Oposición a Mugabe “intimidada” en Zimbabwe

Las elecciones presidenciales habrán pasado en Zimbabwe, pero la polémica sigue vigente.

El principal partido de oposición, el Movimiento para un Cambio Democrático del primer ministro Morgan Tsvangirai (MDC-T), presentó el viernes 9 un recurso ante la Corte Constitucional para declarar nulos los comicios.

En las elecciones del 31 de julio, Robert Mugabe, de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF), obtuvo 61 por ciento de los 3,4 millones de votos emitidos, mientras Tsvangirai logró 34 por ciento.

La oposición reclama nuevos comicios para dentro de 60 días.

Tsvangirai acusó a una empresa israelí de manipular las elecciones a favor de la ZANU-PF y de estar en connivencia con el Registro de Votantes y la Comisión Electoral para manipular el padrón de habilitados a sufragar.

Incluso se rumorea que la empresa cobró unos 10 millones de dólares.

“Lo que preocupa es la participación de una empresa israelí en la gestión, manejo y manipulación del padrón”, señala en una parte el documento legal de 20 páginas, donde se menciona el nombre de la compañía supuestamente implicada.

El texto también señala que una gran cantidad de ciudadanos recibieron “asistencia” para votar y que en uno de los distritos electorales unas 10.500 personas, de un total de 17.000, contaron con esa ayuda.

Además, unas 750.000 personas no pudieron emitir su voto en los circuitos electorales correspondientes.

Numerosos analistas coinciden en que el MDC-T sabe que el tribunal no emitirá un fallo favorable.

“Resulta irónico que Morgan Tsvangirai y su partido esperen una rectificación legal del mismo tribunal que dio luz verde a la realización de los comicios el 31 de julio, pese a que el MDC-T trató de posponerlos”, observó el politólogo Malvern Tigere.

“Es dudoso que ese mismo tribunal falle a su favor”, dijo a IPS.

El politólogo Richard Zizhou dijo a IPS que la Corte Constitucional quedó en una posición difícil.

“Es un desafío. El MDC-T, al parecer, cuenta con pruebas contundentes de que hubo fraude electoral, y si el tribunal falla a su favor, Mugabe se pondrá furioso”, explicó.[related_articles]

Mientras la Corte procesa las pruebas, muchos ciudadanos sufren episodios de violencia por sospechar que eran partidarios del MDC-T.

Tawanda Chinhini, director del independiente Centro de Recursos Electorales, que supervisa las elecciones nacionales de Zimbabwe, dijo a IPS que su organización se había visto inundada de denuncias de casos de intimidación después de los comicios.

“Recibimos denuncias de intimidación”, dijo Chimhini a IPS. “Es una constante histórica. Es la estrategia de la ZANU-PF para desmoralizar a la oposición y derrotar a todo lo que pueda indicar que tiene seguidores”.

La fuerte presencia policial en la capital de Zimbabwe no contribuye a dar una sensación de seguridad a la gente. Las fuerzas de seguridad dispusieron camiones lanzaguas en la sede del MDC-T para reprimir cualquier intento de protesta.

Vendedores como Margret Matevura, de 32 años, quien trabaja cerca de la sede el MDC-T en el distrito financiero de Harare, expresó su temor de que hubiera policías fuertemente armados en los alrededores.

“Perturban la paz. Estamos realmente atemorizados, y los clientes evitan pasar por aquí porque los policías acosan a cualquiera que les pase cerca”, dijo Matevura a IPS.

Las personas que viven en los suburbios tampoco se salvaron de la intimidación.

Alex Rutsito, de Highfield, un barrio pobre de Harare, dijo a IPS que él y su familia fueron acusados de ser “enemigos de la ZANU-PF”.

“Dos días después de las elecciones del 31 de julio, militantes del ZANU-PF allanaron mi casa y acusaron a mi familia de apoyar al MDC-T. Nos golpearon a todos sin piedad”, dijo Rutsito a IPS.

Sin embargo, el portavoz nacional de ZANU-PF, Rugare Gumbo, negó que miembros de su partido estuvieran llevando a cabo una campaña de intimidación contra la oposición.

Cleto Manjova, oficial de programa para grupos de derechos humanos del Heal Zimbabwe Trust, acusó a la ZANU-PF de desencadenar la violencia después de las elecciones.

“Los ganadores, de hecho, creían que iban a perder. Su triunfo fue una sorpresa y reafirman su poder. En la mayoría de los casos profieren amenazas para lidiar con la gente que abiertamente hizo campaña contra la ZANU-PF”, dijo Manjova a IPS.

A medida que las agresiones postelectorales empeoran, se sospecha que integrantes de una milicia de la ZANU-PF, llamada Chipangano, obligó a 38 partidarios del MDC-T, que trabajaron como delegados en los circuitos electorales, a abandonar sus hogares en Mbare, un barrio capitalino  densamente poblado.

Numerosos analistas también denunciaron episodios de violencia en zonas rurales.

“Es lamentable que los medios se hayan dedicado a las ciudades donde se concentraron menos casos de intimidación en comparación con las áreas rurales, donde fanáticos de la ZANU-PF arremetieron intimidando a todo aquel sospechado de tener vínculos con el MDC-T”, dijo el politólogo independiente Alfred Mhaka a IPS.

El responsable de los delegados del MDC-T, Morgan Komichi, fue detenido el 28 de julio por abrir un paquete de papeletas sin contar con la autoridad necesaria para hacerlo.

El 25 de julio, Komichi presentó a la Comisión Electoral de Zimbabwe un sobre con papeletas extraviadas a favor del MDC-T, una prueba de que hubo fraude a favor de la ZANU-PF, como denuncia su partido.

El 8 de este mes, le negaron la libertad mediante fianza tras apelar ante un alto tribunal.

Tjenesani Ntungakwa, asesor de programas del Instituto de Investigaciones Revolucionarias, dijo a IPS que las comunidades rurales debían denunciar el aumento de casos de intimidación.

“Mientras se mantenga en secreto, el daño al país será mayor. En cualquier caso, si la ZANU-PF realmente ganó las elecciones, ¿por qué necesitaría intimidar a la gente?”, preguntó Ntungakkwa a IPS.

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