LIBIA: Embajador de EEUU muere en ataque a consulado

El embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, murió asfixiado por el humo del incendio derivado del ataque contra el consulado de su país en la nororiental ciudad libia de Bengasi.

El Ministerio del Interior y fuentes de seguridad de Libia indicaron que una multitud armada atacó e incendió el edificio en protesta contra una película amateur ofensiva contra el profeta Mahoma y el Islam, producida por un empresario estadounidense-israelí.

Un avance de la película fue publicado en el sitio web de vídeos Youtube, desatando manifestaciones similares en El Cairo.

Stevens realizaba una corta visita a Bengasi, cuando el consulado fue atacado el martes 11 por la noche, informó Suleiman El-Dressi, corresponsal de Al Jazeera en esa ciudad.

El diplomático murió asfixiado, al igual que otros dos funcionarios de seguridad estadounidenses que lo acompañaban. También falleció un empleado del edificio, cuya nacionalidad no fue inmediatamente confirmada.
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Otros dos miembros del personal de la sede diplomática resultaron heridos, informó El-Dressi.

Las muertes fueron confirmadas por el viceministro del Interior libio, Wanis al-Sharif, a la agencia de noticias AFP.

En conferencia de prensa, Sharif responsabilizó del ataque a leales del exlíder libio Muammar Gaddafi, derrocado y asesinado el año pasado, e insistió en que Estados Unidos debió haber retirado su personal del país cuando se divulgó la noticia de la película ofensiva.

«Tienen la culpa simplemente porque no retiraron a su personal de las instalaciones, pese a que hubo un incidente similar cuando fue asesinado Abu Yahya al-Libi (segundo al mando de la red radical islámica Al Qaeda)», afirmó.

«Fue su culpa que no tomaran las precauciones necesarias», añadió.

Sharif dijo que los que atacaron el consulado estaban mejor armados que los servicios de seguridad libios encargados de proteger el edificio.

El viceprimer ministro libio, Mustafa Abu Shagur, condenó el «cobarde acto de atacar el consulado estadounidense y el asesinato (del embajador) y de otros diplomáticos».

Abdel Moneim al-Yasser, miembro del comité interino que supervisa la seguridad en el país, dijo a Al Jazeera: «Un puñado de renegados que atacan los intereses nacionales de Libia están detrás de esto. Todavía estamos investigando su identidad… Los perseguiremos y los llevaremos a la justicia».

Los cuerpos de las víctimas fueron transportados al aeropuerto internacional de Bengasi para ser llevados en avión a Trípoli y luego a una base aérea estadounidense en Alemania.

Abdel Moneim al-Hurr, portavoz del Comité Supremo de Seguridad de Libia, dijo este miércoles 12 que granadas propulsadas por cohete habían sido disparadas desde una granja cercana.

«Hubo fuertes combates entre el ejército libio y una milicia armada afuera del consulado», señaló. También indicó que las carreteras habían sido cerradas y que las fuerzas de seguridad rodeaban ahora el edificio.

El ataque fue realizado por manifestantes autoproclamados «defensores de la ley islámica», en respuesta a la divulgación de la película, informó El-Dressi, de Al Jazeera.

En una declaración este miércoles 12, el presidente estadounidense Barack Obama condenó el ataque y anunció haber ordenado que se reforzara la seguridad en todas las oficinas diplomáticas de su país en el exterior.

Incidentes en El Cairo

El martes 11, miles de personas, al parecer también molestas por la misma película, se manifestaron frente a la embajada de Estados Unidos, destruyendo la bandera de ese país y reemplazándola por una bandera negra islámica.

Las protestas se produjeron en el marco del aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

«Algunos intentan justificar este comportamiento cruel señalando que es una respuesta al material provocativo publicado en Internet», señaló en una declaración la secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Hillary Rodham Clinton.

Por otra parte, indicó que «Estados Unidos deplora cualquier esfuerzo internacional para denigrar las creencias religiosas de otros».

La película fue realizada por el estadounidense-israelí Sam Bacile, quien se encuentra escondido, y es promocionada por Morris Sadek, activista radical cristiano y antimusulmán egipcio radicado en el occidental estado estadounidense de California.

Al hablar con la agencia Associated Press desde un lugar no revelado, Bacile se mantuvo desafiante, señalando que el propósito de su filme era efectivamente hacer una declaración política provocativa.

No obstante, admitió que no había previsto una reacción tan violenta contra su película. «Siento lástima por la embajada. Estoy furioso», dijo Bacile, de 52 años.

También señaló que el filme había sido realizado en inglés, y que desconocía quién lo había doblado al árabe.

La película completa todavía no ha sido divulgada, señaló, y aclaró que había rechazado las ofertas de distribución que recibió hasta ahora.

El filme de dos horas, titulado «Innocence of Muslims» (Inocencia de los musulmanes), costó cinco millones de dólares, y fue financiado con la ayuda de más de 100 donantes judíos, informó Bacile.

Por su parte, Sadek dijo que hizo promoción de la película en su propio sitio web y en varias cadenas de televisión, que no identificó.

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