Los arrecifes de coral y los ecosistemas marinos de la provincia de Milne Bay, en el sudeste de Papúa Nueva Guinea, corren serio riesgo de un daño ambiental a largo plazo.
Las razones: el derrame de combustible de un barco que encalló en Navidad en un arrecife de la isla Kwaiawata y la demora de las autoridades en movilizar una adecuada respuesta al accidente.
"La zona tiene algunas de las corrientes más rápidas del mundo, y esta demora incrementó las probabilidades de que el combustible se propague más allá del barco", explicó a IPS el profesor de ciencias ambientales en la Universidad de Papúa Nueva Guinea, Chalapan Kaluwin.
"Es muy pronto para evaluar el alcance del daño, pero existen ecosistemas frágiles en esta área, y el impacto en los arrecifes, en la vida marina y en los recursos marinos de los que dependen las comunidades de la isla probablemente sea de largo plazo", alertó.
El buque frigorífico japonés MV Asian Lily, de 136 metros de largo, pasaba sin carga por Milne Bay, provincia formada por 160 islas, en su ruta desde Nueva Zelandia a Filipinas, cuando ocurrió el accidente.
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El gobernador Milne Bay, Titus Philemon, solo fue informado de lo ocurrido por parte de los residentes varios días después de que el barco encallara.
Nurur Rahman, gerente ejecutivo de Operaciones Marinas en la Autoridad Nacional de Seguridad Marítima (NMSA), dijo a IPS que el combustible, que se filtró de uno de los tanques del buque, se propagó aproximadamente unos 115 metros de la costa de la isla.
Kwaiawata, de no más de tres kilómetros de largo y ubicada en el distrito de Samarai Murua, al norte del estrecho de Jomard, un muy transitado corredor marítimo, tiene una población de unas 200 personas.
Henry Vailasi, administrador provincial de Milne Bay, dijo que no había aldeas en el lugar del accidente, pero señaló que el derrame afectaría a toda la línea costera de la isla.
Milne Bay contiene una gran diversidad de vida marina, incluyendo más de 1.000 especies de peces, 630 de moluscos y 360 de coral rocoso, así como algas marinas y manglares.
Los ecosistemas son vitales para la subsistencia de las comunidades locales, pues les aseguran alimento y protección en las costas. Setenta por ciento de los hogares en el distrito de Samarai Murua dependen de la pesca y de otros recursos para su subsistencia.
En una declaración pública, la NMSA informó que un barco remolcador se encontraba en el lugar del accidente desde el 27 de diciembre, y que un equipo de expertos internacionales estaban a bordo del MV Asian Lily acompañando a su tripulación.
Representantes de los propietarios del buque se reunieron con residentes de la isla la semana pasada para analizar la situación, un encuentro que probablemente sea seguido de consultas entre autoridades nacionales y provinciales con las comunidades afectadas.
Un portavoz de la compañía Pacific Towing PNG Ltd, que trabaja para rescatar el buque, dijo que la filtración del combustible había sido contenida, y que estaba siendo evaluado el alcance del daño. Se llevan a cabo preparativos para reflotar la nave este jueves 10.
El sábado 5, la Federación Internacional Anticontaminación de Armadores de Buques Tanque, que viene aconsejando al gobierno de Papúa Nueva Guinea sobre la mejor forma de contener el derrame, presentó una propuesta de limpieza.
Milne Bay presenta serios desafíos de navegación para los barcos internacionales, incluyendo sus densos sistemas de arrecifes. El estrecho de Jomard, que conecta los mares del Coral y de Salomón, es atravesado cada año por más de 1.000 barcos.
El estrecho es fundamental para el comercio entre Australia y Asia.
En los últimos años, hubo varios percances marítimos en la zona. En 2006, el buque de carga Zhi Qiang, que transportaba unas 40.000 toneladas de azúcar sin refinar, encalló en arrecife del archipiélago de Louisiade durante un viaje desde Australia hasta la península de Corea, liberando una gran cantidad de su carga y de combustible en el mar.
Vailasi dijo IPS que el gobierno provincial estaba seriamente preocupado sobre la calidad de la información y del asesoramiento dado a los barcos cuando atraviesan el estrecho de Jomard.
"Este barco no tenía un piloto a bordo cuando encalló", señaló. "Queremos que la región pase a ser un área en la que sea obligatoria la presencia de pilotos, y ya le hemos pedido a la NMSA que nos asesore sobre cómo lograrlo".
"Este es un llamado de alerta para el gobierno y para los propietarios de barcos", subrayó Kaluwin. "Existe un plan de contingencia regional ante derrames", pero Papúa Nueva Guinea aun debe realizar uno propio, indicó.
Un estudio sobre riesgos de contaminación marítima en Papúa Nueva Guinea, realizado en forma conjunta por la NMSA y la PNG Ports Corporation, en asociación con varios consejeros internacionales, concluyó que las leyes del país debían ser actualizadas.
Estas debían ir en línea con las convenciones de la Organización Marítima Internacional.
El informe además alertó que, mientras no se aprueben y sancionen cinco proyectos de ley redactados por la NMSA, los poderes del gobierno para prevenir y contener cualquier tipo de contaminación marítima seguirán siendo limitados.