Las semillas migratorias del cooperativismo se sembraron por primera vez en Europa, pero se han adaptado a los climas de todo el mundo.
De todos los rincones del planeta, desde Kenia hasta Filipinas y del Ártico hasta Cuba, los cooperativistas acudieron a Quebec para defender su participación en este movimiento diverso.
En la Cumbre Internacional de las Cooperativas, celebrada entre el 8 y el 11 de este mes, protagonistas del movimiento intercambiaron experiencias, prácticas y tarjetas personales con miras al futuro.
El encuentro fue el momento culminante del Año Internacional de las Cooperativas, declarado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La intención es que este año dé paso a una década internacional para rescatar la importancia de esta forma de economía, dijo a IPS la presidenta de la Alianza Internacional de las Cooperativas (ICA, por sus siglas en inglés), Dame Pauline Green.
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"Fue una gran oportunidad para intercambiar ideas y prácticas innovadoras", sostuvo Monique Leroux, directora general de Desjardins, una de las organizadoras del encuentro.
La declaración final de las organizaciones convocantes, Desjardins, ICA y la Universidad de St. Mary, puso el acento en el papel de las cooperativas para el público y para las autoridades.
Las tres entidades también se comprometieron a aprovechar nuevas herramientas para difundir sus objetivos y crear formas innovadoras para mejorar la comunicación y las consultas con miembros y directivos.
Para Quebec, la cumbre también fue una oportunidad de homenajear a Alphonse Desjardins (1854-1920), quien dio los primeros pasos para poner cooperativas de crédito al alcance de canadienses francófonos que se veían obligados a abandonar la provincia en busca de un medio de vida en los primeros años del siglo XX.
Las historias y experiencias compartidas en esta reunión mundial expusieron el papel de las cooperativas en afincar a la gente en sus comunidades y evitar la fuga de talentos.
Mary Nirlungayuk, vicepresidenta de servicios corporativos de Arctic Cooperatives Limited, contó a IPS que las cooperativas del extremo norte abrieron una forma de ingresos para colectivos de artistas y han prosperado allí donde otros fracasaron, ofreciendo desde labores de construcción y cable hasta asociaciones con compañías aéreas y empresas de transporte para reducir el costo de los fletes de los productos.
La inclinación de las cooperativas hacia los grupos de base las hizo un modelo de empresa viable para las naciones originarias la denominación moderna de los pueblos indígenas canadienses, en su esfuerzo por reconciliar tradiciones con realidades actuales.
"Se fundaron cooperativas porque eran muy similares al concepto aborigen de ayuda mutua", dijo Nirlungayuk a IPS. "Y si funciona para esas comunidades aisladas, ¿por qué no puede ser un éxito en otros lugares?", añadió.
Una delegación de 10 integrantes de Cuba, país que está sentando las bases de su cooperativismo, aprovechó la oportunidad para aprender de otras experiencias y exhibir el peso del movimiento en su país.
"Queríamos que el resto del mundo viera lo que está pasando", indicó la canadiense Wendy Holm, que trabaja hace años en Cuba promoviendo el cooperativismo y estuvo al frente de la delegación.
"Las cooperativas socialistas y capitalistas son ligeramente diferentes en su forma. Uno de los desafíos será darles la mayor autonomía sin dejar de tomar en cuenta que, por ejemplo, eres una cooperativa agrícola que produces alimento para toda la población", explicó.
La versatilidad de la cooperativa la hace un modelo aceptable para diferentes sectores de la economía, como agricultura, seguros, vivienda y comercio minorista, entre otros.
En la economía socialista cubana, las cooperativas adquirieron protagonismo en el proceso de renovar empresas administradas por el Estado y plagadas de problemas.
La delegación cubana se mostró "interesada en observar la mayor cantidad de empresas cooperativas" e incluso se reunieron con cooperativistas del taxi para estudiar si podían adaptar la iniciativa a La Habana, dijo Holm a IPS.
Aunque más pequeña que la delegación cubana, la de Filipinas, con cuatro integrantes, dejó su huella en la cumbre.
La portavoz y delegada juvenil Marie Antoinette Roxas compartió las iniciativas de su universidad, el Instituto de Tecnología de Iligan.
Roxas dijo a IPS que hay jóvenes que dirigen programas de alfabetización financiera para escolares, un esfuerzo para inculcar prácticas inteligentes desde la niñez.
La cooperativa estudiantil también participa en generación de ingresos. Uno de los proyectos ya lanzados es una asociación con tiendas locales de confección para fabricar mochilas ecológicas, que luego venden a su organización madre, la Cooperativa Multipropósito de la universidad.
Hubo muchas oportunidades de observar diferentes iniciativas, pero Simel Esim, jefa de la rama cooperativa de la Organización Internacional del Trabajo, dijo a IPS que le hubiera gustado contar con más instancias para conectarse y promover más diálogo entre los delegados.
Entre los principales desafíos para ser competitivos y relevantes, el mayo para Esim es vincularse y predicar fuera del círculo del cooperativismo.
Al cierre del encuentro, Leroux anunció que Desjardins espera concretar otro encuentro internacional. Quizá eso figure en la agenda de la próxima cumbre, en 2014.