costa este de Estados Unidos”.
Steinitz aseveró que su evaluación iba en línea con la del Pentágono.
Sin embargo, el documento militar estadounidense solo pronosticaba el momento en que Irán podría comenzar a realizar pruebas con un misil intercontinental. El desarrollo de la capacidad operativa le tomaría varios años más.
En julio, el Centro Nacional de Inteligencia del Aire y el Espacio de la Fuerza Aérea, la DIA y la Oficina de Inteligencia Naval presentaron un informe sobre “Amenazas balísticas y de misiles de crucero”, en el que insisten: “Para 2015, Irán podría desarrollar y probar un misil balístico intercontinental capaz de alcanzar a Estados Unidos”.
Este informe omite toda referencia a la asistencia extranjera, que siempre había sido un elemento clave de la fórmula para satisfacer los intereses de defensa.
Es que esos intereses ahora exigen un lenguaje más fuerte, como forma de presionar al Congreso para que apruebe la instalación de un sistema de defensa antimisiles en la costa este.
Mientras, Irán asegura no estar interesado en desarrollar ese tipo de armamento. El ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, afirmó en abril de 2010 que su gobierno “no tiene planes de construir ese tipo de misiles”.
Por su parte, Amir Ali Hajizadeh, comandante de la División Aeroespacial de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria, que ha dirigido el programa misilístico iraní por décadas, afirmó en 2011 que no había planes de fabricar misiles con alcance superior a los 2.000 kilómetros.
Irán por ahora solo está interesado en proyectiles que puedan ser lanzados contra bases estadounidenses en la región, indicó.
Además, Teherán tiene una buena razón estratégica para no procurar proyectiles de alcance intercontinental, según un equipo de expertos estadounidenses y rusos que analizaron el programa iraní en mayo de 2009.
La tecnología que posee Irán lo obligaría a lanzar misiles solo desde la superficie, señaló ese equipo. Se necesitarían días para preparar un lanzamiento y horas para cargar el combustible, todo lo cual podría ser perfectamente detectado por satélites espías.
Gareth Porter es historiador y periodista de investigación especializado en seguridad nacional de Estados Unidos. Recibió el Premio Gellhorn al periodismo en 2011 por sus artículos sobre la guerra en Afganistán.