Civiles atrapados entre dos fuegos en el norte nigeriano

Los pobladores de Maiduguri, capital del nororiental estado nigeriano de Borno, reclaman el retiro del ejército de su ciudad, bastión del grupo insurgente islamista Boko Haram, por los maltratos y abusos de los que denuncian ser víctima de parte de los soldados.

"Estamos tremendamente perturbados por las incesantes represalias de las fuerzas de seguridad contra nosotros", dijo Bulama Abbagana a IPS por teléfono. Los civiles son acusados de no cooperar e, incluso, de proteger a los islamistas.

"Aun si estuviéramos en guerra con otro país, no deberían asesinar ni mutilar a la población civil como lo hace el ejército", enfatizó Abbagana.

Desde hace tres años, Boko Haram ("La educación occidental es pecado", en español) ataca instituciones estatales, incluso realizó un atentado suicida contra un edificio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Abuya, la capital nigeriana ubicada en el centro del país.

El peor ataque se registró el 20 de enero en Kano, la capital del norteño estado homónimo, donde murieron 180 personas.
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Este grupo radical adoptó una estrategia similar a la del movimiento islamista afgano Talibán y se supone que tiene vínculos con células de Al Qaeda de África del norte. Quiere imponer la ley islámica en un país claramente dividido en dos, musulmanes en el norte y cristianos en el sur.

Un residente que no quiso dar su nombre por motivos de seguridad dijo a IPS: "Queremos que nos dejen con Boko Haram, tendríamos menos problemas que con el ejército".

Maiduguri parece haberse convertido en el escenario de los enfrentamientos. El último se registró el lunes 15, cuando ataques sostenidos del ejército derivaron en una serie de explosiones y en el cierre del centro de la ciudad.

El día anterior, la ciudad había sido sacudida por una explosión y dos ataques armados que dejaron cuatro muertos, entre ellos un jefe local, según residentes y autoridades militares.

También el 8 de este mes miembros de la Fuerza de Tareas Conjuntas (FTC) disparó disparos de modo indiscriminado contra civiles, según testimonios recogidos en el lugar. Esos efectivos respondieron así al estallido de un dispositivo improvisado contra un vehículo militar, en el que murieron dos soldados, entre ellos un teniente, y varios más quedaron heridos.

Vecinos de Maiduguri aseguraron que murieron unas 30 personas en el ataque y que viviendas y comercios fueron incendiados y destrozados.

"Si ves el grado de destrozo y los daños te echas a llorar", dijo Bana Modu a IPS, cuya propia casa resultó afectada.

El entredicho entre las fuerzas de seguridad y los civiles en Maiduguri alcanzó un punto máximo, y ambos se acusan mutuamente.

Las fuerzas de seguridad sostienen que los vecinos no ayudan en la lucha contra Boko Haram. En varias ocasiones, el ejército acusó a los civiles de connivencia con los insurgentes porque los islamistas lanzan ataques desde los techos de las casas y los árboles.

Por su parte, la población local se queja de que los militares consideran a toda persona vestida de civil como su enemigo.

"Cada vez que estalla una bomba, las fuerzas de seguridad sitian la zona y golpean a todo el que se les cruce por delante. Algunos mueren", dijo a IPS el banquero Abubakar Mohammad.

El comercio sufrió mucho en estos últimos tres años.

"Mucha gente huyó. No tengo adonde ir, pero si tuviera, escaparía de los ataques de ambos: Boko Haram y las fuerzas de seguridad", aseguró Msheliza Dalwa.

Los residentes se quejan de que el gobierno del estado de Borno, donde la crisis estalló en 2009, no tiene interés en que se vaya el ejército, y simplemente lo urge a respetar a las personas.

"Créeme, si el gobierno federal retira a la FTC de Borno, seríamos perseguidos por los insurgentes", declaró en conferencia de prensa el gobernador Kashim Shettima, tras el último ataque.

El presidente del no gubernamental Congreso de Derechos Civiles, Shehu Sani, dijo a IPS: "Las fuerzas de seguridad nigerianas hacen un uso desproporcionado de la fuerza, semejante a la magnitud de la empleada por Boko Haram".

Por lo menos 2.800 personas fueron asesinadas desde el inicio de la violencia en el norte de Nigeria en 2009, detalló la organización humanitaria internacional Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York.

Los ataques de Boko Haram podrían ser considerados crímenes contra la humanidad, alerta HRW en un informe divulgado la semana pasada.

"Nos gustaría castigar a quienes cometen crímenes en forma antojadiza en la Corte Penal Internacional para que los responsables no queden impunes", dijo a IPS el residente Ibrahim Badamasi.

La FTC es acusada de realizar allanamientos casa por casa en busca de insurgentes, y de realizar detenciones arbitrarias.

"La gente se muere en las celdas del ejército sin alimento, incluso podrían morir por las torturas sufridas", dijo a IPS un sospechoso detenido, pero luego liberado.

Por su parte, el ejército niega la existencia de asesinatos y torturas en su operación de restablecimiento del orden. En conferencia de prensa, el teniente coronel Sagir Musa dijo que sus hombres no mataban ni agredían civiles.

Pero añadió: "Muy pocos casos de conductas poco profesionales de algunos efectivos fueron registradas y los responsables fueron castigados, otros están procesados por una corte marcial".

La FTC considera que la operación es un éxito e informó que detuvo a 60 miembros de Boko Haram el 7 de este mes, así como de haber matado al comandante Bakaka ("hombre de un solo ojo", en español), que se cree tenía un vínculo estrecho con el líder del grupo, Abubakar Shekau. También anunció que el portavoz Abu Qaqa habría corrido la misma suerte.

Pero Shekau desmintió la muerte de este último en un vídeo difundido a través de YouTube. Solo reconoció el fallecimiento de algunos miembros y la detención de sus esposas por las fuerzas regulares nigerianas.

Un informe divulgado por un grupo de expertos de la ONU subraya la relación entre la inestabilidad política en Costa de Marfil y Malí.

También señala que los islamistas radicales vinculados a la rama de Al Qaeda en el norte de África tratan de fortalecer su presencia en todo el continente, incluido Boko Haram.

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