«Un arca es una gran embarcación diseñada para mantener seguros a sus pasajeros y a su cargamento», pero esta se trata de una nave «que trae a los palestinos esperanzas de poder vivir en paz en Gaza, sin la amenaza del bloqueo israelí».Así lo aclaran representantes de la iniciativa Arca de Gaza, impulsada por activistas palestinos y extranjeros, que se proponen preparar un barco con el cual romper el bloqueo que ejerce Israel sobre el puerto gazatí.
La iniciativa implica «la compra de un barco deteriorado de una familia pesquera local», acondicionarlo y transportar artículos locales para venderlos a compradores internacionales en el mar Mediterráneo, explicó Michael Coleman, miembro de la organización Free Gaza Australia e integrante del comité directivo de Arca de Gaza.
«La restauración será hecha por palestinos en el puerto de Gaza, y la navegación estará a cargo de una tripulación mixta con palestinos y extranjeros», señaló por su parte David Heap, portavoz de Arca de Gaza en Canadá y Europa. La fecha de partida no ha sido aún anunciada.
Señalando como ejemplo a un barco anclado en el puerto gazatí con un cartel que reza «Se vende», Mahfouz Kabariti, presidente de la Asociación de Pesca y Marina de Gaza, se refirió a la pobreza que sufren muchos pescadores artesanales palestinos.
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«¿Por qué venderlo?», pregunta. «Debido a años de magros ingresos a causa de las restricciones israelíes en el mar, muchos pescadores tienen deudas que no pueden pagar».
El Arca de Gaza se propone exportar una cantidad simbólica de productos elaborados por artesanos palestinos. El barco llevará artesanías de la sociedad Aftaluna para Niños Sordos y otras asociaciones gazatíes.
El comité directivo del Arca de Gaza está integrado en su mayor parte por académicos, médicos y activistas palestinos por los derechos humanos.
La iniciativa también cuenta con el apoyo de personalidades internacionales como el arzobispo anglicano sudafricano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, Hedy Epstein y Suzanne Weiss, ambas sobrevivientes del Holocausto, varios parlamentarios y exparlamentarios canadienses y británicos y ex altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas.
Desde 2008, barcos de solidaridad han intentado romper el bloqueo israelí sobre el puerto de Gaza.
Los intentos hechos por naves de la organización Free Gaza en 2008 y 2009 fueron seguidos por la Flota de la Libertad en 2010, abordada por la marina israelí. En aquel violento incidente en aguas internacionales murieron nueve activistas, y más de 50 resultaron heridos. El resto de las más de 600 personas que iban en la flotilla fueron llevadas a Israel o deportadas a sus respectivos países.
Aquel «fue un acto completamente ilegal. Israel no tenía derecho a abordar el barco», dijo Coleman. «Israel tiene una larga historia de resistir con violencia y sabotaje acciones directas pacíficas», añadió.
«El Arca de Gaza es la evolución del movimiento de flotillas. Ya no navegamos hacia Gaza con asistencia», explicó Coleman. «Ahora nos enfocamos en navegar y llevar comercio hacia afuera, porque está muy claro que si los palestinos pueden comerciar, su dependencia de la ayuda se reducirá significativamente».
El sitio web del Arca de Gaza tiene como eslogan «Comercio, no ayuda».
La asistencia internacional «no atiende a la causa de las necesidades de los palestinos de Gaza: el bloqueo israelí», indica la página.
«Creemos que la ayuda provee una cobertura para las acciones del gobierno israelí contra el pueblo de Gaza, aliviando la conciencia de las potencias internacionales y dejando en vigencia el bloqueo», añade.
La iniciativa se propone «desafiar el bloqueo de Gaza desde dentro». «Al comprar exportaciones palestinas de Gaza, los compradores de todo el mundo pueden llevar la tan necesaria atención pública al bloqueo a la vez de estar apoyando a empresarios gazatíes», explica.
El cerco sobre Gaza, aplicado por Israel poco después de que Hamás (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica) triunfó en las elecciones del territorio palestino en 2006, se hizo más severo en 2007, cuando prácticamente todas las exportaciones gazatíes fueron prohibidas y las importaciones se vieron drásticamente limitadas.
El Centro Al Mezan para los Derechos Humanos aseguró que «es común que la marina (israelí) abra fuego contra los pescadores, los persiga en aguas gazatíes y destruya o confisque sus equipos, incluyendo redes y botes».
«Esos actos constituyen flagrantes violaciones a las obligaciones legales de Israel como potencia ocupante según el derecho internacional, y violan los derechos de los pescadores a vivir y trabajar», añadió
Los pescadores gazatíes antes eran más de 10.000, pero debido al bloqueo y los ataques, la vasta mayoría optaron por abandonar el oficio que heredaron de sus padres y abuelos.
Con el bloqueo, Israel también estableció zonas prohibidas en el mar de Gaza, aunque los Acuerdos de Oslo reconocen el derecho de los palestinos a pescar hasta a 20 millas náuticas de la costa.
Desde 2008, Israel estableció unilateralmente un límite que ha variado entre seis y tres millas.
Pero pescadores y grupos de derechos humanos denuncian que la marina israelí ha acosado y disparado contra palestinos que pescan incluso a apenas una milla de la costa gazatí.