La Comisión de Combate a la Intolerancia Religiosa de Brasil (CCIR) condenó el filme «Innocence of Muslims» (La inocencia de los musulmanes) por su contenido «irrespetuoso» contra su profeta, en el marco de una serie de actividades para reforzar la diversidad de culto en este país.
La organización "repudia cualquier manifestación que desprecie creencias y falte el respeto a lo sagrado de las religiones", sostuvo en un comunicado la CCIR, integrada por diversas entidades, como la Federación Israelita de Río de Janeiro, la congregación Espírita Umbandista y otras vinculadas a iglesias protestante, católica, musulmana, del candomblé, budista y grupos gitanos e indígenas.
"La CCIR destaca además que no apoya actitudes violentas y que, a través de la convivencia con los seguidores del Islam, afirma la seriedad y el respeto que los musulmanes tienen por la predicación del amor, la religiosidad y los valores que ayudan a la construcción de un mundo mejor", agregó.
El filme producido en Estados Unidos por grupos todavía no identificados, pero repudiado por Washington, está generando una serie de manifestaciones pacíficas y violentas frente a sedes diplomáticas de ese país en varias partes del mundo.
Algunos segmentos reproducidos en Internet muestran a Mahoma, el profeta de los musulmanes, como violento, mujeriego, homosexual y corrupto.
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"Es una película altamente ofensiva, y de manera gratuita ofende a Mahoma, muestra a los musulmanes como bárbaros e incentiva el odio", dijo a IPS el integrante de la Sociedad de Beneficencia Musulmana de Río de Janeiro, Sami Isbelle.
La Sociedad, que integra la CCIR, condenó de la misma manera las reacciones violentas, "contrarias a la postura islámica", generadas por la película.
Según Isbelle, la reacción debería expresarse "por la vía pacífica y legal", por ejemplo con campañas a través de los medios de comunicación para mostrar "quién fue el profeta Mahoma y su legado a la humanidad".
Ese camino es precisamente el que intenta la CCIR, que nació en 2008 con el objetivo inicial de defender a grupos religiosos de matriz africana de los ataques de sectores mayoritariamente vinculados a iglesias neopentecostales.
El domingo 16, unas 200.000 personas convocadas por la CCIR, y pertenecientes a unos 25 grupos religiosos, recorrieron la playa de Copacabana de Río en una Caminata en Defensa de la Libertad Religiosa.
Los manifestantes reclamaron el fin de los prejuicios y actos de violencia contra practicantes de diversos credos y pidieron un compromiso con la diversidad religiosa a los candidatos a alcalde para las elecciones de octubre.
Asimismo, ante la polémica creada por la película, expresaron su solidaridad con los seguidores del Islam.
"No puede haber falta de respeto contra ninguna religión", dijo a IPS Maria Isabel Carvalho, practicante de candomblé, una religión de origen africano.
"Cualquier manifestación ofensiva contra una religión debe ser combatida", destacó el sacerdote católico Leonardo Holtz, que recordó a IPS un caso en Brasil que consideró "similar" al de "Innocence of Muslims".
Se refería a "El segundo hijo de Dios", un proyecto de filme anunciado por el humorista Antônio Renato Aragão, pero del que habría desistido después de la reacción de grupos católicos y evangélicos.
En la planeada película, el humorista representaría un supuesto segundo hijo de Dios que vendría al mundo a realizar la misión en la que Jesús había fracasado.
En Brasil, con más de 192 millones de habitantes y conocido como el país con mayor cantidad de católicos del mundo, esa religión ha perdido fieles ante el crecimiento de las iglesias neopentecostales y del sector de personas que se declaran agnósticas.
El censo oficial de 2010 mostró que la proporción de católicos cayó de 93 por ciento, en 1960, a 65 por ciento en la actualidad. A la inversa, los evangélicos, que en 1960 eran apenas cuatro por ciento de la población, en 2010 llegaron a 22 por ciento. La mayoría pertenecen a credos neopentecostales, como Asamblea de Dios o la Iglesia Universal del Reino de Dios.
La proporción de personas sin religión también aumentó en ese periodo de 0,6 a ocho por ciento. Se declararon espiritistas dos por ciento y seguidores de los ritos umbanda y candomblé 0,31 por ciento, si bien sus seguidores consideran que esas cifras indican un subregistro.
Aunque la religiosidad de origen africano es reconocida en Brasil como un importante componente de la identidad nacional, los practicantes de umbanda y candomblé aún son víctimas de prejuicios y de ataques.
Ricardo Rubim, portavoz de la CCIR, dijo a IPS que la entidad ha recibido 118 denuncias de intolerancia religiosa, incluidos ataques a templos espiritistas, de umbanda y candomblé.
Para alertar a la sociedad sobre prejuicios de ese tipo, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) estableció en 2007 el 21 de enero como el Día Nacional de Combate a la Intolerancia Religiosa, después aprobado por el Congreso legislativo.
Desde ese entonces, diversos grupos afrobrasileños buscan que se apruebe un plan nacional de combate a la intolerancia, que se cumplan leyes vigentes para promover el respeto de los cultos afrobrasileños, y que se repare política e históricamente a esos grupos para garantizar la libertad de culto prevista en la Constitución.
La gubernamental Secretaría Especial de Políticas de Promoción de Igualdad Racial tiene a su cargo la promoción de ese tipo de acciones, incluido el registro de todos los templos de umbanda y candomblé del país.