Brasil prueba método natural para erradicar el dengue

Pacientes con dengue en el hospital Nacional Pediátrico de Camboya Crédito: Erika Pineros/IPS
Pacientes con dengue en el hospital Nacional Pediátrico de Camboya. Crédito: Erika Pineros/IPS

Científicos anunciaron el comienzo de la experimentación en Brasil de un método «inocuo» y «autosustentable» que, a través de una bacteria muy común en la naturaleza, permitiría bloquear la transmisión del virus del dengue por parte del mosquito Aedes aegypti.

«Estamos ante la posibilidad de un abordaje de control con un objetivo desafiante: disminuir y hasta eliminar el dengue», dijo a la prensa este lunes 24 el presidente de la brasileña Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), Paulo Gadelha, en un alto del XVIII Congreso Mundial de Medicina Tropical y Malaria, que comenzó el domingo 23 y finalizará este jueves 27 en Río de Janeiro.

Gadelha hizo el anuncio junto a Scott O’Neill, líder del programa «Eliminar el dengue: nuestro desafío», encabezado por la australiana Universidad de Monash y que cuenta también con financiación de la gubernamental Fiocruz y de la estadounidense Foundation for the National Institutes of Health.

La estrategia ya fue probada en Australia, Vietnam e Indonesia y ahora se hará en Brasil, luego de que se cuente con la habilitación de las agencias sanitarias y ambientales.

«Es un método fundamental, pues podría ser una de las armas más promisorias para el combate del dengue de forma natural y sustentable, y no tiene riesgo ni para la población humana ni para la naturaleza», aseguró Gadelha posteriormente en declaraciones a IPS.
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La técnica se basa en la bacteria intracelular Wolbachia pipientis presente en más de 70 por ciento de los insectos del mundo, como la mosca de la fruta, mariposas, libélulas y los mosquitos Culex pipiens y el común pernilongo, entre otros.

A pesar de esta gama de «huéspedes», la Wolbachia no es infecciosa y no es capaz de afectar vertebrados, incluyendo los seres humanos.

O’Neill y el también científico Luciano Moreira, de Fiocruz, explicaron que después de años de investigación se demostró en laboratorio que, cuando es introducida en el Aedes aegypti, la bacteria Wolbachia actúa como una vacuna para el insecto, inhibiendo la multiplicación del virus. Como consecuencia, se impide la transmisión de la enfermedad.

«Después de miles de intentos de varios años, en Australia se consiguió injertar la bacteria en los huevos del Aedes aegypti a través de microinyecciones. Después la bacteria fue encontrada en tejidos de ese mosquito», explicó Moreira.

El método se basa en la liberación programada de especies Aedes aegypti con Wolbachia, que al reproducirse en la naturaleza con mosquitos locales pasan la bacteria de madre a hijo a través de los huevos.

Con el paso del tiempo, la expectativa es que la mayor parte de la población local de mosquitos tenga Wolbachia y así sea incapaz de transmitir el dengue, explicaron los investigadores en un comunicado de la Fiocruz.

El programa «Eliminar el dengue: nuestro desafío» ha liberado mosquitos con Wolbachia desde 2011 en lugares del norte de Australia, donde son habituales los casos de esta enfermedad, aunque en cantidades mucho más reducidas que los casos que se registran en Brasil y otros países en los que es endémica.

«Como consiguen transmitir la Wolbachia de generación en generación a través de los huevos y poseen ventajas reproductivas, con mayores posibilidades de dejar prole, en pocas semanas los mosquitos con la bacteria se volvieron predominantes en las poblaciones locales de Aedes aegypti», agregó.

El método es considerado «autosustentable» y, por ello, de bajo costo, porque una vez iniciada la liberación de los mosquitos con la bacteria «no será necesario reproducir el proceso», indicó Moreira.

«La respuesta que tenemos hoy en Australia es que prácticamente 100 por ciento de los mosquitos Aedes aegypti ya se reproducen con esta bacteria, lo cual nos indica que existe una posibilidad bastante promisoria de no tener más transmisión de dengue», enfantizó Gadelha a IPS.

La expectativa es que Brasil comience a trabajar en campo a más tardar en mayo de 2014. Previamente, la Fiocruz tendrá recipientes en los que se criarán mosquitos, «todavía de manera contenida», para comprobar si ocurre lo mismo que en Australia, es decir que incorporen la Wolbachia.

Para desarrollar este método es importante que en los lugares donde sean liberados los mosquitos participen los pobladores, quienes tendrán inclusive que firmar un documento de aceptación de la experiencia, advirtió Moreira.

Ante una pregunta de los periodistas, el científico aclaró que tambien serán consultados los países vecinos de Brasil en caso de extenderse la experiencia a zonas fronterizas. Inicialmente comenzarán los ensayos en Río de Janeiro.

IPS preguntó a Gadelha cómo es que tienen la seguridad de que los mosquitos inoculados con la bacteria no causarán daños a la población, cuando se trata de países con clima y biomas tan diferentes como son los de Brasil y Australia.

«La primera constancia es que la bacteria Wolbachia está naturalmente en 70 por ciento de los insectos», enfatizó. «Esa experiencia de cientos de años demuestra que su circulación no tiene ningún tipo de efecto dañino ni para la naturaleza ni para los vertebrados, incluyendo a los humanos», agregó.

El presidente de Fiocruz explicó, además, que eso ocurre porque «la Wolbachia solo vive dentro de las células que están en los mosquitos. Una vez que este muere, la bacteria también desaparece», aseguró.

Asimismo, «el tamaño de esa bacteria es lo suficientemente grande como para impedir que llegue a la saliva del mosquito, que es por donde inocula a los animales y seres humanos», ratificó.

«La gran ventaja demostrada por los estudios es que la presencia de la bacteria en el mosquito Aedes aegypti hace que se acorte su vida casi a la mitad y, al mismo tiempo, impide que el virus del dengue sobreviva y sea transmitido», destacó Gadelha.

El secretario de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud de Brasil, Jarbas Barbosa, detacó que el método anunciado será de «gran importancia» ante un «problema como el dengue», una fiebre tropical que en su variante hemorrágica puede resultar mortal.

Hay cuatro subtipos de este virus y la enfermedad se desarrolla principalmente en áreas tropicales y subtropicales. Las epidemias ocurren generalmente en verano, durante o inmediatamente después de los periodos lluviosos.

La Organización Mundial de la Salud indica que 2.500 millones de personas viven en la actualidad en áreas de riesgo de trasmisión del dengue, la enfermedad viral más relevante transmitida por mosquitos en el orbe.

En los últimos 50 años su incidencia aumentó 30 veces. Por año tienen lugar de 50 millones a 100 millones de casos en más de 100 países. Cerca de 500.000 enfermos necesitan hospitalización y 2,5 por ciento de ellos mueren por esta causa.

En particular en América Latina y el Caribe se reportaron 554.499 casos al finalizar el primer semestre de 2012, según la Organización Panamericana de la Salud.

El aumento de casos fue facilitado por la propia humanidad con la propagación de criaderos del mosquito como basura y recipientes artificiales de agua, donde prolifera el insecto, según Barbosa.

Resaltó, también, que este método será apenas uno de los instrumentos utilizados para combatir el dengue, pues el ministerio no dejará de invertir en otras investigaciones, además de seguir con las campañas de prevención y de atención especial de emergencias.

Las medidas adoptadas hasta ahora han permitido en Brasil reducir la incidencia de la enfermedad en 2012, aunque los registros fluctuaron en los últimos años. Se reportaron 632.680 casos en 2008, 406.269 en 2009, 1.011.548 en 2010 y 764.032 en 2011.

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