Los líderes de la oposición en Siria anunciaron el nacimiento de una nueva coalición para coordinar mejor la resistencia al régimen de Bashar Al Assad. Pero algunos analistas tienen sus dudas.
La recién creada Coalición Nacional de Fuerzas Revolucionarias y de Oposición "es sustancialmente diferente en varios sentidos", dijo a IPS la directora del Equipo de Tareas para Medio Oriente en la New America Foundation, Leila Hilal.
"Sin embargo, la gran preocupación es cómo será utilizada para avanzar en las agendas que están en juego en el país", añadió.
Los rebeldes avanzan
Mientras, el rebelde Ejército Libre de Siria (ESL) incrementó los ataques contra Damasco en los últimos días, disparando contra uno de los dos principales palacios del gobierno y asesinando a miembros de la familia de Al Assad y a altos funcionarios del régimen.
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Una reciente ofensiva en la frontera terminó con la captura por parte de los rebeldes de Ras Al Ain, pequeña localidad en la nororiental provincia de Hasaka, impulsando la huida de 8.000 sirios a Turquía.
En respuesta, el ejército sirio bombardeó posiciones rebeldes por aire, e impuso cercos a áreas controladas por la oposición. Hay informes de fuertes combates en Damasco, así como en la oriental localidad de Al Qurriya.
En una entrevista concedida la semana pasada a la cadena de televisión Russia Today, Al Assad aseguró no tener intenciones de ceder. "Soy sirio, hecho en Siria, y viviré y moriré en Siria", afirmó.
Combates se propagan
Los enfrentamientos también tuvieron fuerte impacto en la situación interna de Líbano, y se propagaron a las facciones palestinas dentro de Siria.
Los rebeldes sirios conformaron una brigada de palestinos para luchar contra el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General, apoyado por el régimen de Al Assad. Al menos 10 palestinos murieron en torno al campamento de refugiados de Yarmouk, en Damasco.
También estallaron conflictos el fin de semana pasado en la frontera con los altos del Golán, donde las fuerzas israelíes atacaron posiciones de artillería sirias en represalia por un proyectil de mortero que cayó cerca de un puesto militar de Israel.
Joshua Landis, profesor asociado de la estadounidense Universidad de Oklahoma y autor del blog Syria Comment, advirtió que el "efecto Siria" podría ser peor en Iraq.
"El intento sunita de derrocar al régimen de Al Assad seguramente le dará un gran impulso (a la red radical islámica) Al Qaeda", alertó.
Y "el apoyo de Arabia Saudita, de Turquía y de Qatar a los sunitas de Siria probablemente potenciará las pasiones en Iraq", sostuvo.
La oposición se renueva
En medio de la escalada de violencia, las potencias de Occidente se fueron desilusionando más con el Consejo Nacional Sirio (CNS) en su tarea de organizar la oposición a Al Assad.
Luego de más de un año de combates y deserciones importantes entre los opositores, la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, llamó a la creación de un órgano más representativo de la resistencia al régimen.
Tras reconocer inicialmente al CNS como el "único legítimo representante del pueblo sirio", los políticos en Washington comenzaron a dudar de la capacidad de ese órgano para administrar una eventual transición en Siria.
Estados Unidos intentó supervisar, controlar y coordinar el Consejo, pero este demostró tener una estructura militar caótica y una fuerte infiltración de elementos islamistas.
El llamado de Clinton a renovarlo reveló que Washington tenía dudas de que ese órgano pudiera lograr resultados en Siria de acuerdo con los intereses estadounidenses.
Los primeros esfuerzos para integrar a los diversos grupos opositores sirios fracasaron el miércoles 7, cuando Raid Saif, destacado disidente del régimen, abandonó las conversaciones tras perder su asiento en la junta ejecutiva del CNS.
El viernes 9, el presidente del CNS, Andulbaset Sieda, fue reemplazado interinamente por George Sabra, activista secular de izquierda.
Sin embargo, a pesar de las diferencias, los grupos opositores acordaron el domingo 11 la creación de una nueva estructura de liderazgo.
El jeque Ahmad Moaz Al Khatib fue elegido como nuevo presidente de la Coalición Nacional, tras un acuerdo con Sabra. Por su parte, Riad Saif fue reincorporado como vicepresidente.
El periódico libanés As-Safir informó que Qatar, amenazando con cortar financiamiento, logró que el CNS como tal se mantuviera como parte principal de la Coalición Nacional.
Washington responde
La nueva organización fue inmediatamente reconocida por el Consejo de Cooperación del Golfo.
Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un comunicado el domingo 11 prometiendo respaldar a la Coalición Nacional para asegurar que "la asistencia humanitaria y no letal" de Washington "atienda las necesidades del pueblo sirio".
A pesar de que la administración de Barack Obama está concentrada en la dimensión política del conflicto, otras figuras políticas prominentes de Estados Unidos y analistas insisten en una intervención militar directa.
David Schenker, del Instituto de Washington para Políticas sobre Oriente Próximo, recomendó que Estados Unidos "asumiera el liderazgo en la provisión de las armas que necesita el ELS para terminar la guerra".
El general Mustafa Al Sheikh, uno de los líderes del ELS, opinó en el mismo sentido. "Si no hay una rápida decisión de apoyarnos, nos convertiremos todos en terroristas", alertó.
Pero, para Hilal, de la New America Foundation, un mayor involucramiento internacional en la crisis podría ser contraproducente.
"El desafío ahora será evitar que las agendas externas interfieran en lo que es bueno para Siria", dijo a IPS. "Una rápida infusión de asistencia extranjera y armas podría ser más dañina que útil. Podría, por ejemplo, socavar la naciente unidad", sostuvo.
Mientras, el enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas y de la Liga Árabe a Siria, Lakhdar Brahimi, alertó que la violencia podría hacer que ese país de Medio Oriente se convirtiera en un "estado fallido".
"Lo que temo es el colapso del Estado y que Siria se convierta en una nueva Somalia", dijo en una entrevista con el periódico londinense Al Hayat.
Los esfuerzos de Brahimi para que se adoptara un cese del fuego en Siria fracasaron en octubre pasado.
"Creo que si este tema no se encara correctamente, el peligro es la somalización y no la división: el colapso del Estado y el surgimiento de señores de la guerra, milicias y grupos enfrentados", advirtió.