Los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) organizaron marchas de protesta contra el despliegue de una fuerza internacional en el este de la República Democrática del Congo (RDC), pero debieron suspenderlas por la falta de participación popular.
En Kibumba, 25 kilómetros al norte de Goma, capital de la oriental provincia de Kivu del Norte, los residentes no solo se negaron a marchar, sino que muchos abandonaron la localidad.
Los rebeldes debieron suspender las dos marchas que habían convocado para los días 10 y 15 de este mes.
Para el politólogo Janvier Nkinamubanzi, de la Universidad de Goma, era absurdo esperar que la población apoyara al M23 y marchara contra la resolución de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que establece el envío de una fuerza de combate internacional al este de la RDC.
El M23 lleva el nombre de la fecha en que fue firmado un acuerdo de paz en 2009 entre el gobierno congoleño y los líderes del antiguo grupo rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP).
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El M23 es una escisión del CNDP, y la mayoría de sus miembros pertenecen a la etnia tutsi.
"Los habitantes de Kibumba y de las regiones controladas por el M23, incluso los que viven en Goma, tienen la impresión de ser víctimas de una ocupación extranjera", dijo Nkinamubanzi a IPS.
La ONU acusó a Ruanda y a Uganda de haber apoyado a los rebeldes del M23 cuando estos tomaron Goma en diciembre de 2012. Los insurgentes estuvieron una semana en esa ciudad y luego se retiraron.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, desde el inicio de la rebelión del M23, en abril de 2012, más de medio millón de personas fueron desplazadas de sus hogares en Kivu del Norte.
"Pedirles (a los residentes) que protesten contra una brigada que viene a liberarlos de esta situación es una doble humillación, mientras el ejército nacional es incapaz de protegerlos", añadió Nkinamubanzi.
El M23 ya ha realizado varias protestas contra la resolución número 2098 del Consejo de Seguridad de la ONU, que autoriza el despliegue de una fuerza de combate en el este de la RDC para neutralizar el avance rebelde.
Los insurgentes organizaron distintas movilizaciones de protesta, y secuestraron durante cinco días a 11 vehículos de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en RDC (Monusco, por su acrónimo francés) en la localidad de Rutshuru, al norte de Goma.
"Nuestros hombres no dudarán en responder si son atacados. El bloqueo de los vehículos de la ONU es un fuerte mensaje que deja en claro cuán serio estamos hablando", dijo a IPS el portavoz militar del M23, Vianney Kazarama.
Mientras, el ministro de Relaciones Exteriores de la RDC, Raymond Tshibanda, dijo en conferencia de prensa el 1 de este mes que el único futuro para el M23 era el desarme.
Si el grupo rebelde no se rinde, la fuerza internacional lo desarticulará, advirtió.
"El gobierno finge dialogar con el M23 cuando en realidad quiere destruir a los rebeldes apenas pueda", dijo a IPS el analista Godefroid Kä Mana, presidente del Pole Institute, centro de estudios de la región de los Grandes Lagos
Mientras, líderes locales llaman al gobierno a que integre al ejército nacional a los milicianos de la Alianza de Patriotas para un Congo Libre y Soberano (APCLS).
Bahati Kahembe, uno de los cuatro jefes tradicionales que integran la asamblea provincial de Kivu del Norte, señaló que tanto los rebeldes como los soldados del ejército eran responsables de violaciones a los derechos humanos.
"Sin embargo, la APCLS es menos violenta con la población que otras fuerzas", dijo a IPS.
La APCLS es una de las milicias mejor organizadas de la región. Su líder, Janvier Karairi, la creó en protesta contra el acuerdo del 23 de marzo de 2009.
Según la Monusco, la APCLS cuenta con entre 500 y 1.000 combatientes, la mayoría de los cuales pertenecen al etnia hunde. Atacan especialmente a tutsis, a veces en colaboración con hutus de las rebeldes Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, refugiados en el este de la RDC desde 1994.
Los combatientes de la APCLS también apoyaron a las fuerzas armadas congoleñas en su enfrentamiento con el CNDP, y ahora contra el M23. "Solo estamos defendiendo nuestra tierra de los invasores", dijo Karairi a IPS.
Pero el gobernador de Kivu del Norte, Julien Paluku, advirtió: "No hay rebeldes buenos ni rebeldes malos".