La esperanza de Gibson Muzungu de tener elecciones libres y justas en su país el próximo miércoles 31 se desvanecieron cuando miembros de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF) le confiscaron su carné de identidad.
“Sospecho que las elecciones van a estar arregladas por la ZANU-PF después de que me obligaron a entregarles mi carné para verificar si estaba registrado”, dijo Muzungu a IPS.
“¿Necesito que alguien lo haga por mí cuando puedo hacerlo yo mismo?”, preguntó.
Muzungu, residente del distrito de Chivhu, en la oriental provincia de Mashonaland, es una de las cientos de personas de su barrio a quienes presuntos miembros del ZANU-PF les confiscaron el documento de identidad.
Mientras, algunos líderes tradicionales instaron a la poblacion a no votar al Movimiento por un Cambio Democrático (MDC) para evitar la violencia postelectoral, añadió.
Aunque el MDC y la ZANU-PF son rivales, mantienen una política de cohabitación para gobernar.
Tawanda Chimhini, director del Centro de Recursos Electorales, una organización local independiente, dijo que las fuerzas políticas estaban coaccionando a la población.
“Sabemos que, en algunas zonas rurales, las autoridades partidarias ordenan a los líderes tradicionales que le digan a la gente que voten por uno u otro partido”, dijo Chimhini a IPS.
“Es ilegal y esperamos que apliquen los recursos legales contra esas personas. El código electoral de conducta no lo permite”, añadió.
“Al Centro también le preocupa que las elecciones de este año estén arregladas, considerando que mucha gente no se pudo registrar y que la falta de material dificultó la jornada de votación especial para policías y soldados, situación que se agravó debido a los problemas de la Comisión Electoral de Zimbabwe para difundir información sobre los comicios”, indicó Chimhini.
La jornada especial de votación para las fuerzas de seguridad se realizó en dos días, el 14 y el 15 de este mes. La desorganización reinante dejó en claro que la Comisión Electoral no está preparada para los comicios de la semana próxima.
Los centros de votación abrieron tarde y muchos carecían de tinta, papeletas e incluso del padrón electoral. Solo 10 por ciento de los habilitados dentro de las fuerzas de seguridad pudieron emitir su voto.
Unos 70.000 policías y soldados solicitaron sufragar en las jornadas especiales porque les tocará trabajar el día de los comicios generales, según la Comisión Electoral.
Pero el Departamento del Tesoro informó que el número total de uniformados en esa situación es de 48.500 en todo el país. La discrepancia en las cifras preocupa a numerosos actores que creen que puede haber fraude y que la diferencia la completarán “votantes fantasmas”.
La vicepresidenta de la Comisión Electoral, Joyce Kazembe, reconoció que las jornadas de votación anticipadas estuvieron plagadas de errores.
“Tomamos nota de los motivos de preocupación y los atenderemos a medida que avanzamos”, dijo Kazembe a IPS.
El domingo 21, el primer ministro y candidato del MDC, Morgan Tsvangirai, dijo delante de sus partidarios en Gweru, en la central provincia de Midlands, a unos 340 kilómetros de Harare, que le preocupaba que la Comisión Electoral hubiera impreso ocho millones de papeletas para seis millones de personas habilitadas para sufragar
Por su parte, la organización Research and Advocacy Unit señaló que dos millones de personas en condiciones de votar no estaban registradas y que más de un millón de fallecidos seguían en los padrones.
El portavoz del ZANU-PF, Rugare Gumbo, dijo a IPS que no le parece mal que la Comisión Electoral haya impreso papeletas adicionales.
“Si imprimió más de las requeridas, ¿qué hay de malo?”, preguntó, y añadió: “¿No es mejor que hayan más por si se dañan?”
Raymond Majongwe, secretario general del sindicato de maestros Progressive Teachers Union, dijo que los candidatos competían en unas elecciones que ya estaban decididas.
“El MDC no nos escuchó cuando le dijimos que no entrara en la contienda hasta que no hubiera una reforma electoral. Están en una competencia ya ganada”, dijo Majongwe a IPS.
La ZANU-PF no ha querido realizar reformas en los medios y la seguridad, como lo estipula el Acuerdo Político Global (GPA, por sus siglas en inglés), un pacto de 2008 entre ese partido y el MDC que permitió concretar el actual gobierno de coalición y la realización de elecciones.
El presidente Robert Mugabe, del ZANU-PF, declaró que las elecciones se realizarían el 31 de julio, pese al pedido de la Comunidad de Desarrollo de África Austral de que se pospusieran para primero hacer reformas.
Algunos partidos, entre ellos el propio MDC, presentaron un recurso ante la Corte Constitucional para postergar las elecciones, pero esta lo desestimó.
Lindiwe Zulu, asesora del presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y enviada de este a Zimbabwe, dijo el 18 de este mes que los preparativos para las elecciones “no parecían bien”, aunque luego debió pedir disculpas a Mugabe.
Claris Madhuku, director de Platform for Youth Development, acusó a la ZANU-PF de causar problemas electorales en forma deliberada y de tratar de hacer fraude.
“La ZANU-PF tiene una larga historia de deslealtad política, y hay muchos elementos en el terreno que hacen sospechar que puede cometer fraude. Este partido hace muchas cosas complejas para mantenerse a flote y que no se pueden ver fácilmente. Con seguridad está armando un complot para robar las elecciones”, dijo Madhuku a IPS.
Varios analistas también temen que pueda haber fraude.
“El fraude es el único equipo de supervivencia que tiene la ZANU-PF. Si queda expuesto, no tendrá más elementos para asegurar su victoria que desatar la violencia y el caos para ganar los comicios”, dijo a IPS el analista Vincent Ruhembe.
Muchas personas como Nyson Nhemachena, maestro de 23 años, del barrio pobre de Mabvuku, en Harare, no pudieron registrarse para votar.
“Sé que alguien quiere robar las elecciones”, dijo a IPS. “¿Por qué hicieron que fuera tan difícil para que personas como yo nos registráramos?”, preguntó.