Reunidos por primera vez en Washington, representantes de la flamante Comisión de Derechos Humanos de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) anunciaron el comienzo de sus labores a fines de este mes.
"En los últimos meses detallamos una serie de asuntos prioritarios, y ahora planeamos comenzar a trabajar en grupos a fines de este mes en Yeda", occidental ciudad de Arabia Saudita, declaró a la prensa el jueves 13 la presidenta de la Comisión, Siti Ruhaini Dzuhayatin.
"En particular, esta Comisión trabajará para eliminar el malentendido sobre la percibida incompatibilidad entre el Islam y los principios universales de derechos humanos", apuntó.
Ella y otras personas de la Comisión remarcaron que su mandato es atender los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales en el contexto de una aplicación universal, y no tratará de aplicar ninguna interpretación híbrida de los derechos humanos a través del cristal del Islam.
También recordaron que la propia OCI es un órgano político, no religioso.
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Fundada en 1969 y representando a 56 países y la Autoridad Nacional Palestina (ANP), la OCI es el mayor foro intergubernamental después de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La idea de crear un órgano de derechos humanos dentro de la OCI surgió por primera vez en 2005, cuando los estados miembro accedieron a un nuevo plan de 10 años que incluyó la formación de la Comisión.
El plan también fue un intento de redefinir la naturaleza de la OCI en torno a ideas de moderación y modernización. A mediados de 2011, la organización creó formalmente la Independiente Comisión de Derechos Humanos Permanente, y eligió a 18 comisionados con el mandato de ser asesora al Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores del grupo.
Entre los comisionados hay abogados, activistas, académicos y diplomáticos, cuatro de los cuales son mujeres, incluida la presidenta de la Comisión, una socióloga indonesia. A cada una de las tres principales áreas de la OCI (Asia, África y el mundo árabe) se le asignarán seis asesores.
Siti Ruhaini Dzuhayatin informó que, en este último año, la Comisión formuló sus términos de referencia y normas de procedimiento. Un elemento importante fue acordar sus áreas prioritarias, que incluirán cuestiones de mujeres e infancia, derechos políticos y de las minorías, y el conflicto palestino-israelí.
En sus cuatro décadas de existencia, este último tema fue un asunto definitivo para la organización, y ahora es considerado un elemento permanente de la agenda.
"Pero no será desde un punto de vista político, sino más bien desde la perspectiva de los derechos humanos", explicó Dzuhayatin. "Por ejemplo, cómo el conflicto afecta la vida de las personas, en particular de mujeres, niños y niñas, y su derecho al desarrollo, a la paz, la seguridad y la educación", añadió.
Asesores
No ahondaron mucho en el proceso por el cual los comisionados elegirán los asuntos a tratar.
Rizwan Sheikh, director ejecutivo de la secretaría interina de la Comisión en Yeda, dijo a IPS que este órgano recibirá los temas de arriba y de abajo, es decir, desde las preocupaciones del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores hasta las de activistas.
La autonomía y la independencia de la Comisión fueron claramente algunas de las cuestiones definitorias para los integrantes del nuevo órgano, como lo es para muchos observadores externos.
Según el mandato actual, cada comisionado será designado por su país y luego, mediante voto secreto, elegido por el Consejo de Ministros.
Pero Sheikh remarcó que queda a discreción de la Comisión decidir cómo y cuándo proceder con su agenda.
"El estatuto rector ofrece a la Comisión cierto grado de independencia nunca antes visto en las últimas cuatro décadas de trabajo de la OCI, por primera vez en su historia, la organización creó un órgano independiente de expertos", subrayó Sheikh.
"La independencia está garantizada por la propia naturaleza del órgano que es de asesorar. De no haber sido así, podrían haber surgido ciertas consideraciones políticas que habrían entorpecido el trabajo de la Comisión. Pero esto mismo oficia de incentivo para actuar con mucha franqueza y sin disfrazar sus opiniones", añadió.
Cuando comience a trabajar a fines de este mes, una de las cuestiones sobre las que podría expedirse la Comisión, según Sheikh, será la violencia contra las mujeres, el trabajo infantil, los menores en conflictos armados y otros asuntos más sensibles como el matrimonio precoz, el derecho a la educación y demás.
En las dos sesiones preliminares que hubo este año se señalaron como especialmente urgentes la violencia contra los musulmanes rohingya, en el oeste de Birmania, el cruento conflicto de Siria y la quema del ejemplares del Corán (libro sagrado del Islam) en Afganistán.
Esperar y observar
Los comisionados decidieron que una de sus primeras medidas será pedir a los estados miembro de la OCI que envíen las leyes nacionales relevantes vinculadas a las áreas prioritarias de la Comisión para que esta pueda comenzar a examinarlas.
Pero el presupuesto del órgano, suministrado por los miembros de OCI, no fue dado a conocer públicamente, y gran parte de su eficacia dependerá, sin dudas, de esa precisa información, que reflejará cuánta vida los estados están dispuestos a darle.
"Esperamos realmente que este órgano sea independiente y capaz de tener los medios para hablar a los gobiernos de la OCI y reafirmar los derechos humanos universales", remarcó Joelle Fiss, de la organización Human Rights First, con sede en Washington.
Al igual que Fiss, muchos analistas evitaron opinar sobre las perspectivas futuras de la nueva Comisión.
"Veremos cómo sigue el asunto, pero por ahora debe ser alentada por el gobierno de Estados Unidos, y otros. Tendremos que evaluar el trabajo de la Comisión para ver que atienda los asuntos de particular interés para el mundo musulmán", señaló Ibrahim Hooper, portavoz del Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas, la mayor organización musulmana de derechos civiles en este país.