Desde hace un mes, Gibson Severe y su esposa, Merjury Severe, simpatizantes de la oposición de Zimbabwe y originarios del distrito de Hurungwe, en la norteña provincia de Mashonalandia Occidental, se esconden en la capital del país.
Como ellos, muchos otros seguidores del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) se han visto obligados a abandonar sus hogares en Hurungwe, luego de ser amenazados por milicias que estarían vinculadas a la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (Zanu-PF).
“Ya pasó un mes desde que dejamos el distrito de Hurungwe, luego de que la milicia Jochomondo, vinculada al Zanu-PF, puso cerco a nuestra casa acusándonos de instar a la población a registrarse para votar al MCD”, dijo Severe a IPS.
Desde el año pasado, la milicia de Jochomondo habría aterrorizado a los residentes de Hurungwe, un baluarte del Zanu-PF, haciendo casi imposible que los partidos de la oposición realicen campaña.
Severe dijo a IPS que las elecciones en este país de África austral se ven siempre afectadas por las amenazas y la violencia.
“Esta no es la primera vez que hemos sido víctimas de intimidación. En la campaña presidencial de 2008 fuimos golpeados por ser simpatizantes del MCD”, señaló.
Las próximas elecciones presidenciales de Zimbabwe están previstas para fines de este año, aunque aún no se ha fijado la fecha exacta de la votación.
El presidente Robert Mugabe, de 89 años, ocupa el cargo desde hace 33 años. Su gobierno se ha caracterizado por la corrupción, la opresión, el acaparamiento de tierras y una economía tambaleante.
El primer ministro Morgan Tsvangirai informó a los medios de comunicación que la fecha de los comicios será fijada una vez que se complete el proceso de inscripción de votantes.
Con ese fin, se lanzó un proceso de registro móvil, mediante oficinas temporales de inscripción en distintas partes del país.
Ese operativo concluyó el 19 de este mes, pero los zimbabwenses todavía pueden inscribirse directamente en el Registro General de votantes.[related_articles]
Todo el proceso de inscripción se ha caracterizado por lentitud burocrática y por intimidaciones de grupos violentos, supuestamente vinculados al Zanu-PF.
Pedzisai Ruhanya, director del independiente Instituto de la Democracia en Zimbabwe, dijo a IPS que el proceso ha sido caótico.
“La experiencia del sistema de registro móvil de votantes no ha sido adecuada. Fue caótica y se caracterizó por la manipulación política”, señaló.
Las milicias vinculadas al Zanu-PF, que se llaman a sí mismas Al Shabaab, al igual que el grupo radical islámico somalí, estarían amenazando también al electorado en la central provincia de Midlands.
“El sistema móvil de registro irritó a los secuaces del Zanu-PF, que dirigieron su furia contra los maestros de las comunidades rurales, advirtiéndoles que no votaran por los dos sectores del MCD”, dijo a IPS un funcionario de Midlands.
El partido opositor se dividió en 2006 en dos facciones: el MDC-T, liderado por Tsvangirai, y e MDC-N, encabezado por Welshman Ncube.
Funcionarios de Marondera, capital de la provincia de Mashonalandia Oriental y a unos 72 kilometros al este de Harare, dijeron que los aldeanos fueron obligados por milicias a participar del proceso de registro.
“Los pobladores sufrieron abusos por parte de milicianos del Zanu-PF, que cantaban canciones de la guerra de liberación y eslóganes del partido, y que los obligaron a registrarse para votar”, dijo Marondera a IPS.
Policías de los pueblos de Bindura y de Mazowe, en la provincia de Mashonalandia Central, 90 kilómetros al norte de Harare, dijeron que la población todavía vive con temor de que se repita la violencia de las pasadas elecciones. Muchos residentes no se animan si quiera a expresar públicamente a qué partido respaldan.
“Nadie usa camisetas del MDC-T aquí luego de las violentas elecciones de 2008, que dejaron a miles de personas heridas”, dijo un alto funcionario policial a IPS.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional denunciaron que la campaña presidencial de 2008 se llevó a cabo “en un contexto de extendidos casos de asesinatos, torturas y ataques contra supuestos partidarios de la oposición”.
Por su parte, Human Rights Watch indicó en un informe de este año, titulado “Race Against Time: The Need for Legal and Institutional Reforms Ahead of Zimbabwe’s Elections” (Carrera contra el tiempo: La necesidad de reformas legales e institucionales de cara a las elecciones de Zimbabwe), que más de 200 personas murieron en la violencia de 2008.
Hasta ahora no se realizó ningún arresto por los casos de supuesta intimidación. Mientras, el portavoz del Zanu-PF, Rugare Gumbo, minimizó las denuncias.
“No existen grupos terroristas vinculados a nuestro partido. ¿Por qué habríamos de someter a la población cuando es bien sabido que el MCD ha perdido votantes frente al Zanu-PF?”, dijo a IPS.
En tanto, el analista político Rejoice Ngwenya sostuvo que el proceso de registro móvil había sido deficiente.
“Fue desarticulado y débil, quizás en forma deliberada. No hay educación sobre el voto en Zimbabwe… La Comisión Electoral no tiene ni la capacidad ni la voluntad política” para informar a la población, dijo a IPS.
“Las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos se esfuerzan al máximo, pese a los obstáculos de la Ley de Orden Público y Seguridad”, indicó.
La ley le da un poder extraordinario a la policía, y muchos señalan que Mugabe utilizó esto para intimidar a la oposición.
Grupos locales de derechos humanos también cuestionaron el proceso de registro móvil.
“Apoyamos la iniciativa, pero estamos preocupados por la forma en que se desarrolló en áreas rurales, donde integrantes del Zanu-PF distribuyeron formularios de adhesión al partido, señalando que eran necesarios para el registro”, dijo a IPS el director de la organización local Información y Educación Juvenil para un Cambio de Comportamiento, David Chidende.
También denunció que se instalaron varios centros de registro en los baluartes del Zanu-PF y pocos en las áreas dominadas por el MCD.