Carrera por elecciones pacíficas en Kenia

Los corredores keniatas Hosea Nailel y Julius Muriuki, pertenecientes a las etnias rivales kalenjin y kikuyu respectivamente, se conocieron en una media maratón cuando se separaron del pelotón y quedaron en el grupo que llegó primero a la meta.

Compartieron agua durante la carrera y trataron de superarse el uno al otro en varias partes del último tramo. No hablaron, solo trataron de aventajarse.

Se conocen apenas desde noviembre, cuando compartieron la media maratón de Menengai, en el condado de Nakuru, capital de la occidental provincia keniata de Valle del Rift, y ya quieren juntarse a entrenar.

El hecho es especialmente conmovedor en un país donde los kalenjin y los kikuyu se han enfrentado en todas las elecciones desde 1992.

El peor enfrentamiento ocurrió tras los comicios de 2007, pues la violencia que se continuó hasta 2008 dejó 1.300 muertos, más de 600.000 desplazados y 3.000 mujeres violadas, según un informe de la Comisión de Investigación de la Violencia post-Electoral, creada por el gobierno.
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Nakuru fue considerado un caldo de cultivo en aquellos comicios. Y las tensiones reaparecen en el periodo previo a los comicios de 2013. Este mes, el grupo inversionista Old Mutual Kenya dijo que las disputas étnicas desempeñarán un papel importante en las próximas elecciones.

En los últimos tiempos, la violencia interétnica surge en este país de África oriental en la lucha por los recursos.

El 9 de septiembre, 38 personas fueron asesinadas en ataques vengativos en el distrito del delta del río Tana, en la sureña provincia Costera. Entre los muertos había ocho menores, cinco mujeres, 16 hombres y nueve oficiales de policía.

En otro incidente, en agosto, cuatro personas fueron asesinadas en el pueblo de Muradellow, en Mandera Norte, en la Provincia Nororiental. La policía dijo que ocurrió en un lago donde los pastores llevan a los animales a beber.

En ese mismo lugar habían sido asesinadas 22 personas en marzo. Más de 1.500 huyeron de sus hogares por la violencia desatada en la aldea de El Golicha, cerca de la frontera con Somalia.

Pero las diferencias étnicas no significan gran cosa para los dos talentosos corredores.

"Conocí a Muriuki y a varios atletas más de la Provincia Central en la maratón. Desde que nos conocimos nos mantenemos en contacto, y nos vamos a ver pronto. Pensamos entrenar juntos y participar en la próxima media maratón", señaló Nailel, originario del poblado de Eldoret, en el norte del valle del Rift, donde también se vivió la violencia postelectoral 2007-2008.

"Como atletas, tenemos que usar nuestro talento para demostrar unidad", dijo a IPS.

Nailel, quien llegó sexto en la media maratón de París en octubre, encabezó un equipo de corredores del norte del valle del Rift que se unió a los 2.000 participantes de la carrera de Nakuru, cuyo objetivo fue reducir las divisiones étnicas con vistas a las elecciones del año próximo.

"Las carreras unirán a las diferentes comunidades y a la nación. Los keniatas son conocidos por unirse detrás de sus deportistas y de las mujeres", explicó Nailel.

Muriuki viven en Nyahururu, un pueblo de la provincia Central, y es un corredor prometedor.

"Son grandes corredores", comentó a su vez Muriuki sobre el equipo de Nailel. "Me ayudaron a mejorar mi velocidad, fue una competencia unida y corrimos juntos hasta la meta", contó.

"Estoy en contacto con Nailel y con otros más, espero verlos en la próxima carrera", dijo Muriuki a IPS.

Muriuki se mostró constante a lo largo de la carrera, pero Nailel se separó al final e hizo 61 minutos con dos segundos, ganando la media maratón.

Muriuki, que llegó cuarto, fue el único de la Provincia Central entre los 10 primeros, y el equipo de Nailel fue éxito al quedarse con todas las otras posiciones.

Los dos apuestan a las carreras para ayudar a diluir las diferencias entre sus comunidades.

"Fue muy reconfortante ver a la población de Nakuru reunirse al borde del camino para alentarnos mientras corríamos", relató Nailel, refiriéndose la actitud de los kikuyu, etnia mayoritaria de la zona.

"Era la primera vez que nos juntábamos tantos atletas y sería grandioso que encuentros como este sigan uniendo a personas de comunidades enfrentadas", coincidió Muriuki.

Los dos hablaron sobre encontrar un lugar adecuado para entrenar juntos. Una posibilidad es Nakuru, por su ubicación intermedia entre sus dos pueblos de origen. También se propusieron visitarse con regularidad.

Su demostración de unidad es inspiradora para otros.

El secretario general de Atletismo, David Okeyo, dijo que estas disciplinas eran una de las formas más prácticas de fomentar la unidad entre las comunidades con vistas a las elecciones de marzo de 2013.

"Hay cientos de corredores de diferentes comunidades que pueden hacer mucho más que solo correr, pueden unirlas si los reunimos como hicimos en Nakuru", dijo a IPS.

También opinó que ese tipo de carreras eran muy importantes en zonas como Nakuru y en toda la provincia del Valle del Rift, escenario de los enfrentamientos de 2007-2008.

El comisionado del distrito Nakuru Norte, Michael Kagika, también dijo que las carreras eran una oportunidad para que los atletas utilizasen sus destrezas deportivas a fin de limar asperezas.

"La maratón es un gran paso en la construcción de una paz duradera entre las comunidades del condado de Nakuru y la provincia del Valle del Rift. Reunió a diferentes etnias y culturas en un momento en que Kenia se prepara para las elecciones generales", dijo Kagika a IPS.

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