Las tarjetas postales promocionan arena, mar y sol. Pero actores clave del sector turístico de San Cristóbal y Nieves creen que es hora de dejar la franja costera e impulsar los atractivos que abundan en el interior de esta isla caribeña, como su rica biodiversidad.
"El cambio climático afecta a la industria hotelera y, el hecho de que la mayoría de nuestros alojamientos turísticos estén directamente sobre las playas, los deja expuestos a tormentas violentas, cuya frecuencia se prevé irán en aumento", dijo a IPS el empresario Valmiki Kempadoo.
"Fuera de Trinidad y Tobago, y quizá de un gran país como Jamaica, el turismo es por lejos el motor de la economía de estas pequeñas islas caribeñas, y tenemos que buscar nuevas soluciones y modelos empresariales que puedan impulsar esto a todo el siglo XXI", indicó.
Kempadoo urge a sus contrapartes regionales a mudar sus propiedades lejos de las playas, pues a la luz de las consecuencias del cambio climático, "tener un hotel a 150 o 300 metros por encima del nivel del mar puede ayudar".
Si bien el Caribe es muy famoso por sus playas, las islas también tienen otros atractivos para ofrecer, apuntó.
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"El clima lejos de la playa es mucho mejor. Es un increíble lugar fértil donde se puede cultivar las estupendas frutas y verduras tropicales de primera categoría que tenemos", indicó.
"Podemos ofrecer hermosas caminatas, admirables paisajes y maravillosas experiencias sin la enorme humedad y las otras cosas que implica tener un hotel al borde del mar", añadió Kempadoo.
El ministro de Turismo de Dominca, Ian Douglas, conoce perfectamente bien los efectos devastadores del cambio climático sobre las economías dependientes de esta actividad como lo son los países insulares del Caribe.
De hecho, Douglas dijo a IPS que quizá Dominica sea una de las islas más perjudicadas por el fenómeno.
"Las islas sufren huracanes todos los años y eso les cuesta millones de dólares al punto que los gobiernos se ven obligados a buscar algún fondo de reducción de riesgos de desastre para mitigar los daños", indicó Douglas.
"Al menos una de las islas sufre algún episodio todos los años, y Dominica no es la excepción. De hecho, vemos un nuevo fenómeno en el país, las grandes inundaciones, algo desconocido hasta ahora. Las del año pasado causaron daños considerables", añadió.
Douglas recordó que Dominica, al tener la mayoría de los hoteles en la costa oeste, sobre el mar Caribe, "todos los años sufre el impacto" de algún episodio climático.
Ese país ahora tiene que lidiar con el aumento del nivel del mar, pero también con las graves inundaciones consecuencia de 365 cursos de agua.
"Tenemos unos tres ríos entre Canefield y Layou que se desbordaron y hubo que evacuar gente. Las márgenes se inundaron, y los puentes y las casas quedaron destruidos, lo que obligó al gobierno a dar dinero a las familias para obras de corto plazo", apuntó.
"Le cuento todo esto para explicarle cuánto sigue afectando el cambio climático a Dominica. Es un asunto con el que seguimos lidiando. De hecho, contamos con un departamento formulado específicamente para atender los obstáculos que supone el cambio climático", añadió.
Sam Raphael, propietario del hotel Jungle Bay sonríe cuando escucha la sugerencia de Kempadoo.
Cuando construyó su centro turístico en la selva hace varios años, "no se sabía que era obligatorio hacer algunos cambios radicales y mejoras a nuestra industria turística si teníamos intenciones de sobrevivir", recordó.
"Hace unos años, nuestra industria aceptó una falsa elección entre desarrollo empresarial y protección de nuestro frágil ambiente natural. Potenciar y capacitar a nuestra población para ser los motores de la principal industria de nuestra región, nuestro pan diario, no era una prioridad", añadió.
Enclavado en la selva de la costa oriental de Dominica, el hotel Jungle Bay se especializa en actividades al aire libre y apunta al bienestar de los huéspedes.
Granada también avanza hacia una mayor sustentabilidad, mientras el ministro de Turismo, George Vincent, subraya la importancia del sector energético.
"Trabajamos con la compañía de electricidad para producir energía eólica. Alentamos a los hoteles a utilizar la alternativa solar para reemplazar los costos del combustible. Avanzamos hacia el turismo sustentable", apuntó.
"Le digo a la gente que, hace mucho tiempo, las tecnologías de información y los idiomas eran importantes. Ahora son plataformas sobre las cuales construir. Por ello construimos una sustentable", señaló.
"Todo debe ser sustentable, verde y respetar el ambiente. Entonces tenemos la energía, la conservación, la selva, así como algunos parques marinos bien conservados", añadió.
"Estamos haciendo bien las cosas en materia de conservación. Ahora la vamos a poner en uso u hacerla trabajar para nosotros. Nos parece que Granada se beneficia mucho con la preservación y la conservación", señaló Vincent, quien asumió la cartera en mayo de este año.
El secretario general de la Organización Caribeña de Turismo, Hugh Riley, dijo que esta región sufre una de las peores situaciones económicas desde la crisis de 1929.
Riley habló frente a los delegados que participaron en la Conferencia sobre el Estado de la Industria, realizada del 10 al 12 de este mes en San Cristóbal y Nieves.
"Tenemos que determinar qué necesitan economías pequeñas y vulnerables dependientes del turismo para competir con efectividad en un área plagada de grandes países industrializados con presupuestos mucho mayores y con el poder de aprobar leyes que nos discriminan, impactan sobre nuestra posición competitiva e inclinan más la balanza de poder hacia los ya poderosos", remarcó.
"Lo bueno es que en el Caribe tenemos unas cuantas cartas para jugar. En este conjunto de pequeñas poblaciones somos lo bastante osados como para reunirnos y decidir que podemos agruparnos como Un Caribe, reclutar a algunas mentes brillantes del sector, elegir autoridades, descartar ideas y transformarlas en acciones que nos permitan ganar en este ámbito", añadió.